Una máxima conocida por todos y repetida por los más es que "cada toro tiene su lidia". Aquello tenía su sentido en tiempos lejanos, puesto que los toros ofrecían una diversidad de comportamientos que obligaba a los toreros, a la par que los acostumbraba, a adaptar las suertes para protegerse del peligro e, incluso, para conseguir un mayor lucimiento. A medida que el toro ha ido uniformándose, los toreros han perdido la práctica de lidiar con toros "díscolos" y los públicos han terminado por despreciar cualquier animal que desvíe su conducta del prototipo impuesto. Y los toros de esta tarde se han apartado del modelo.
Los toros hicieron trabajar mucho a los monos
Cuadro de puntuación de la corrida de José Luis Pereda
Dudaba si estaría, porque hace un mes perdí su número de móvil. No había terminado de entrar en el Rincón de César, cuando la mirada cómplice de Remi me orientó hacia la mesa del fondo donde me esperaba mi amigo. Me paré en la barra a saludar y me dirigí a a abrazar a don Venteño. Se levantó no sin esfuerzo, pero con una franca y sentimental sonrisa.
- Hombre de poca fe, ¿recuerda que se despidió en otoño dudando que no sabría si volveríamos a vernos?
Me abrazó con fuerza:
- Quite, quite, que cualquier día de estos... Por cierto, no pasan los años por usted.
- Pues mi mujer dice que cada día estoy más gordo, que me estoy echando a perder.
Hizo un gesto a Remi, al tiempo que volvía a sentarse:
- ¿Ve? Eso no se lo habría dicho su abuela.
- ¡Desde luego! ella me habría dicho que qué guapo y qué gordo. Pero ya ve que los tiempos cambian y las modas estéticas los acompañan.
Apareció esplendorosa Olga con las cervezas y unos canapés de atún desmigado. Don Venteño hizo ademán de incorporarse, mirándola:
- Esta moza es intemporal, no hay modas que sirvan. Pero, por desgracia, el hacha ya no corta.
Le tapé la salida: - Ande, vamos a lo nuestro que es la primera y no tengo ganas de negociaciones en casa. La primera de la feria...
Contestó sin apartar la mirada de la camarera, que se marchaba:
- Pues una corrida de José Luis Pereda que no está de moda, a cuento de lo que hablábamos. Seguro que le ponen todos los peros del mundo, incluso aquellos que lloran siempre, que si el ganado mal presentado, que si no son capaces de completar una corrida, que si salen picados, que si no se mueven, que si borregas amaestradas, que-si-que-si, que-si-que-si. Pues mire, seis pavos cinqueños... bueno, cinco, que el segundo era de poco aire; con poder, tumbando jacos (sobre todo el sexto, que vaya manera de derribar a ley, aunque con la cara arriba), moviéndose y con complicaciones. ¿Que han sido mansos? Mucho. ¿Que no eran carretones? Por suerte. ¿Que no gustan a los toreros? Por supuesto. Pero mire usted, Cadahalseño, yo no me he aburrido.
En la barra, cuatros aficionados maduros conversaban sobre el Marqués de Villena y los Reyes Católicos.
- No deja de ser cierto, pero también es insufrible que uno sí y otro también vuelvan la cara y busquen terrenos de paz.
Acabó de dar cuenta de los canapés, se limpió y prosiguió:
- Es que si hubieran embestido, estaríamos hablando de otra cosa. Pero mire. El segundo, por ejemplo, que salió andando de chiqueros, que derribó al caballo, aunque saliera suelto de las dos varas, se fue descaradamente a su querencia del 4, pero allí, cerrado, "Tripón" ofreció embestidas por abajo, que pudo aprovechar mejor Leandro, cierto es que dos naturales de una tanda fueron extraordinarios.
- Tampoco el morito era claro. Y si no recuerde que el pucelano hubo de aguantar dos coladas seguidas, una por cada pitón. Supo aprovechar su querencia.
- No se lo niego, pero no hace falta tanta postura. Y eso va también por Morenito de Aranda, que en algún pase va a acabar venciéndose y dando con la cabeza en la arena. Y en el quinto, "Unjaleo", un toro de poca cara, noble, soso y parado, Leandro anduvo despegadísimo.
Los aficionados maduros de la barra hablaban ahora de escrituras antiguas.
- El que confirma los negros presagios del Domingo de Ramos es Urdiales. En el primero, cuando más viento hacía se fue a donde más pegaba, anduvo sin decisión, con alivios y sin ser capaz de templar mínimamente la áspera condición del enmorrillado "Triplicado". Y qué decir en el cuarto, incapaz de fijar al rajado y corretón "Grumete", que incluso con la espada en el cuerpo siguió trotando, recorriendo toda la plaza quitándole las moscas. Cuadrúpedos como este no merecen más que una corta faena de aliño.
Se arrellanó en la silla, poniéndose las palmas de la mano en la nuca:
- Lamentablemente es así. Esperemos que sea un bache pasajero. El que no consigue despegar es Morenito de Aranda, aunque su lote fue el peor. En el tercero anduvo digno en las rayas del 5, con un "Molinero" que no hizo otra cosa que defenderse. El sexto de media arrancada, buscando por ambos pitones, no dio opciones, pero lo que demandaba no era intentar ponerse bonito, sino un breve trasteo de castigo.
- Por cierto, que ese sexto, "Agotado" lo anunciaban como ensabanado. Una de dos: o los veterinarios no usan sábanas blancas o no las lavan.
- Es que no se cuidan los detalles. Para mí que era un berrendo salpicao, tirando a carbonero.
Se incorporó y levantándose quiso poner fin a la charla:
- Cadahalseño, no me ha hablado de las cuadrillas.
- Antes de eso, falta por decir que no hubo toreo de capote, salvo en el saludo al sexto en que Morenito estuvo más arrebatado que puro, que no hubo una buena estocada (y esto no es achacable a los toros) y que el mismo Morenito especialmente anduvo horrible con el alfange, asestando un golletazo al tercero y pinchando cuatro veces al sexto, descabellando sin haber conseguido introducir el estoque. En cuanto a las cuadrillas, destacaron Oscar Bernal y Hector Piñas entre los del castoreño y Miguel Martín y Juan Carlos Aranda con los palos, como siempre, y también en la brega.
Salimos detrás de los aficionados maduros, que ahora andaban por Wilfredo el Velloso y Ramón Berenguer.
- Ya lo ve, amigo, los aficionados cuando salen de los toros hablan de cualquier cosa, menos de toros.
Cuadro de puntuación de la corrida de José Luis Pereda
(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada,
al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)
Fuerte viento a las 7 de la tarde...
... que había desaparecido a las 8
Nueva estatua. Dominguín, a diferencia de Bienvenida y Yiyo, falleció de muerte natural
Lista de donantes (que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda)
Manuel Burgos, Agustin Sanz y Diego Ochoa, a la espera del paseíllo
Poco más de dos tercios, a pesar de que la foto sugiera lo contrario
Oscar Bernal cita correctamente
"Tripón" mete los riñones en el caballo de Agustín Sanz
Cae baja la puya de M. José Bernal (y la foto, horrorosa)
Casi todos salieron así después de apretar. Oscar Bernal le había aguantado bien
Diego Ochoa con el quinto
Héctor Piña, cita atravesado al ensabanado (sic)
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