lunes, 21 de noviembre de 2016

A esos que nos insultan y quieren nuestro mal. Miguel Moreno González

Sé que la corrida posee ciertas sombras que ustedes definen exageradamente restándoles, en mi opinión, credibilidad a sus manifestaciones. Efectivamente, el toreo es también sangre pero no es ni por asomo esa sangre la que a los aficionados (especie en vías de extinción entre los que me encuentro) nos convoca a la plaza. Puede sonar paradójico si digo que el más convencido defensor del toro es el aficionado. Y digo aficionado y no ciertos taurinos que al socaire del dinero irrumpen en la plaza para montar corridas devaluadas donde se pasan por el arco del vil metal toda la grandeza que atesora el toreo. En esas corridas, es verdad que el toro que se lidia es débil y mueve a compasión por las constantes vejaciones que padece dentro -y fuera, que es peor- del redondel y que una masa festiva y taurinamente ignorante parece disfrutar. Pero el aficionado y cualquier persona con sensibilidad están tan (o más) en contra de esos actos como lo puedan estar ustedes mismos. Los aficionados sencillamente amamos el toreo porque una tarde se nos reveló envuelto entre los pliegues de un capote con aromas celestiales.

El arte de Cúchares, (Fco. Arjona "Cúchares", Madrid 19-5-1818. "La gracia, el donaire y la sabiduría tienen solo un nombre: el arte de Cúchares), evidentemente no es nacional. El arte no es patrimonio de ninguna nacionalidad (tan en boga ahora, ¡qué cosas!), si acaso lo será de quien lo percibe en su fibra más sensible. A diferencia de otras artes ésta es efímera y se desliza directa hacia la emoción no necesitando obligadamente de cicerones que nos la descubran. Su plasticidad ya se encarga de ello. Sólo es cuestión de que la suerte nos favorezca con estar en el lugar y en el momento idóneo. Sobrarán entonces palabras y argumentos para definirlo. Esta suerte les deseo a ustedes: poder "sentir" en lo más íntimo el "arte de Cúchares", sin por ello abjurar lo más mínimo del componente cruento que ustedes lógicamente repudian.

Dándoles respetuoso su parte de razón, yo quiero reivindicar la -al menos- otra parte de razón que nos asiste a los que sentimos el toreo. Tampoco quiero caer en la dicotomía de toros sí o toros no y justificarlos con el, entre otros, manido argumento -cierto por otra parte- de los grandes artistas que buscaron y encontraron la inspiración en este arte que surge -no lo olvidemos- después de dominar un fiero animal con ritmo, cadencia, suavidad y sentimiento. Yo creo que al final todo es cuestión de sensibilidad y ya sabemos lo subjetiva y caprichosa que es esta señora.

Es cierto que el toro muere en la plaza, pero: ¿qué sería de él si el toreo desapareciera? De muchos animales ya sólo se conservan las láminas coloreadas que aparecen en las enciclopedias y las películas. Por contra, año tras año, sigue apareciendo por el toril este morlaco desafiante, orgulloso y digno y las únicas murmuraciones que se oyen entonces en la plaza son de admiración y a muchos, además, nos arrancan lágrimas emocionadas cuando colaboran a inmortalizarse hermosamente en nuestra memoria, así somos felices también cuando nos asalta su recuerdo. ¿Se les da hoy al resto de los animales esta bella posibilidad?

Se atribuye a Rafael "El Gallo", el divino calvo, la frase: "El toreo es tener un sentimiento y decirlo". Cada tarde nos dirigimos a la plaza con la secreta ilusión de que nos conmueva ese sentimiento. Y eso, créanme, es al final la única razón que nos asiste a los aficionados. Y la llevamos tan en secreto que ni defenderla sabemos.

Miguel Moreno González

Pintada de antitaurinos en el pedestal del busto de Alexander Fleming en Madrid

viernes, 18 de noviembre de 2016

Antonio Bienvenida, protagonista de los Sábados Taurinos de Cadalso de los Vidrios

Mañana sábado, a las 7 de la tarde, la tertulia organizada por la Asociación Taurina Cultural de Cadalso estará dedicada al maestro Antonio Bienvenida, para lo que contaremos con la presencia de su hija Paloma y su nieto Gonzalo.


Antonio Mejías Jiménez, "Antonio Bienvenida", ha sido uno de los toreros referentes del siglo XX, con una dilatada carrera y el general reconocimiento de crítica y público. Tendremos la oportunidad de conocer su historia a través del testimonio de sus descendientes. No obstante, quiero destacar dos sucesos que dan idea de la integridad personal y profesional de este maestro: encarcelado por querer matar toros de Miura y vetado por sus compañeros por denunciar el afeitado.

El día previsto para su alternativa, el domingo de Resurreción de 1942, primera corrida de la temporada en Las Ventas, acabó en la cárcel junto a su hermano Pepe, que iba a ser su padrino. Se trataba de un mano a mano entre los dos hermanos y la ganadería anunciada era la de Miura. La expectación era una de las mayores que se recordaban. En el reconocimiento se rechazaron dos toros y la empresa quiso sustituirlos por dos de Terrones. Antonio se negó, aduciendo que él se había comprometido a tomar la alternativa con toros precisamente de Miura. La autoridad detuvo y encarceló a los dos hermanos, que saldrían precisamente tres días después para torear la corrida una vez que se completó el encierro con dos toros de Miura venidos de Lora del Río. A lo largo de su vida profesional toreó más de 100 tardes en Las Ventas y lidió 48 toros de Miura. Comparen con las figuras de hoy.

En 1952 comenzó su campaña contra el afeitado que campaba a sus anchas por las plazas de toros. En declaraciones a ABC no dejó títere con cabeza:
"La culpa del afeitado es de todos, menos de las empresas. De los toreros, por comodidad en la ausencia de peligro. De los ganaderos, porque se dejan llevar de los que pueden imponerse. Y del público, que se deja engañar (...) Lo que no puede hacerse en ningún caso es torear becerrotes desmochados y considerarse matadores de toros. Lo antiguo es la verdad; lo moderno, la mixtificación.
El afeitado perjudica al toro. Los riñones, el cuello, todos los músculos se relajan en la paliza de la operación. Y el tacto. Los toros se caen mucho porque han perdido el 40% de su capacidad en esas luchas.
Además de los toreros, la prensa es culpable de la mixtificación, por callar estas cosas en algunos casos. Y también el público, por entusiasmarse con las faenas ante un toro disminuido.
Si quieren seguir así, yo me retiro, y en paz. Pero créame. Yo soy un hombre honrado, he toreado muchos toros afeitados y sé lo que digo (...) Cuando me dediqué a torero sabía lo que hacía. Y no era esto entonces. No hace de ello más de diez años".
Esta denuncia obligó al Ministerio de la Gobernación a aprobar una Orden garantizando la integridad de las defensas. Pero las figuras de entonces y algunos taurinos impusieron su veto, que duraría casi dos años, negándose a compartir cartel y no se le contrató en Bilbao, Pamplona o San Sebastián. El grupo de los que vetaron a Bienvenida estaba constituido por Antonio Ordóñez, Jumillano, Pedrés, Rafael Ortega, Antoñete y Julio Aparicio.

Antonio Bienvenida fue un torero cabal, que, además, toreaba con arte y naturalidad.

La familia del Papa Negro

Lápida homenaje a Antonio Bienvenida en la Puerta Grande de las Ventas

sábado, 5 de noviembre de 2016

Tercera edición del libro de la Plaza de Cadalso de los Vidrios

Tras el éxito de las dos primeras ediciones del libro "25 años de la plaza de toros monumental metálica" y la demanda de aficionados que se habían quedado sin ejemplar, se ha impreso una tercera edición.


 El libro es el resumen de la Monumental Metálica de Cadalso en sus primeros 25 años (1990-2014). Consta de 175 paginas con multitud de fotografías a color y blanco y negro dejadas desinteresadamente por vecinos y aficionados no sólo de Cadalso sino también de otras localidades.

 En su interior está desglosado año por año y festejo a festejo lo sucedido en su ruedo. Todas las reseñas, anécdotas, datos reseñables, y dos secciones tituladas De Olé y ¿Sabías Qué?. Hay un capitulo dedicado exclusivamente a las Peñas de Cadalso, otro a la Unión Musical y un tercero a Otros Eventos celebrados que no han sido taurinos. También están todos los carteles de los festejos organizados, un capitulo en agradecimiento a las personas colaboradoras y un Epílogo final del polifacético escritor cadalseño Miguel Moreno González.

 Su precio es de 20€ y se puede adquirir en el Hotel Rural Ermita de Santa Ana (Calle El Coso, 32) o en los siguientes teléfonos: Jorge Garcia: 630230447 Roberto Garcia: 626127350




viernes, 4 de noviembre de 2016

El recuerdo de Antoñete Iglesias en los coloquios de Cadalso de los Vidrios

Antoñete Iglesias será el protagonista del primero de los coloquios que tradicionalmente organiza la Asociación Taurina Cultural de Cadalso de los Vidrios en los meses de noviembre de cada año.


Antonio Iglesias Guzmán, fue un novillero puntero de los años veinte y treinta del pasado siglo, y torero de plata hasta 1964. Nació en Madrid en 1911 y era hijo del "Chico del Matadero", que fue banderillero y puntillero. Tras su retirada como novillero en 1939, pasó a ser un sobresaliente banderillero enrolado en cuadrillas de grandes figuras: Antonio Bienvenida, Manolo Escudero, Victoriano de la Serna, Vicente Barrera, Morenito de Talavera, Julio Aparicio o El Cordobés.

Como novillero actuó en el último festejo celebrado el 6 de noviembre de 1931 en la Plaza de Toros de la Carretera de Aragón de Madrid.

Se despidió definitivamente en 1964 en la Plaza de Toros de Hellín, formando parte de la cuadrilla de Manuel Benítez "El Cordobés". Falleció en 1989.

Su casa en Cadalso se encuentra al lado del antiguo cine, del que fue propietario junto a su esposa, Julita, como aquí se la conocía.

Para saber más de Antoñete Iglesias hay que acudir mañana sábado, día 5, al Hogar del Pensionista, donde su hijo Antonio nos hablará de la vida de este novillero cadalseño de adopción.

Anoñete Iglesias. Imagen tomada de Gestauro.blogspot.es

Cartel de la Feria de Talavera de 1933, con ganado de Paulino Alcázar

En el matadero (Imagen tomada del blog La Razón Incorpórea)




Cartel de la última actuación de Antoñete Iglesias en Las Ventas

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...