Desde el 8 de mayo, Taurodelta sabe que Curro Díaz no podría cumplir su compromiso esta tarde en Las Ventas, por la fractura de peroné que sufrió ese día en La Maestranza sevillana. Y ha esperado hasta la noche de ayer para anunciar su sustitución por Arturo Saldívar, elegido gracias a su actuación el 15 de mayo, según la nota de la empresa.
Se quiere justificar esta demora con el argumento de que la empresa esperó hasta finalizar la corrida de ayer, por si triunfase alguno de los actuantes. Seamos inocentes y creamos que esto es cierto. Ello deja en evidencia la categoría del sustituto, pues la empresa ha esperado hasta el último momento para decidirlo, al no encontrar algo mejor. Esas dudas de la propia Taurodelta con la idoneidad del mejicano para la sustitución de Curro Díaz, debían haber llevado a la deducción de que serían muchos los abonados que devolverían sus entradas. Y como solo dispodrían de unas horas para ello, lo mínimamente exigible es que la empresa hubiese habilitado un número suficiente de taquillas, en especial en la hora previa al festejo, para atender debidamente a los señores abonados y espectadores que deseaban devolver su localidad, al no estar conformes con la sustitución, devolución que necesariamente había de instarse antes de la 7 menos cuarto de la tarde, según previene el art. 33.3 del Reglamento Taurino Nacional:
Artículo 33. 3. Los espectadores tienen derecho a la devolución del importe del billete en los casos de (...) de modificación del cartel anunciado. A estos efectos, se entenderá modificado el cartel cuando se produzca la sustitución de alguno o algunos de los espadas anunciados o se sustituya la ganadería o la mitad de las reses anunciadas por las de otra y otras distintas.
La devolución del importe del billete se iniciará desde el momento de anunciarse la (...) modificación y finalizará (...) quince minutos antes del inicio del [festejo]. Los plazos indicados se prorrogarán automáticamente si finalizados los mismos hubiese, sin interrupción, espectadores en espera de devolución.
Yo me malicio otra razón, que cualquier lector mínimamente avispado compartirá: si la sustitución se anuncia con una antelación de varios días, todos los abonados se habrían enterado con tiempo y muchos podrían haber optado por devolver sus entradas con comodidad cualquier otro día, sin tener que desplazarse ex-profeso a Las Ventas hoy viernes para conseguir la devolución del importe de su entrada. Pero claro, eso habría reducido los ingresos de la empresa, lo que no casa con la finalidad de lucro que persiguen las entidades mercantiles. Y Taurodelta S.A., lo es.
El resultado de todo esto son estas imágenes de la puerta de la plaza:
No es una concentración de "indignados" ¿o sí?
Es la "Cola de caracol" de abonados esperando obtener la devolución de sus entradas. 18.51
Cabeza de ese caracol. Misma hora: 18.51
Menos de 10 personas interesadas en sacar entradas para el festejo. Misma hora: 18.51
El número de taquillas es idéntico para despacho y para devolución de entradas.
Cola de abonados aún pendientes de la devolución de su entrada. 19.03
Los miembros del Cuento de Arreglos Taurinos no tienen ninguna preocupación: ni están vigilantes ante la gestión de la empresa concesionaria, tan poco respetuosa con los consumidores, ni tienen necesidad de pedir la devolución del importe de sus pases de callejón. ¡Yo también quiero ser feliz!
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