extrapicurciela: La tercera de Victoriano, en la frente. Las Ventas, 28 de septiembre de 2018

viernes, 28 de septiembre de 2018

La tercera de Victoriano, en la frente. Las Ventas, 28 de septiembre de 2018

Resulta cuando menos sorprendente que después de dos desastres ganaderos, como los de don Victoriano del Río en la pasada Feria de San Isidro, más dos toros sueltos, se le vuelva anunciar en la Feria de Otoño. Debe de ser el único caso en que una empresa da tantas oportunidades a un ganadero para que pueda, al menos, salvar la cara. Pero ni por esas.

La falta de fuerzas fue la tónica de la tarde

Esta tarde llegué antes que Don Venteño al Rincón de César. No había terminado de saludar a Remi, cuando el viejo aficionado se presentó, luciendo traje claro y sombrero a juego, con un llamativo pañuelo verde en la solapa. Nos abrazamos y tomamos posesión de “su” mesa al fondo del bar, aprovisionados de cerveza y un platito de canapés de tomaté, pimiento y berenjena.

- Bueno, amigo Cadahalseño, ¿cómo le ha ido el verano? Ya veo que no ha ido a la playa, porque está usted como el yeso.

- No exagere, digamos que no muy moreno, algo complicado para un pelirrojo. Nada, tranquilo en mi pueblo, que no hay España como la de Cadalso.

Soltó una sonora carcajada y desparramó la vista buscando algún punto donde fijarla. Proseguí:

- Y hablando de pueblo, perdone que hoy no hablemos del verano, pero me están esperando para ir zumbando para allá.

- No cambia usted, el cagaprisas de siempre. Pues hala, al lío. Y hoy el lío, y gordo, se llama Victoriano del Río. Que vuelva a fracasar no es extraño, pero hombre, que saque la escalera que ha traído... Unos toros con culata de choto y otros bastos y montados. Y encima más flojos que yo después de preparar la colonoscopia.

Vi que iba lanzado y me limité a asentir con la cabeza.

- Al menos ha acertado don Simón con la sustitución de Paco Ureña, que no era asunto fácil por la categoría del murciano, porque Pablo Aguado ha estado a la altura, muy torero con el capote, en el que ha dado un baño a Talavante y a Fortes, que no han tenido su tarde precisamente con el percal, sobre todo en los quites a los compañeros. Y muy asentado con la muleta en sus dos toros. Un primero que salió carretón y sin poder, que inició alegre el último tercio, pero que se fue quedando corto por esa falta de fuerza y aparentó una falsa falta de nobleza. Y un sexto grandón y basto, sin clase ni entrega alguna, que se picó en chiqueros, al que terminó metiendo en el canasto por el pitón izquierdo, que era el de toro, para terminar la faena en los medios con una meritoria tanda de derechas. Eso sí, no tuvo mucho tino en sus dos estocadas, una trasera y tendida y otra caída y tendida también, pero la orreja final es justo premio para su buena tarde de confirmación.

- Es una pena cómo está el sistema, porque un torero que toreó como toreó en la Feria de Abril, se contrate tan poco, cuatro corridas y ninguna en plaza de primera, y tenga que entrar en esta Feria por vía de sustitución, es algo que clama el cielo. ¿Y de los otros dos?

Puso cara de fastidio:

- Ve como no hay manera de hablar de toros en este país. Voy a tener que irme a vivir a Francia. Pero se lo diré rápidamente. Después de reconocer su gesto, me ha decepcionado Talavante. Vale que el cuarto era un inválido con el que don Justo no ha hecho justicia, que era mandarlo derechito al corral. Pero el segundo era manejable, apenas se le picó y, a pesar de estar con las zapatillas plantadas, ha abusado de algo poco habitual en él, el echar al toro para fuera, y, además, le he visto posturero. Con todo y eso, como tiene la calidad que tiene con esa zurda de oro, si no pincha le habrían pedido la oreja.

- Le queda la de los adolfos, veremos.

- A ver si se deja las poses en el hotel. Y Fortes tuvo la virtud de sujetar en los medios a un tercero manso que se había rajado, aunque, por la falta de ajusteos, las tandas no tuvieron sabor. En el quinto pudo pasar sin pena ni gloria, porque era otro inválido de libro, al que el baranda devolvió después de cambiar el tercio por la presión de la plaza. Y salió un sobrero del Conde de Mayalde, con casi seis años, abierto de cuerna y algo regordío, descastado, sin recorrido alguno, que en el tercer intento con el estoque le prendió con la chaquetilla y lo tuvo a su merced en el suelo, encelado con él, pegándole hachazos que, afortunadamente, se saldaron con una fractura de peroné.

- Como usted ha dicho, era abierto de cuerna, si hubiera sido cornicorto no le habría arrendado las ganancias. Bueno, me va a perdonar, pero ya han tocado dos avisos. Pero antes, dígame algo del tercio de varas.

Se echó contra el respaldo cerrando los ojos:

- Ay, amigo cadahalseño, eso preguntemelo un día que haya existido tal tercio, que viene mal acostumbrado de los desafíos ganaderos. Ahora salga cagando leches que el tercero le está al caer.

Le di la mano, me despedí hasta el domingo y salí haciendo un gesto a Remi hacía el tremendo atasco que se había formado en la calle de Alcalá por la falta de previsión de los agentes dizque de movilidad.

LA TARDE CONTADA EN IMÁGENES