Cuando se anuncian figuras en el cartel, muchos aficionados esperan toparse con un encierro flojo, bajo de casta y derrochando nobleza. No ha sido el caso de la corrida de Garcigrande de esta tarde en Las Ventas, con toros que se han salido de ese guión previsible, y al mismo tiempo han dado oportunidades de triunfo. La terna, en distintos grados, ha estado por debajo de los toros.
El cuarto de la tarde realizó uno de los mejores tercios de vara de la Feria
Los bares de los alrededores notan en negativo la larga duración de las corridas, que invita a muchos espectadores a poner directamente proa a su casa. Por esa razón, el Rincón de César no alcanzaba la media entrada. En su mesa, don Venteño daba cuenta de un plato de lacón ahumado, acompañado de patatas fritas. Tomé asiento a su lado retirando el programa de mano y mostrándoselo.
- A las buenas tardes, usted que le ha visto más, ¿tanto fumaba Manzanares padre para que la caricatura sea con un pitillo en los labios?
- Y yo qué quiere que le diga. Yo le veía en la plaza toreando y no sé más. Supongo que se echaría un cigarrillo en el callejón, como tantos otros, pero no creo que fuera su signo de identidad. Pregunte mejor a Jerome Prodet que es el autor.
- No tengo el gusto, así que me quedaré con la duda. No creo que sea algo que no me deje dormir. Pero mejor vayamos al tema que mire la hora que es. Es increíble que una corrida dure 160 minutos.
Sonrió y me puso la mano en el hombro.
- Amigo Cadahalseño, siempre le veo estresado y no es bueno para la salud. A mí no me meta prisa. Metasela a estos toreros que son incapaces de redondear una faena en veinte pases a un toro con pujanza y se empeñan en llegar a cien con toros apagados, y proteste a los que encima los aplauden.
- No perdamos tiempo y vayamos al grano. ¿Qué le ha parecido la puerta grande de Sebastian Castella?
- Otro despropósito de este presidente. Es un chollo el hombre. Esta temporada han salido cuatro matadores de toros por la puerta grande y los cuatro los ha sacado él: Álvaro Lorenzo, Talavante, López Simón y Castella.
- Por cierto, siempre acompañado del veterinario Carlos Fernández Zapata, que comenzó siendo compañero mío de abono. Pero no se me vaya por las ramas y al toro.
- A usted se lo voy a decir yo. El francés había estado a la deriva con su primer toro, de Domingo Hernández, un toro con mucho genio en todos los tercios y de embestida descompuesta, al que ha sido incapaz de domeñar y que ha acabado subiendosele a las barbas. Y no se le ha ido al corral de milagro, porque ha dado un mitin con la espada. El quinto ha sido un toro que se ha movido mucho, que metía la cara con codicia y al que se le ha picado muy poco. En el saludo no le dio salida con el capote y esa fue la única causa de la voltereta, porque precisamente hacía el avión por el pitón izquierdo con el que le enganchó. Sólo me gustó como toreó Castella de rodillas, por cierto que así inició las faenas de muleta a sus dos toros, olvidándose de sus clásicos pases cambiados por la espalda o los estatuarios. Después no supo cuajar esa embestida clara y vibrante, con toreo despegado y superficial con la derecha, dejando para el final, cuando el toro se aplomó, echarse la tela a zurda, el pitón del toro, como se demostró en los dos circulares por ese lado con los que cerró dos tandas de derechazos. La estocada sí fue buena, entrando muy por derecho. Esto pueden ser dos orejas en Nimes pero no deberían serlo en Madrid.
- Hombre, creo que ha pesado mucho en los tendidos la impresionante voltereta que le dio con el capote y la forma de rehacerse. El toreo no puede ser ajeno a la impresión que ello produce. Quizás es una de sus grandezas y no deberíamos subestimarla. Vamos, que si a usted o a mí nos pasa una cosa parecida, todavía estaríamos en reanimación.
Me miró con el rictus contraído y antes de contestar bebió un trago de su Galicia 1906.
- Cada uno es esclavo de sus emociones, y yo soy el primero que se descubre ante esta gente. Pero el riesgo es consustancial al toreo y sobreponerse es una obligación del torero. Y porque son capaces de eso, ellos están el ruedo y nosotros pagamos por verlo desde el tendido. Yo lo que valoro es lo que le he dicho y como le he repetido tantas veces, estando por debajo de las posibilidades de un toro no se puede salir por la puerta grande, además sin dar un lance y sin torear al natural. Bueno, poderse se puede si don Gonzalo de Villa está en el palco.
- No discutamos más de eso, y vayamos con Enrique Ponce. Ya le adelanto que hoy no ha estado como otras veces, sobre todo con ese cuarto que de hacer una buena pelea en varas, muy fijo y empleándose en el peto, ha ido estropeándose en el segundo tercio, esperando a los banderilleros y ha acabado defendiéndose con mal estilo, pegando tornillazos. A toros así, el valenciano ha acabado dominándolos en otras ocasiones y hoy no ha podido, y encima lo ha despenado de una bajonazo.
De nuevo puso cara de fastidio.
- Vamos a ver, Cadahalseño, Ese toro tenía mucha casta y ninguna nobleza. Vamos, que pedía el carnet. Y Ponce se lo ha mostrado, plantándole cara sin aspavientos, con aplomo, pero lo que no puede hacer es milagros. Así como al francés, el tercero le desbordó, el de Chiva se terminó imponiendo, como quiso demostrar gráficamente parándolo y tocándole el pitón con la mano. Y recuerde que fue un toro que salió esperando en toriles y frenandose en los capotes.
- Yo no lo veo así, pero bueno... Y tampoco con el sobrero de Valdefresno, que era un carretón, hizo esa faena preciosista que acostumbra con esta clase de toros. Eligió mal los terrenos, poniéndose donde más molestaba el viento, y cuando quiso irse a resguardo, el toro se había acabado. Algo imperdonable en torero de tanta experiencia.
- En eso no le voy a quitar la razón. Y más por lo que ya dije antes. Si un toro se apaga, o echa la persiana, como dicen algunos, se corta la faena y a matar, no a seguir quitando las moscas a una animal agónico y a aburrir al aficionado.
Miré el reloj y se lo mostré al viejo aficionado.
- Tenemos que abreviar nosotros también. Queda el otro.
Se le dibujó una sonrisa en la cara.
- ¿Es que no va a decir su nombre? Mire que es usted rencoroso.
- Ya le expliqué la causa la tarde de Toñete y no la voy a repetir. En cualquier caso, el día de su confirmación ha explicado el por qué fue novillero puntero: la espectacularidad, por su contundencia no por su ortodoxia, con las banderillas y la seguridad con el estoque, aunque haya pinchado una vez. En lo demás le queda mucho camino por andar.
- A mí me han decepcionado dos cosas. Su primero era descastado y en dos ocasiones se ha frenado. Colombo en las dos ocasiones se ha movido y no ha aguantado. El sexto, por el contrario, era un toro encastado que requería mando y, vale que pueda equivocarse una vez citándolo de lejos de rodillas, pero una vez que compruebas su brusquedad, no intentes lo mismo. Y cuando ya has visto como volaba la muleta dos veces, cuídate de quedar desarmado de nuevo dejando la muleta en la cara, porque el resultado es que te la vuelva a enganchar. Es lo que siempre se dice. Una cosa es torear y otra dar pases. Y este sexto era encastado, pero alegre en su embestida y repetidor, un toro exigente pero muy agradecido si se le hubieran hecho las cosas bien. Pero bueno, es joven y tiene tiempo para aprender. Lo preocupante son aquellas dudas.
Lo último lo dijo mientras se levantaba. Hicimos un gesto de despedida a Remi y salimos hablando de la extraña y coral corrida de mañana, en la que el venezolano tendrá un sólo disparo para enmendar lo de esta tarde.
Cuadro de puntuación de la corrida de Garcigrande (4), Domingo Hernández (1) y Valdefresno (1)
Enlace a LA TARDE CONTADA EN IMÁGENES
1 comentario:
El cuarto de ayer y el sexto de Victoriano en la corrida de la cultura es lo más torista de lo que va la feria, es decir lo más bravo que he visto hasta ahora. Saludos
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