jueves, 31 de mayo de 2012

¡Vaya tropa!

La exclamación la hizo célebre Romanones y hoy la pronunciaba mi vecino de grada, el argandeño Joaquín. No era para menos. El gentío abroncaba al picador por cumplir con su deber, saliendo al tercio a picar al buey de Carriquiri que se lidió en quinto lugar, después de haber acreditado indubitablemente su clase de morucho y su renuncia a acercarse a los petos, por más que ya se hubiesen cambiado 180º los terrenos de los caballos. La caterva no atiende a razones ni, por supuesto, conoce el art 72.5 del Reglamento Taurino (Si la res no acudiera al caballo después de haber sido fijada por tercera vez en el círculo para ella señalado, se le pondrá en suerte sin tener éste en cuenta). Esa misma mesnada había dejado irse de rositas al mismo picador, tras asesinar alevosamente al segundo de la tarde, asestando inmisericordemente dos puyazos, sin enmendar, en el mismísimo espinazo del animal.

No es mi intención ni mi gusto escribir sobre el personal, pero cuando no hay casi nada en el ruedo (y el "casi" de Galindo, Tito y Castaño, vendrá más que reflejado en muchos sitios), uno tiende más a fijarse en esa marea humana que se mueve al impulso de su capricho, o al de su vecino. Y no puede llamarse sino desvarío el dar palmas en el arrastre del bravucón -y, por tanto, manso- sexto, silenciar la presentación del tercero, con carita de eral adelantado, o aplaudir la salida del ya citado buey que hizo quinto, y que tenía de "núñez" lo que yo de alabardero. No soy amante de ningún Reglamento Taurino (como no lo sería de un Reglamento de Teatro, si por desgracia lo hubiere), pero si lo tenemos, aplíquese; verbigracia el art. 46.1: Las reses destinadas a corridas de toros o de novillos con picadores deberán, necesariamente, tener el trapío correspondiente, considerado éste en razón a la categoría de la plaza, así como el peso y las características zootécnicas de la ganadería a que pertenezcan..

Hoy las banderas estaban caídas, sin ondear en los mástiles, pero la corrida ha navegado con viento de cola, y eso explica muchas cosas. No sé si se me entiende.


Addenda. Fuentes de toda confianza me soplan que algún presidente de la plaza exige en el apartado que los morlacos voluminosos se corran en la segunda mitad del festejo, so pena de no aprobar en otro caso los de ínfimo trapío que han de lidiarse en la primera.  Lo cierto es que hoy  los dos bichos de más de 600 kilos se han lidiado en 5º y 6º lugar.

miércoles, 30 de mayo de 2012

¡Qué asco de plaza!

La "primera" plaza del mundo ha despedido a Julio Aparicio con bronca y almohadillas un minuto después de cortarse la coleta, un gesto que le honra como torero y como hombre. Momentos antes, esta misma plaza aclamaba como la quintaesencia del arte un circular invertido de Miguel Ángel Perera a un semoviente de Las Ramblas..

El Fandi cortando la coleta a Julio Aparicio, con Perera de testigo

Julio Aparicio abandona el ruedo venteño entre almohadillas e insultos

A los cobardes, indocumentados y energúmenos protagonistas desde los tendidos de tan lamentable espectáculo, al "respetable" a quien no me da la gana respetar, quiero recordarles el regalo que Aparicio nos hizo el 18 de mayo de 1994


Y a los desmemoriados, les pondré ante sus ojos la imagen dantesca de su tributo de sangre el 22 de mayo de 2010

Julio Aparicio 21 de mayo 2010
Imagen tomada del blog de Rafa Carlevaris

"Las broncas se las lleva el viento; las cornadas se las queda uno"
Rafael el Gallo.

Repito: ¡qué asco de plaza!

martes, 29 de mayo de 2012

David Adalid: un torero de plata

Es difícil hallar un profesional del toro que supere en afición a David Adalid. Y ayer lo demostró en la novillada de Guadaira.

Banderilleando al tercero de la tarde, en su primer par, cuadró en la cara del novillo, sacó los palos de abajo, para después abatirlos contundentemente, reunido el par, en lo alto de la res, saliendo con torería. Citó en su segundo par para que el animal se arrancase, pero éste, sin fijeza, atendió a un movimiento en las tablas y se fue hacia el burladero de matadores. Raudo y veloz, Adalid se fue a los adentros para ejecutar esa suerte al sesgo de las tablas, que hoy está casi abandonada. Y lo hizo no porque el toro se hubiera entablerado, sino para ahorrar capotazos.

Bregando, procuró economizar lances al sexto, lo colocó en suerte de banderillas con un solo capotazo templado por par, y lo llevó a una mano al burladero.

Desde aquí mi enhorabuena a este torero de plata, no solo por lo de ayer, sino por tantas y tantas otras que nos ha hecho disfrutar de su afición.

No quiero cerrar esta entrada sin destacar también dos grandes pares de Fernando Sánchez, citando muy toreramente y en corto al quinto novillo, y la brega al mismo de Iván Aguilera.

David Adalid clavando el par al sesgo de las tablas
Imagen tomada de las-ventas.com

¡Ya era hora!

A las nueve menos veinte de la tarde me llegaba un mensaje: ¡Ya era hora!

Gómez del Pilar estaba terminando su faena de muleta a Hortensio, su segundo novillo de Guadaira, y Miguel, desde la cercana delantera de la grada del 4, no se había podido resistir a abrir la espita de sus emociones con esa exclamación que venía a resumir la justificación de tantas y tantas tardes de búsqueda incansable y descorazonadora del toreo.

El novillero madrileño había desparramado por el ruedo venteño: disposición, decisión, ilusión, valor, seguridad, variedad de lances y pases, temple y gusto. También había dejado patente cómo se vacía una embestida y cómo se extrae todo lo que pueden llevar dentro los dos mejores novillos de un encierro. Y había demostrado, además, que los huesos de un toro son impenetrables por más que un humano se vuelque sobre el morrillo y doble el estoque apoyando su vida en él.

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Imagen tomada del blog de Rafa Carlevaris

Le anoté en solo dos novillos más suertes que en toda la feria junta: portagayolas, larga cambiada de rodillas (en los medios), galleo por chicuelinas, larga cordobesa, zapopinas, chicuelinas, tafalleras, muletazos de rodillas, bernadinas, trinchera, estatuarios, farol engarzado con pase de pecho, capeína o manoletinas. Todo eso además, claro está, de verónicas, medias, derechazos, naturales y pases de pecho, algunos de ellos, excelsos. No salió por la Puerta Grande porque ahora descuentan en Las Ventas los pinchazos en todo lo alto, entrando por derecho. Y no dio la vuelta al ruedo en su primero porque ahora en Madrid se hace caso a unos pocos integristas que, en su paranoia, dan en creer que ese premio solo es factible con una oreja en la mano.

Natural de Gómez del Pilar obligando a "Hortensio" a abrir surcos con el hocico en el albero.
Imagen tomada del blog Larga Cambiada

P.D. Si ayer me llegó el titular al móvil, hoy me llega el artículo completo al correo electrónico. Gracias, Miguel.

Fue una premonición la buena corrida de Baltasar Ibán del domingo día 27 de mayo de la que destacó el segundo, “Pistolero”, y su matador, Serafín Marín. Hoy es tarde de acariciante “lunes al sol” con temperatura agradable. Novillada en Las Ventas madrileña. Atardece con pereza cuando un novillero sale andando decidido con dirección a chiqueros. Se arrodilla en la raya de dentro, a porta gayola, se cala bien la montera, extiende decidido el capote, se persigna rápido tres veces, levanta el brazo derecho como brindando al cielo o implorando protección y después da señal al torilero -que asiste impertérrito frente a él a todo el ceremonial- de que abra el portón del chiquero. Sale el novillo, hace un escorzo extraño que no impide que Gómez del Pilar le enjarete una larga cambiada mientras el utrero se lleva prendido el capote en sus pitones. Y con eso el animal se conformó; no le quedó otra que conformarse. ¿Qué sino?, él quería la cabeza del torero y éste se la cambió por una larga cambiada, de esas que te alivian después de la inquietud que sientes al ver revoloteando el engaño en su testa. Esto sucedió a la salida del segundo de la tarde. Y volvió a repetirse, corregido y aumentado, en el quinto que, más que salir, aparece lento, pausado, enterándose. Incluso se detuvo en la misma puerta mirando a Noé y a los vencejos de la andanada. Y el torerazo siguió en sus trece: genuflexo, paciente, inmolado a la emoción. Un montón de torería le rebosa mientras desafía al morlaco con su mirada y con su ademán. Esta vez la larga fue más larga si cabe, y más emotiva, y las verónicas inmediatas pusieron a la plaza a revienta-calderas. Un clamor desatado, liberado a la impronta del arte.

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Imagen tomada del blog de Rafa Carlevaris

Yo veo a un torero andarles a los toros como lo hizo a su primer novillo Gómez del Pilar y… ¡Pum! ¡Una oreja… o dos! Algunos aficionados le pedían que se cruzara más. Y él les miraba, se cruzaba desafiando a todo bicho viviente. Tanto se cruzaba que se crucificaba ante el animal convenciéndonos con su verdad. Primero nos persuadía de uno en uno, después de mil en mil hasta que aquello se precipitó en forma de pasión incontenible. Ya nadie quedó insensible, arrebatados sí quedamos todos levantándonos al unísono para ovacionar esa entrega sin igual. ¡Qué torero! Era un manantial inagotable y convulso de torería. Y amigo, cuando esto pasa no hay arte humano que se le iguale. Y cuando esto sucede tiene que pasar en Las Ventas. No hay otra. Ninguna plaza como ésta siente con esa intensidad el sentimiento del arte. La gente en pie, al viento las palmas, al cielo el entusiasmo y la plaza, literal, boca abajo. Pinchó a sus dos oponentes, al segundo menos, y le dieron una oreja. Los que antes de forma admonitoria le aconsejaban colocación, ahora le proponían que diera una segunda vuelta al ruedo.

Le sobraba torería para dar y tomar. Era evidente que llevaba mil faenas por crear en su mente. Por eso mientras su compañero situaba al sexto morlaco ante el caballo a él se le distinguía, junto a tablas, toreando al infinito, a las musas caprichosas, a los sueños bellos lanceaba. A lo mejor los acompasaba para sí mismo o quizá para toda la humanidad. Noé Gómez del Pilar toreaba y como no suele ser habitual tamaño desliz, los espectadores nos mirábamos felices, dichosos y extrañados. ¡Eh toro!, gritaba mi vecino, al ver citar en los medios al novillero. El diestro nos hacía navegar en su barca, esa de Noé y el diluvio universal. Como seres privilegiados navegábamos. Nos eligió Noé para huir del diluvio de la vulgaridad y marchar en pos del paraíso donde mora la vibración de la verdad torera (¡Eh, toro!).

Si estos taurinos y políticos que están acabando con el toreo tuvieran tres dedos de frente y un mínimo de sensibilidad y redaños, rehacían ya mismo la Corrida Extraordinaria de la Beneficencia 2012 y anunciaban en corrida mixta y mano a mano a Enrique Ponce y Gómez del Pilar. Y ahí nos las den todas. Seguro que esa tarde ni yo, ni nadie, dormitaba ni bostezaba y prendería en nosotros la ilusión. Y de nuevo bajaríamos rumiando faenas oníricas por la calle de Alcalá con la mente almidoná. Pero lamentablemente no lo harán y esto, siendo de una belleza simpar, acabará siendo un maravilloso espejismo inconcluso, una sinfonía melancólica, un lienzo pleno de inspiración sin remate genial. Yo me estaba retirando del toreo y Noé me hace retornar, hace que canten de nuevo los ruiseñores toreros en mi corazón.

Gómez del Pilar se enseñoreó de la tarde, generó torería a raudales. Es lo que tienen los artistas, que nos hacen vibrar a todos por igual. Y era de ver, una vez imbuidos todos de esa genialidad, con qué majestuosidad prendió un par de banderillas, al sesgo, David Sánchez Adalid. Le colocaron al bicho y que no va en esos terrenos, se acula en tablas. Y David, un torero auténtico que posee innumerables recursos contenidos en las tauromaquias de siempre, se pregunta: “¿Dónde está el novillo? ¡En tablas! Pues allí voy yo, le cito seguro en su terreno, le prendo un par de banderillas con exposición y con torería en todo lo alto y con majeza y suficiencia torera salgo andando parsimonioso. ¿He dicho algo?” Pensado y hecho. Y otra vez la plaza convulsionada, miles de corazones desbocados rilando emocionados. Como volvió a acontecer en el tercio de banderillas del quinto. Iván Aguilera bregaba eficaz y sobrio para dejar al novillo frente al banderillero Fernando Sánchez. Fernando se dejó ver llamando la atención del utrero, caminaba hacia el semoviente con galanura y donaire. Sobrio, sin aspavientos ni falsas alharacas, le da todas las ventajas a “Hortensio” que se arranca hacia él. Es entonces cuando clava con una singularidad y plasticidad que tornó a dejarnos embelesados. Como un resorte prorrumpió la plaza en una ovación estruendosa. El torero caminaba feliz y extasiado hacia el tercio, roto por la satisfacción de la obra de arte efímera bien hecha.

En el mejor libro que he leído de toros, Don Gregorio Corrochano se preguntaba: “¿Qué es torear?”. Le voy a responder a usted con mucho respeto y admiración: Torear es lo acontecido ayer en la Plaza de Toros de Madrid. Lo que no se parezca a eso es marear la perdiz. La afición de Madrid es única. Se la tacha con toda suerte de improperios pero cuando percibe la entrega, la capacidad, en definitiva el arte de lo que sucede en el ruedo, ninguna se entrega como ella. Y claro, después de un montón de días, sale sonriente de la plaza y oyes hablar felices a los aficionados mientras componen posturas aflamencadas simulando un templado ayudado por bajo. Ya sólo me resta encaminarme Alcalá arriba zurciendo en la mente ese natural semicircular y eterno, ese pase de pecho que acaba siendo pase de corazón. ¡Eh, toro!

Miguel MORENO GONZÁLEZ

sábado, 26 de mayo de 2012

Escuelas de "torerimaquia"

Sobre la novillada de Fuente Ymbro  ayer en Las Ventas:

Los tres novilleros, el mexicano Sergio Flores, el sevillano Javier Jiménez y el madrileño Fernando Adrián, sufren fuertes revolcones, se salvan por pelos de la cornada, muestran su voluntad pero también sus limitaciones lidiadoras. (...) Lo peor es que ya están anunciadas las alternativas de Flores y Adrián. Y que esa falta de técnica es ahora frecuente.

Andrés Amorós (ABC Toros)

[Que] Fernando Adrían sea incapaz de hacer nada que evoque ni por el forro a lo que es el toreo, las cosas del ABC del lidiador tales como tratar de someter al toro, trastearle de pitón a pitón, doblarse con él o tratar de quebrantarle con la muleta, revela que el aprendizaje de este torero se ha hecho desde la base del desprecio más absoluto al de negro. (...) Con su segundo (...) se hinchó a hacer lo que le han enseñado y, la verdad, dio la impresión de que lo que hacía a nadie le interesaba

José Ramón Márzquez (Blog Salmonetesyanonosquedan)

[Fernando Adrián] dio la sensación de que está preparado para toros de los del bombón, de los de las figuras, y no estarlo para los regalitos. Oiga, pues como todo el escalafón suyo y el superior, no nos vamos a engañar, me contesta el subconsciente.

Antolín Castro (Opinión y Toros)

Sobre la clase de toro que se cría y sus causas:

Ahora no merece la pena criar toros bravos porque a los chavales de las escuelas no les dejan ponerse delante. Si a un chaval que está empezando no le dejan... pero si no tiene un poco de raza, no se le puede enseñar. Ahora solo les enseñan a ponerse bonitos con novillos de las mismas hechuras. ¿Cómo hacen cuando les sale el toro en Madrid? Los manda para casa.

Antonio Peláez Lamamié de Clairac (TIERRAS TAURINAS nº 14)

miércoles, 23 de mayo de 2012

Juan Pedro Domecq: ¿sangre o aguachirle?


"Por lo tanto, ahora busco animales que tengan un nivel superior de fiereza para darle al público lo que pide (...) ahora apruebo únicamente a los que tienen más fiereza..."

Juan Pedro Domecq y Díez (q.e.p.d.)

Del capítulo: Juan Pedro Domecq y Díez: el toro de las figuras
 (TIERRAS TAURINAS nº 9)

6º de la tarde de hoy en Las Ventas. No podía con tanta fiereza.
Imagen tomada de Marca.com

lunes, 21 de mayo de 2012

"Estío", un toro de lidia.

Pasadas las 10 de la noche arrastraban en Las Ventas, entre más pitos que palmas, al tercer sobrero de la tarde-noche: un "zapato" con dos velas de Hermanos Domínguez Camacho, de 487 kilos de peso, con 5 años y 8 meses de edad, de nombre "Estío"(*), totalmente a contrapelo de los tiempos modernos de la Torerimaquia.

Un toro de lidia que no tenía lo que tanto sobra: kilos en la romana, y embestida pastueña y de carril en su comportamiento.

Una "guindilla" a la que sobraba lo que tanto falta y tanto se echa de menos: movilidad, pelea y castigo en el caballo, acometividad, fuerza, fiereza y duración.

Un toro que pedía a gritos lidia; es decir, dominio. Si no -ya se debería saber- la casta se desborda.

Un toro al que banderilleó soberanamente Luis Carlos Aranda.

Un toro al que pitaron de salida los mismos que callaron cuando salió el 5º de la tarde, uno de los toros más bastos y feos que se han visto en los últimos años; y un toro al que pitaron en el arrastre los mismos que silenciaron el comportamiento mular del susodicho quinto de Couto de Fornilhos.

Por desgracia, nadie habrá cortado sus criadillas para sembrar de casta el campo bravo.

Nota: Gracias, señor Muñoz Infante, porque su tozuda ignorancia y su lamentable incongruencia (devolviendo un toro apto para la lidia) han permitido inundar el ruedo venteño de un torrente de casta.

Luis Carlos Aranda banderilleando a "Estio"
Imagen tomada de "Aplausos.es"


(*) P.D. Leo en el blog Catafalco y Oro una entrada firmada por Javier Salamanca que aclara que el nombre del toro no era "Estío", sino "Vaporoso", y da noticia de la vida y viajes del animal durante los años 2011 y 2012.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...