martes, 21 de mayo de 2013

Náufragos en una marejada de mansos con posibilidades. Las Ventas 21 de mayo de 2013

Los ganaderos de Pedraza de Yeltes volverán mohínos a la dehesa salmantina. Los tres toreros de alternativa y el peonaje volverán aliviados a sus hoteles. Los espectadores y el taurineo volverán contrariados a sus casas. Los eximios críticos volverán con la pluma cargada a su redacción. Los aficionados, que son muy suyos, vaya usted a saber cómo volverán a su tertulia. Y yo volveré a Las Ventas rumiando lo que pudo ser y no fue. Aunque, bien mirado, esto último ¿a quién importa?

Ni por la Puerta Grande ni por la enfermería. Pudo ser y no fue

Salía la gente con prisa de la plaza, como si apremiase pasar página de la tarde y acomodarse rápido en el sofá. Quizás por eso el Rincón de César estaba despejado. Don Venteño, de pie al lado de la barra, gesticulaba bajando enérgicamente el brazo derecho, con la mano derecha abierta, desde su cintura hasta la rodilla izquierda, repitiendo después un movimiento similar pero esta vez bajando el brazo y pasándoselo por detrás de su muslo derecho. Remi le miraba circunspecto desde el interior de la barra, soportado su mentón en el mano izquierda, con el brazo acodado en un expositor. Dos parroquianos miraban de soslayo a aquel carcamal que pontificaba sobre la forma de torear. Nada más percatarse de mi llegada me llamó a voces:
-Cadahalseño, venga usted aquí y dígale a este analfabeto cómo se maneja la muleta con un toro crudo y orientado.

Remi se encogió de hombros, justificándose en que en la tele habían dicho que David Mora había estado muy bien y muy expuesto con un marrajo que no tenía un pase. Nos sirvió dos copas de cerveza y una tapa de anchoas con pimientos y se desentendió de nosotros.

El viejo aficionado estaba acalorado:
-Si no hubiera sabido quiénes han toreado hoy, juraría que eran novilleros poco placeados. Que ha estado bien David Mora en el sexto, ¡no te jode! Habrá sido valiente, ya que lo es quien se expone a una cornada, pero de ahí a estar bien hay un abismo, porque si alguien piensa que, sea como sea el toro y caiga quien caiga, hay que poner la muleta para dar derechazos y naturales sin más, es que esto le ha cundido poco. A lo que se ve, lo de los doblones ha quedado para las viejas hemerotecas. Mire. Figúrese que usted es un torero antiguo, y se topa al coger la muleta con la evidencia de que un toraco de más de 50 arrobas ha quedado crudo, ha cortado sin fijeza en banderillas y ha olido el culo de los rehileteros. Doy por descontado que lo último que se le ocurre a usted sería plantarse de hinojos en las tablas. Y si, no obstante, se pusiere de rodillas y ve que después el toro colorao busca los muslos sin disimulo, lo que ni se le pasaría por la  cabeza es citar para un pase lucido. Los oxidados cánones ordenaban en tales trances los susodichos pases de castigo, que, si no corregían los defectos, al menos templaban lo que no había ahormado la puya. Y si no hay más, se cuadra al toro y se le despacha. Y la afición se lo reconoce. Después se saluda y desfila uno con la satisfacción del deber cumplido. En torero. O sea.

Le había dejado explayarse sin un solo gesto: -Puede ser, pero al menos se ha justificado con el capote, con un buen saludo por verónicas al tercero, al que después llevó al caballo galleando por chicuelinas, rematadas por revolera para dejarlo en suerte, y con el que intentó un quite de nuevo por verónicas, bien es cierto que estas últimas sin el debido lucimiento Y en el sexto, que salió distraído, de nuevo una saludo por verónicas aseado, a pesar de las dificultades y un nuevo intento de quite, a pesar de las malas condiciones de ese "Niñito", que tenía muy mala leche.

Pareció tranquilizarse y habló ya más calmado:
-Y es plausible que alguien quiera hacer protagonista al percal en estos tiempos de dictadura de la franela, y esto va en el haber del madrileño. Pero no puede abusar tanto de la verónica, que a los lances que usted ha enumerado hay que añadir otro quite más por verónicas al segundo. Pero fuera de eso, con la muleta no estuvo bien ni en esa primera serie al tercero, tan jaleada, en que "Medidor" metió extraordinariamente la cara, y al que Mora más que mandar, acompañó, y siempre hacia fuera. Después, cuando se rajó y se fue a las tablas, no aprovechó ni la querencia ni la embestida por abajo que seguía ofreciendo el bicho. Con toros de parecida condición he visto triunfos clamorosos. Y él se quedó en una vuelta al ruedo, favorecida por la incomprensible petición de algunos despistados.

Rebobiné mentalmente la tarde: -Pues ha sido el triunfador de la tarde porque los otros dos han oído música de viento.

 Se le iluminaron los ojos:
-¿Ve usted? si la culpa hubiera sido de los toros nadie les habría pitado. De Uceda Leal, poco hay que hablar, y nada bueno. En primer lugar, parece mentira que alguien que debiera conocer la plaza de Madrid como el salón de su casa, reciba a sus toros donde más viento hacía, muy alejado de la protección, que hoy ofrecía el tendido 4. Cuánto me acuerdo de Esplá en estos casos. Es cierto que fue al 5 para iniciar la faena de muleta, pero me temo que hoy le daba igual el lugar, porque Uceda navegaba a la deriva en un mar de titubeos e indecisiones, incluso en el cuarto que, aún sin codicia y con media arrancada, seguía la muleta. Por fallar, lo hizo en su especialidad, pinchando en sus dos toros, yéndose descaradamente de la suerte y teniendo que descabellar, tanto al segundo, como al cuarto, que supongo no olvidará en su vida. A este le infligió 18 golpes de cruceta. Qué digo golpes. No. Fueron 18 patéticos intentos con el descabello, a un toro tapado y sin un mal capote en el hocico. Menos mal que "Dudanoches" no era rencoroso y tuvo el detalle para su matarife de echarse contra burladero del 4, segundos antes de que se cumplieran los 15 fatídicos minutos.

Le di la razón, como no podía ser de otra forma: -Así es, no tiene explicación lo desdibujado que ha estado.

Jugueteaba con su mano, haciendo imaginarios círculos en la barra con el pie de la copa, y me instó a comentar cómo había visto a Eduardo Gallo. Estas invitaciones de don Venteño suelen llevar veneno escondido. Traté de ser severo para que no me descolocara: -Al salmantino no sé si le pasaría factura el tremendo trompazo que recibió en el quite del primero, al intentar unas chicuelinas muy en corto. Esa puede ser su disculpa, porque no ha sido su tarde. Nada con el capote, fuera de las mentadas chicuelinas. Y nada con la muleta, porque inició sus faenas con sendas prometedoras tandas, sin retorcer la figura, como hogaño es norma, pero en las dos fue incapaz de acoplarse a las buenas embestidas del segundo de Pedraza y del quinto bis de José Vázquez (antes Aleas), dos toros cuyo único defecto fue el punteo de la muleta al final del pase. Un lote propicio para salir por la Puerta Grande. Dejó una estocada arriba en el segundo, pero pinchó en el quinto para acabar apuntando a los sótanos, y dejar la estocada solo caída.

No discutió mi valoración:
-De Salamanca los toros (de buena presencia, por otra parte), de Salamanca el matador y charro también el seleccionador nacional a quien brindó el segundo. Vamos, que parecía la Glorieta en vez de Las Ventas. Pues ya ve usted, ha sido una corrida en que no he visto un solo bostezo a mi alrededor, que hay que ver lo que se ha movido, los problemas que han planteado y que casi nadie ha sabido resolver y que, si la cogen tres toreros avispados, salen con 3 o 4 orejas. Y entonces estaríamos hablando de otra corrida. Así, como ha quedado, mucho me temo que el ganadero va a tener serios problemas para colocar un toro. Claro, que culpa han tenido los matadores, pero dígame usted el naufragio del peonaje, que tal parecía que en vez de toros habían salido por toriles fieras corrupias. Jamás había visto a un profesional batirse en retirada delante de un toro con el capote asido por delante con las dos manos, como a Ciprés en el cuarto. En alguna capea de mi pueblo, quizás, pero en una corrida de toros, jamás. El animal se apiadó y le perdonó la vida. ¿O no?

Asentí y añadí: -Muy mal también con los palos Manuel Molina, el mencionado Ciprés, El Puchi y Víctor Manuel Martínez; y Barrero (que estrelló contra las tablas y desgualdramilló al quinto titular). Por el contrario, destacaron Félix Rodríguez, con dos buenos pares al tercero bis,  Cebadera arriesgando y clavando en la cara al segundo y quinto, y Domingo Siro. Muy bien Cebadera como tercero evitando el encuentro con el picador de puerta andando para atrás al toro. De los picadores, destacaron Francisco de Borja, Mario Herrero, Pedro Iturralde e Israel de Pedro, en una corrida mansa en el peto, a excepción del tercero que romaneó y empujó con fijeza y al que hubo que colear para sacarlo de la primera entrada. En general, fueron difíciles de fijar en el caballo, del que salieron sueltos, y alguno, como el sobrero, que se rebotó tres veces de los pencos.

Cuando salimos, la calle estaba casi desierta. Don Venteño se paró y miró el edificio iluminado:
-¡Qué bonitas son Las Ventas del Espíritu Santo!

-Amén.

Cuadro de puntuación de la corrida de Pedraza de Yeltes (5) y José Váquez (1)

(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada,
 al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)

Las banderas indican dónde hay que torear. Hoy tocaba en el sol

Los mulilleros posan para la posteridad. Menos mal que el tractor está a la espalda de Sánchez Vigil

Sol y sombra

Pedro Iturralde se coloca donde debe

Y Francisco de Borja tiene que acabar picando en el 6

Paco Tapia tapa la salida al segundo

Mario Herrero se agarra bien y el tercero romanea

Art. 69.6. Los profesionales y personal de servicio permanecerán en el callejón de su correspondiente burladero (sic) durante la lidia, cuando no tengan que intervenir en la misma.

Pedro Iturralde deteniendo al cuarto

Ney Zambrano, a caballo atravesado

Al sexto hubo que sacarlo del caballo de Israel de Pedro

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Contento con su comentario, maestro. echaba de menos sus crónicas y puntos
.Como esta la " toreria andante " y que injusta la fiesta. De los de ayer alguno ha estado en todas la ferias que he visto en directo, Castellón,
Valéncia, Sevilla... sin merito para ello. Ponga la crónica de la Escolar o la debatiremos la última semana en Madrid. ADOLFO CAMPOS

cadahalseño dijo...

Amigo Adolfo:
Uno es perezoso y se gana los garbanzos con otras cosas, a las que no queda otra que atender. Corté en la de Escolar, que tenía a medio hacer, y hasta hoy.
Lo de debatir en Madrid no debemos condicionarlo. Espero tu cita.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, amigo José Luis. ¡Gran lección magistral de tauromaquia! Leyéndote haces que lo que he visto no vaya directo e irremisiblemente a parar al pozo del olvido. Y es que esos detalles primorosos de buen aficionado cada vez los echo más en falta y me hacen meditar. Nadie los cuenta, nadie los dice, nadie aprovecha la ocasión para explayarse y aleccionar sobre lo que es conforme o no a los cánones de la Tauromaquia. Tenemos un grave problema (uno más) y es que no hay auténticos críticos de toros. La mayoría son paniaguados de los que manejan el cotarro taurómaco. Sale un toro encastado (manso o bravo) pero con su picante y su sentido, de esos que obligan a "ponerse las pilas" y todo son carreras, huidas, descolocación, pasos (y pases) en falso, indecisión a la hora de echar un capote a un compañero en situación comprometida. Se me viene a la memoria ese banderillero que fue achuchado por el bicho a la salida de un par. Tiene que tomar el olivo precipitadamente por la barrera del "4" mientras sus compañeros observan impertérritos la escena.
Propongo que con una pequeña parte de los beneficios que deje esta Feria se hagan unos miles de fotocopias del libro de Gregorio Corrochano, "¿Qué es torear?", y lo repartan para general conocimiento y aprendizaje y que también, al ser posible, que los profesionales intenten ponerlo en práctica. ¿He dicho algo?
Un fuerte abrazo.
Miguel Moreno González

cadahalseño dijo...

Amigo Miguel: los tiempos cambian y no siempre nos enteramos de qué forma. En esto del toro, poco a poco se impone la uniformidad, y no me refiero al traje de luces. La selección ha ido moldeando un estereotipo de comportamiento del toro que buscan todos los ganaderos y, paralelamente, se ha impuesto un modelo de toreo que practican todos los toreros. Eso conlleva que los aficionados tiendan también a valoraciones basadas en un modelo único (lo que yo llamo torerimaquia), despreciando cualquier alteración que no se ajuste al mismo. El resultado es que cuando el comportamiento de un toro se sale del estereotipo, pilla con el paso cambiado a toreros y aficionados, y unos y otros encuentran problemas para entenderlo. Y así, si a David Mora le da por doblarse con el sexto, ¿no crees que habríamos oído muchos silbidos de desaprobación del respetable, que no entendería qué estaba haciendo el torero? El temor a esa reacción es la que hace que también algunos toreros prefieran demostrar que el toro "no sirve" para los derechazos y naturales, y dejen de hacer lo que deberían, conforme a las condiciones del animal que tienen delante.
Un fuerte abrazo.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...