viernes, 5 de octubre de 2018

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítaseme la licencia de utilizar esta metáfora para dar por concluida la actividad de este blog, que naciera como continuación de otro que ha cumplido diez años. Ni siquiera he esperado a terminar la temporada y mira que ya está a punto de echar el cierre.

No ha sido una decisión meditada, más puede tacharse de un arrebato que surgió en plena redacción de la entrada sobre la corrida del pasado domingo, que ha quedado así como puede leerse. El toro se fue para el corral y don Venteño se quedó con la palabra en la boca. Quizás sea injusto no darle digna sepultura y dejarle vagando como fantasma por la blogosfera, pero él sabrá perdonármelo.

Comentar cada festejo, seleccionar y editar las fotografías, redactar sus pies y ofrecer un cuadro de valoración del comportamiento de cada toro, lleva demasiado tiempo y quizás haya pesado hacerlo durante muchos años. Quizás, pero no puedo asegurar que ése sea el motivo. En cualquier caso no voy a perder un minuto en darlo vueltas.

Un programa chivato me dice que he tenido pocos pero muy fieles lectores. Nunca he pretendido aumentar mi audiencia, ni poniendo enlaces en las redes sociales (de hecho, solo tenía Facebook y hace un año lo abandoné) ni toreando para la galería. Lo que he publicado era para mí, y ofrecido a aquellos que pudieran tener alguna sintonía con mi forma de ver la Tauromaquia. En realidad, nunca me han gustado los populismos y la gran audiencia suele estar reñida con la calidad y el mérito. Algunos de esos lectores fieles me han felicitado personalmente por una u otra cosa del blog, y a ellos quedo muy agradecido.

A partir de ahora dedicaré ese tiempo que me llevaba el blog a otros afanes, y mi forma de vivir la Tauromaquia irá por otros derroteros, que desconozco. La incertidumbre tiene ese punto de emoción que hoy no tiene una corrida de toros, será por estar acorde con los tiempos del pensamiento uniforme.

Perdone el lector que haya aflorado el YO en esta entrada, y el encantado de haberme conocido, pero alguna vez tenía que darme ese capricho de halagar mi ego y darme un poco de pisto, solo sea en esta despedida. Hasta voy a terminar con una fotografía mía, eso sí de espaldas, algo que no sera fácil de encontrar para quien busque otra en este blog, un blog que podrá seguir consultándose, por si alguien está interesado en algún dato o en alguna mala fotografía.

Hasta siempre, amigos.

La coleta salinera que me corto, vista por un grande de la fotografía: Rafa Carlevaris

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...