domingo, 13 de mayo de 2018

'Lastimoso II' de Ibán, una reserva de casta. Las Ventas, 13 de mayo de 2018

Suele decirse que en Madrid hay muchos aficionados. Será verdad, pero lo cierto es que no precisamente aficionados a los toros de lidia, sino aficionados a las figuras. Como en todos los sitios. Si un domingo de Feria, una corrida de Baltasar Ibán solo atrae a algo más de media plaza (aproximadamente el 0,3% de la población), es que el toro de lidia interesa más bien poco. O nada. Ya vendrán las figuras y se agotará el papel.

'Lastimoso II', empujando con mucha codicia en la segunda vara

La primavera se ha tornado fresca y don Venteño había cambiado la terraza por la mesa interior del Rincón de César, que presentaba menos de media entrada. Permanecía con un pequeño gabán, como encogido.

- Buenas tardes, ¿está usted enfermo? tanto frío no hace.

Puso cara de fastidio, haciendo un breve gesto con la mano, a modo de contestación. Tomé asiento al tiempo que Remi llegaba con las cervezas y dos cuenquitos con salmorejo. Don Venteño se enderezó al ver la bandeja y le espetó:

- ¡Pero hombre de Dios, Remi! con este frío se me trae un caldito y no un salmorejo.

Remi, sin perder la sonrisa, quiso parar y templar al viejo, porque lo de mandar no va en su naturaleza:

- Ya le he dicho que no tengo caldo y les traigo una porra antequerana que hice esta mañana. No es salmorejo porque puede ver que lleva atún y un pelín de vinagre.

Don Venteño cogió su cuenquito y lo adosó al mío:

- ¡Ea! la porra a la porra, y valga la redundancia.

Remi me guiñó un ojo cómplice y volvió a su puesto de mando. Tanteé el terreno.

- Bueno, mal empezó la tarde y se ha ido arreglando.

- ¿Usted cree? para mí la tarde se ha reducido a dos toros. Uno bueno para el torero y otro complicado por encastado. O sea, tercero y cuarto. Los demás, prescindibles.

Me puse a la defensiva.

- A ver, creo que sólo los dos primeros han sido "prescindibles", como usted dice. El primero por manso y el segundo por flojo. El quinto fue bueno en los primeros tercios, aunque es verdad que se vino abajo después, y el sexto, que tuvo una salida prometedora, con esa embestida humillada y larga, creo que se lastimó en una de las dos veces que clavó sus pitones en la arena, por eso se puso a pegar cabezazos a la muleta, sin desplazarse. 

- Para usted la perra gorda. Y para Espada, la oreja. Por obra y gracia de don Justo Polo, que petición mayoritaria no había, o, al menos, mucho menos mayoritaria que la del viernes para Fortes.

Me atreví a meterle una pullita.

- ¿No dice usted que esos son despojos?

Se revolvió rápido, dando una palmada en la mesa, que hizo que algunos clientes volviesen la vista hacia nosotros.

- ¡Y lo son! pero yo quería decirle que nadie hoy ha tirado almohadillas por la cacicada del usía. Ya le dije el viernes que aquí sólo se lía parda cuando no se dan orejas. Hoy, un público de domingo se ha animado con una faena llena de pingüis a un toro que decía "toreame". Qué manera de embestir, pronto, noble, humillado... y sólo le ha sacado algún pase suelto.

- Pero tenga en cuenta que ha citado con verdad y que la estocada, aunque media, ha sido en todo lo alto y el toro ha rodado.

Me perdonó la vida.

- No me joda, Cadahalseño. No le niego lo de la forma de citar, pero las tandas han sido despegadas y nada redondas. ¿Y a qué vinieron esas pamplinas de última hora? Y la estocada, no sé si se fijó que atacó desde fuera. Bueno, dejemos eso y pasemos a lo que me ha amortizado de verdad la tarde. Ese cuarto toro, con todos los ingredientes de un toro de lidia. Tan impredecible que salió frenado, sin pasar en los lances de saludo de Alberto Aguilar, pegó toda clase de tarascadas en la primera entrada al peto, repuchándose y saliendo suelto y, de repente, lo meten al relance en la segunda vara y se pone a empujar con todo, fijo, hasta llevar al caballo contra la barrera,  y continuar metiendo los riñones, mientras Juan Carlos Sánchez, con el jaco derribado de atrás, seguía picando. Pidió el matador el cambio de tercio y no pudimos ver una tercera entrada de lejos, en la que puedo apostar diez contra uno que habría acudido galopando, como lo hizo en banderillas y en la faena de muleta ¡gran toro este 'Lastimoso II'!  Cómo se arrancaba, cómo buscaba la muleta. Un toro nada fácil para el torero, con el que Aguilar creo que ha estado digno, a secas.

- Sí, un toro muy distinto del que buscan los toreros y los públicos "instruidos" por los "profesionales" de la tele o de los portales taurinos, ese predecible y de cómoda y suave embestida. El último que Alberto Aguilar torea en Madrid antes de esa despedida temporal de los ruedos, al que ha tenido que liquidar con la cruceta. Tampoco estuvo fino con la espada en el primero, ese toro manso y a la defensiva, imposible por el izquierdo.

 Apuró su cerveza y se levantó. Dejé la mía a medias y le acompañé hacía la calle.

- Ahora dígame, Cadahalseño, si recuerda al otro torero. Yo sólo sé que era uno de México.

- Claro que lo recuerdo. A Sergio Flores le he visto mucho de novillero. Tuvo unos inicios esperanzadores, pero después se estancó y así sigue. En su descargo digamos que el segundo era inválido y el quinto quedó soso en la faena de muleta.

- Si dura un poco más esa faena me tienen que despertar los limpiadores. En fin, váyase lo uno por lo otro, lo del quinto por lo del cuarto. Será por aquello de que después de la tempestad viene la calma. Claro que más rápido me cocí anoche oyendo la ñoñería de canción que hemos llevado a Eurovisión.

- En mi pueblo diríamos bolería.

- Sea.

Cuadro de puntuación de la corrida de Baltasar Ibán


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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...