miércoles, 9 de mayo de 2018

Ni toros ni toreros. Las Ventas, 9 de mayo de 2018

El trapío es un concepto discutido y discutible, pero hay amplio consenso en que varía en función del encaste de que se trate. En palabras del Reglamento Taurino, ha de atenderse a las características zootécnicas de la ganadería a la que pertenezcan las reses. El hierro anunciado era el de La Quinta, procedencia buendía, línea santacolomeña que se caracteriza por ser sus ejemplares terciados y de esqueleto fino. Nada que ver con los tres primeros toros corridos esta tarde, el primero grandón y llamativamente regordíos segundo y tercero. Los otros tres tampoco eran para una lámina. Si se quiere evitar en el futuro que los ganaderos saquen de tipo a sus ganaderías o atraquen de pienso los comederos para dar volumen, los veterinarios tienen la obligación de rechazar toros tanto por defecto como por exceso. No lo ha hecho así el equipo veterinario Hebrero-Pizarro-Merino y lo hemos pagado los asistentes.

El relleno y panzudo segundo de la tarde

Con buen criterio, en tarde tan agradable, don Venteño había elegido aparcarse en la terraza del Rincón de César. Con gesto adusto, me invitó a sentarme a su lado.

- Buenas tardes, Cadahalseño, me he permitido pedirle su tercio de Mahou y una racioncita de boquerones fritos recién llegados de la lonja de Benicarló, según me asegura Remi que ha leído en la pescadería. Están deliciosos.

- A las buenas tardes, don Venteño. Han debido de llegar al tiempo que mi cuñado, que de allí ha venido hoy para chuparse la Feria.

Agarró un pececillo por la cola y lo elevó por encima de la cabeza para hacerlo desaparecer entero en su boca, saboreándolo con deleite. Preferí aliviar mi sed llevando el botellín a mis labios. Por un momento permanecimos callados, aguardando que fuera el otro quien abriese fuego. Me lancé:

- Mal comienzo de Feria llevamos. Ayer los novillos de Guadaira y hoy los toros de La Quinta, nada de nada. Y ni los novilleros ayer ni los toreros hoy han demostrado gran cosa, por no decir nada.

Se limpió con una servilleta de papel y adoptó pose de profesor.

- Mire usted, yo por lo que más lo siento es por los toros. No por la ganadería en sí, sino por su encaste. Yo soy de Santa Coloma, porque es un toro avispado, con movilidad y casta. Y si uno de sus hierros falla, yo me llevo un disgusto, tal que el de esta tarde. A mí que El Cid siga siendo el de los últimos años, o que Bautista sea ese torero mecánico que ha sido siempre o que el otro, ése que usted no quiere nombrar desde el año pasado, naufrague lastimosamente ante un toro encastado, eso ni me roza, porque hoy por hoy es un cartel de plaza de segunda tirando a tercera. Pero que los de La Quinta se paren por falta de poder y de casta, eso sí que no.

- Ya, aunque no todos han sido así. Por ejemplo, el sexto se le ha subido a las barbas a ése, como corresponde a un toro de lidia, y ha terminado haciéndose el dueño, por incapacidad del torero. Y tan torpe con los aceros que a poco le mandan el toro al corral, tras tres pinchazos y cuatro golpes de cruceta. Súmele cinco más en el tercero y la cifra es casi de récord.

Sonrió echándose hacía atrás.

- Ay Cadahalseño que manía le ha cogido al burgalés. Por lo menos anote en su haber el buen saludo por verónicas al tercero, eso sí, un ejemplar apretado de cuernos y que metió la cabeza con mucha clase. Lástima que después no pudiese con sus carnes y se aplomase en el último tercio.

- Después de la que armó en mi pueblo, como para hacerle monerías. Y con todo lo que usted diga, ha quedado más que en evidencia para los años que lleva en esto. Claro que más lleva mío Cid y me da cosa verle arrastrándose por los ruedos. Oiga, que ha sido incapaz de pararse, ni con el andarín, deslucido y mirón segundo, ni con el exigente quinto. Para colmo, ni mató.

- Ande, beba y coma que le voy a rematar esto, que no vale la pena mucho más. Queda el francés, al que Dios no favoreció con los dones de la gracia ni de la clase. Ahí anduvo demasiado tiempo quitando las moscas al flojo y descastado primero, y muy mecánico y frío con el suave, fijo y noble cuarto. Y más detalles  de los toros y de lo de picadores y banderilleros, póngalo usted en los pies de fotos, que ahora mismo vamos a rematar usted y yo con dos gin-tonic que no se los salta un gitano. ¡Remiiiiiii!


Cuadro de puntuación de la corrida de La Quinta



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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...