Al poco de finalizar la corrida llegó la noticia de que a Iván Fandiño lo había matado un toro de Baltasar Ibán en Francia. El choque que produce la muerte de un torero quita las ganas de hablar y escribir sobre una corrida de toros, e invita a guardar un respetuoso silencio en esos momentos.
Pasado un tiempo, y más que nada por dejar constancia y registro de la pomposamente denominada corrida de la Cultura, dejo una breve nota y las imágenes de la tarde.
Ginés Marín, durante la faena de muleta del segundo
La corrida fue una cuvillada. Con eso queda casi todo dicho en lo sustancial, y sólo queda por dar algún matiz particular en los comentarios sobre los toreros.
Morante de la Puebla, en su única actuación en Las Ventas esta temporada y con el personal deseando jalear hasta los enganchones, no tuvo suerte con su lote. Un primero descastado, sin fijeza ni humillación. Y un cuarto con el que pudo estirarse en el saludo y dibujar un par de verónicas de las suyas, pero tan rajado y a la defensiva que cualquier lucimiento con la franela era imposible. Se le atragantó el estoque.
Cayetano Ordóñez dejó patente su estilo, fundamentado en la estética. Con el segundo no pudo resolver el único problema que planteó, quedarse corto, y a pesar de la noble condición y de la inercia en la repetición, no alcanzó el lucimiento. Lo mató con estocada en el rincón de su abuelo Antonio. Al mansito quinto le inició la faena de muleta de rodillas en sus mejores momentos, para diluirse todo cuando se puso de pie. A este lo mató de una estocada tirándose a la plancha. En el primer tercio replicó a Ginés Marín con el denominado quite de Ronda, que no quedó lucido.
Ginés Marín se encontró con un auténtico bombón, que comenzó quedándose corto, para ir ofreciendo su extremada nobleza y recorrido en la faena de muleta. Un toro para llevárselo a casa y entrenar con él. El de Jerez, al igual que en su etapa de novillero, exhibió sitio y desparpajo, pero, ay, un toreo muy superficial y aliviado, más preocupado en hilvanar adornos y en componer posturas que en la verdad y profundidad de su toreo. Tres pinchazos evitaron que la euforia se desatase. El sexto fue un toro manso y suelto que no paró durante toda su lidia. Se abría al tomar los engaños, y su dificultad radicaba en fijarlo, algo que sólo consiguió Ginés dentro de las rayas. La estocada quedó desprendida. Curiosamente y como nota fea, Ginés Marín no perdonó quites en los toros de Cayetano y no los hizo en los suyos.
Sobresalió Iván García en la brega del segundo y estuvo acertado en las banderillas al quinto.
Al final, lo que sobresalió fue la cultura de la estética taurina.
Cuadro de puntuación de la corrida de Núñez del Cuvillo
LA TARDE CONTADA EN IMÁGENES
Lleno en tarde de calor sofocante
Morante saluda al primero
'Jugador' intenta empujar
Antonio García Trevijano "hace manitas" y no agarra la montera del brindis
Araujo obedece las órdenes de Morante, ante la indiferencia del alguacilillo
El segundo era flojo
Verónica del quite de Ginés Marín a 'Asturiano'
Cayetano lleva al límite su habitual cite oblicuo con la muleta
Tercero de la tarde
Ginés Marín no se corta para tomar el olivo
Manuel Izquierdo coge el olivo, sin nadie al quite
Fini sale toreramente del tercer par a 'Sinvaina'
Cite al natural a un toro nobilísimo
No comment
El salinero se toreaba sólo
Los nietos del Rey viejo, delante de Zabala
Lo mejor de Morante de toda la tarde. Saludo al cuarto
A 'Arrojado' no le gustaba el peto
Tampoco quería muleta
Combatiendo la sofoquina
Saludo de Cayetano al quinto
'Laborioso' empuja, Briceño en apuros y el mono donde no debe
Ginés, más atento a componerse que a torear
Réplica de Cayetano con el quite de Ronda...
...antes de un quite de peligro a Alberto Zayas
Cayetano brinda a su apoderado, con el aplauso de Pepe Luis Vázquez
Inicios de la faena de muleta, descalzo y en terrenos de sol
Un poquito de postureo...
...y de cite en oblicuo
Estocada en plancha
Los rayos del sol en el ocaso
Remate del saludo de Ginés al sexto
'Correvientos'
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