Va a hacer 80 años que Ortega y Gasset escribió su famoso artículo, alertando de la deriva que tomaba la Segunda República, que él tanto había contribuído a instaurar. Ni yo soy Ortega ni menos aún he contribuído a nada en esto del toro, pero sí creo que la corrida de ayer de Partido de Resina es un paso atrás en la desigual lucha contra el monoencaste parladé que tanto critico. Porque el auténtico toro que quiero ver "no es esto".
Cónclave oculto en el patio de caballos
La cara de don Venteño era todo un poema necrológico. Se había puesto el traje de las grandes ocasiones, y ello contrastaba aún más con ese rictus de abatimiento. Traté de animarle, como si no hubiera reparado en su gesto: -¡Qué elegancia! ¿A qué convite ha ido hoy?
Contestó con desgana:
-Me he vestido así para estar a tono con los "toros bonitos" que se anunciaban hoy. En malahora lo hice. ¡Así no se viene a Madrid!
Intenté buscar justificaciones: -Bueno, parece ser que dos de los toros reseñados se habían malogrado...
Me cortó:
-Pues si no se puede traer una corrida de toros como Dios manda, coge uno y se queda en la finca. Vamos, un ganadero que quiera ser considerado serio.
Quise seguir ejerciendo de abogado defensor: -Pero no hagamos leña de este árbol, habiendo tanto tronco podrido en la feria.
-A mí sólo me puedo doler la decepción por algo en lo que creo. Lo otro lo denunciaré, pero no me duele. Esto me duele y no me lo puedo callar.
Hizo una pausa, bebió un sorbo de la botella, y prosiguió:
-La crítica no debe ser solo un desahogo contra aquello que odiamos y que desearíamos se estrellase siempre y en cualquier ocasión. Esa crítica vulgar es fácil y normalmente estéril, cuando no contraproducente. La crítica fructífera es la que se le hace al amigo cuando ha errado, sin importar que los enemigos la puedan aprovechar. Es una tarea amarga, pero necesaria, no vaya a ser que el amigo piense que nuestro silencio es la aprobación de su conducta, y persista y agrave su error. Ese silencio prudente o cobarde, al final, solo trae funestas consecuencias.
Como iba poniéndose demasiado profundo y la duración de la corrida nos restringía el tiempo de charla, quise centrar la cuestión: -Entonces no salva nada de la corrida, ¿no?
-De los pablorromeros, ni la presentación ni el comportamiento. La presentación ha sido radicalmente desigual. Dos toros sin remate (el segundo y el sexto), y un galafate (el cuarto). De cornamentas: un veleto de dos perchas, otro engatillado, otro playero y el último abierto y escaso de defensas. Y de comportamiento, todos mansos, buscando la salida, bajos de casta, alguno de libro, como el cuarto. Únicamente el quinto podría haber dado juego, pero ya se encargó un picapedrero, por apellido Almodóvar, de pegarle dos puyazos inmisericordes, en especial, el primero, que tras señalar muy trasero y estar asegurado el caballo con el contrafuerte de las tablas, no solo no rectificó sino que se ensañó con el animal como si fuera el responsable de todos los males que nos aquejan.
-Ciertamente fue el único que empujó con fijeza y humillando en el peto, pero también salió de naja después de la fechoría.
-Y de fuerzas hubo de todo, pero muy preocupante que tres de ellos flojearan significativamente: el segundo (que devolvió don Julio Martínez, ese que suele mantener otros más inválidos), el tercero y el sexto, al que, por otra parte, apenas picaron. Por el contrario, el quinto demostró ser un hércules, después de ese terrorífico castigo.
El tiempo apremiaba: -Hablemos un poco de lo demás. Del toro de Nazario Ibáñez, serio y apretado de carnes, podemos pasar, pues fue un manso endeble, que se dejó dar alguna serie a media altura. El de Los Chospes, con un perfil bastote, era hondo y serio, herrado con la bellota arriba, y fue el mejor de la tarde, sin que ello signifique que fuera bueno, porque cabeceó y se repuchó en varas y aunque se arrancaba de lejos, no terminó nunca de entregarse y acabó parándose.
Se aflojó el nudo de la corbata, se pasó el pañuelo por la frente y me cogió del brazo:
-Y además ha quedado demostrado que cuando no sale el toro comercial, los toreros no saben ni tentarlas. Mire el Garibay cómo supo dar pases al núñez de Nazario y no supo doblarse con el gallardo "Morito", un tío con toda la barba, que había llegado sin lucha y sin castigo a la faena, tras pasar de refilón seis veces por delante de los picadores. Tenía su lidia, pero el mejicano quiso torearlo como a un corderito noble. Tuvo suerte de que fuese veleto, porque le despidió rápidamente del cuerno cuando le cogió en el muslo y luego no atinó a prenderle en el suelo.
Nos despedimos de Remi. Le acompañé hasta su casa, mientras comentábamos el resto:
-Serafín Marín, además de permitir el asesinato en varas del quinto, en su línea de tiralíneas de compás, con la pierna contraria retrasada y su pesadez de alargar las faenas cuando no hay mula con la que arar. Se la jugó tirándose a matar por derecho, pero sin jugar el brazo izquierdo; afortunamdamente el pitón no caló en el pecho. Y de Sergio Aguilar... pues, coño, que ni me acuerdo, salvo que hizo el único quite de la tarde por tafalleras al segundo.
-A estos les han estrellado.
Negó con la cabeza:
-¡Bah! mañana nadie se acordará de que han toreado hoy.
Llegamos a su portal. Antes de despedirme le comenté algo de las cuadrillas: -Ya hemos hablado de uno de los de aúpa, suficiente. En la brega no salvo más que a Pablo "Pirri". En palos, es de resaltar el pundonor de Casanova, que tras fallar un par, supo compensar después, y un par de Vicente Osuna al quinto.
-Sudaron la gota gorda los banderilleros porque los mansos hicieron hilo.
-Bueno, don Venteño, vendrán tiempos mejores.
-Lo importante es seguir viviendo para verlo, cadahalseño.
-Hasta mejor ver.
Momento en que Morito empitona a Ignacio Garibay, tomada del blog Rafa Carlevaris
Cuadro de puntuación de la corrida de Partido de Resina del 22/05/2011 en Las Ventas
(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada, al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)
2 comentarios:
Maestro el de la bellota arriba,via Algarra, no lo definieron como el pedía, y al final acusó que el maestro no le pudo en ningún momento y la técnica debe corregir defectos.
En la casa disfrutamos con el toro.
El día 2 excursión a Madrid espero disfrutar de su sapiencia.
ADOLFO CAMPOS
Lo de la bellota arriba era un guiño para muy especialistas en la casa. Yo no lo soy, pero tomo nota de algunas cosas que se aprenden en el ambiente taurino de Cadalso de los Vidrios, gracias a nuestros entendidos visitantes.
Es posible que Serafín pudiera haber ayudado a "Desestimado", pero no es el oponente ideal para toros que no sean "rectilíneos".
A ver si es posible quedar el 2 de junio, al menos para compartir un café.
Un saludo.
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