viernes, 11 de mayo de 2018

Mucho peso y pocas nueces. Las Ventas, 11 de mayo de 2018

Volvía Pedraza de Yeltes, una de las ganaderías apreciadas en los feudos toristas de España y Francia, después de la decepcionante de 2016. Lamentablemente, se pareció demasiado a aquélla: toros voluminosos, parados y noblotes. Incluso con más peso, tanto que la media alcanzó los 623 kilos. Una tarde que se olvidaría pronto si no fuera por el polémico final, motivado por la tensión entre el rigor exigible en esta plaza y la soberanía que el Reglamento concede al público para otorgar o no la primera oreja. 

Fortes da una segunda vuelta a un ruedo plantado de almohadillas
Imagen inédita en una plaza de toros

Que aún no han aparecido las figuras en la Feria lo atestigua la calma que irradiaba de la cara de don Venteño, arrellanado en el sillón de la terraza, desparramando la vista a la caza de alguna buena vista.

- Buenas tardes, amigo Cadahalseño, deme usted albricias, que estamos de inauguración. El agarrao de Remi se ha estirado y nos ha colocado unas almohadillas.

- Hombre, no esperaba usted que me mentara precisamente las almohadillas, que ha sido la noticia de hoy.

Apareció Remi con su bandeja. Sin agacharse, erguido, dejó en la mesa una Galicia 1904, un tercio de Mahou y un platito de champiñones a la plancha, con jamón y ajo.

- Así me gusta, Remi, siempre erguido, bajando la mano sin descomponer la figura. Eso es un camarero. Ya quedan pocos así. Bueno, como los toreros.

Remi mantuvo una sonrisa inexpresiva y volvió a sus afanes. El viejo llenó su copa de cerveza, bebió un trago y apoyo sus codos en la mesa.

- Así que me enseña la muleta con el asunto de las almohadillas. Pues no me voy a arrancar, que ya le tengo dicho que las pelúas son despojos, y yo por despojos no me peleo. Hombre, lo que sí me cabrea es que las únicas polémicas en esta plaza y en tantas otras, solo las encienda la negativa de un presidente a dar orejas. Como si fuera lo importante y lo demás dé igual. Claro, que no me extraña si el personal se guía por los comentarios de la tele, porque al Emilio, o al Caballero, o a la Cristina, o al Maxi, o al Germán lo que les pica siempre es que no den orejas a los toreros, esos que en su opinión jamás están mal. Lo único que le voy a decir es que yo no la he pedido, porque una voltereta no es mérito. Cierto que Fortes toreó muy bien en ese quite variado de cordobina, tafallera, tijerilla y media, y que estuvo por encima del parado sexto, con una buena tanda meritoria en las cercanías, pero esa estocada rinconera me desanimó para sacar el pañuelo del bolsillo.

- Yo me quedo con la progresión de Fortes, que manteniendo su extraordinario valor, ha evolucionado su toreo, vertical, con los pies asentados y corriendo la mano sin despedir al toro para allá como hoy es moda. Lo demostró en el noble tercero, un toro sin recorrido que se quedaba al tercer pase de la tanda. Ha reforzado su crédito, ya alto tras su triunfo de marzo con los victorinos.

 Me alargó el plato de champiñones.

- Ande, coma, que vamos a tener que dar la oreja al Remi, porque estos champiñones están superiores. Y en su tamaño justo, ni grandes ni pequeños. Hablando de tamaños, que dicen que es cosa que importe, el encierro de hoy ha sido de lo más grande que recuerdo: toros grandes, altos, largos, enmorrillados, nada apretados de carnes. Lástima que los aldeanuevas de Uranga hayan estado tan vacíos de casta.

- Yo venia con la ilusión de ver buenos primeros tercios, pero casi todos han manseado en el peto. Ese primero que se repuchaba sin entrega. Ese segundo que derribó buscando las vueltas al caballo para irse a toriles. Ese tercero que se limitó a dejarse. Ese cuarto que también derribó buscando las patas del jaco, para repetir sin entrega. O ese quinto acudiendo a los dos caballos. Sólo el sexto cumplió. Si a eso unimos que su tendencia fue a menos, parándose en el último tercio, ya me contará.

Mientras yo hablaba, él vació la botella en la copa, y bebía atendiendo mi discurso.

- ¡Qué difícil es ver la casta! Al menos ayer sí pudimos verla, especialmente en ese 'Hechizo' de Fuente Ymbro. Sin embargo, Pedraza de Yeltes pincha dos veces seguidas, y eso es muy preocupante. Va a tener que hacérselo mirar el señor Uranga. Cuando hay más nobleza que fiereza, mal vamos, por mucho galafate que sea. Lo único que no han hecho es buscar las tablas, y de manera curiosa en día ventoso hemos visto faenas en los medios.

- Los que tampoco han dicho mucho han sido los dos sevillanos de Gerena...

Me interrumpió con gesto socarrón:

- Aunque el programa de mano situase a la Gerena de Luque en Madrid.

Proseguí:

- Daniel Luque sigue sin sacar la cabeza. Yo creo que porque se contenta con estar aseado, sin apretar. En el segundo, un toro sin ninguna transmisión, ni intentó ligar, acomodándose en el monótono uno más uno. Y en el quinto, abusó de perder pasos y no quedarse en el sitio, terminando por aburrir hasta a los vendedores de almendras. Y Manuel Escribano sin sorprendernos, más de lo mismo. Sus tercios de banderillas anodinos en los que sólo destaca ese arriesgado par cerrado en tablas. Su recibo a portagayola esta vez solo en un toro, que en esta plaza no se valora. Y sin sacar algo más a ese primer toro que humillaba sin entrega y ese cuarto que se desentendía a la salida de cada pase...

Volvió a interrumpirme:

- Y con un estoque sin filo. Claro que ninguno ha matado bien, porque Luque pegó un feo metisaca en el segundo y despachó al quinto con una delantera desprendida. En descargo de los tres tengamos en cuenta la altura de la cruz donde había que apuntar. Y con esto y un bizcocho...

Hice ademán de sacar la cartera, pero me agarró por la muñeca:

- No desenfunde que le tengo dicho que todo es de mi cuenta, mientras el gobierno siga aflojándonos la pensión, y tengo yo el gusto de tenerle de invitado. Si queda algo en la caja de las pensiones cuando usted vaya a cobrarla, ya dejaré que algún día me invite usted a mí. Porque yo no sé si se acabarán antes los toros o las pensiones.

Dejó un billete de 10 euros en la mesa, señalándoselo a Remi y abandonamos las cómodas butacas. Me cogió del brazo y tiramos calle Alcalá arriba aventurando el tiempo que se espera para este finde. Es de lo que se habla cuando no hay mejor cosa que decir.


Cuadro de puntuación de la corrida de Pedraza de Yeltes


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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...