Esta temporada taurina 2015 de Las Ventas comenzó inusualmente bien (con un lleno de no hay billetes y triunfos en las corridas siguientes) y termina rematadamente mal. Una temporada de más a menos. Si se tratase de fuegos artificiales, es como si la traca se hubiese puesto al principio. Ayer se alcanzó el mínimo con la novillada de Pereda y hoy apenas se ha remontado con la corrida de Martín Lorca, por una mala elección de ganado y diestros, como si a Taurodelta esto le viniese demasiado grande y llegara a la meta pidiendo la respiración asistida.
Último minuto de la temporada
Había prisa por recoger, tanta que diez minutos antes del inicio no es que fuese imposible encontrar un programa de mano (en el enésimo incumplimiento del pliego durante la temporada), es que un carrito ya se llevaba los dispensadores vacíos.
Repetía en esta temporada un hierro que en los inicios había defraudado por su flojedad y su sosería, y que en San Isidro de 2014 tuvo similar comportamiento. Debe de ser la forma que tiene esta empresa de premiar los fracasos. Como no hay dos sin tres, el de hoy ha sido su tercer naufragio en dos años. El año que viene, más.
En la terna, dos toreros que necesitan de un aldabonazo para encauzar su próxima temporada, y otro desconocido para todos los que he preguntado. Vayamos con éste. Se trata de Alejandro Amaya, un torero mejicano con 14 años de alternativa. Gracias al préstamo de un programa de mano, me entero de que es su tercera actuación en esta plaza y que es un ligón. Está claro que se le dan mejor las actrices que los toros, porque toreando (si puede llamarse así) no ha ligado ni dos pases y solo ha demostrado su absoluta incapacidad para estar siquiera en la cara del toro, y su indolencia para involucrarse en la lidia de sus toros. Sin apoderado, queda excluido el que haya habido intercambio de cromos. Queda, pues, la incógnita de por qué se le ha contratado. Para colmo, contrató una cuadrilla a su altura.
Iván Vicente había aprovechado la oportunidad que se le ofreció en agosto, cuando estuvo cerca de abrir la puerta grande. Comenzó bien la tarde, con un buen saludo al primero, al que picó trasero y mal su hermano Jesús Vicente, pero no supo llegar a los tendidos con un auténtico carretón de entrenamiento, con muchos derechazos y una sola tanda de naturales, al que pinchó antes de pasaportarlo de estocada. El cuarto salió flojeando y volviendo al revés en los lances de saludo. Al poco se vio que iba descordinado. Bueno, en el palco no se vio... o no se quiso ver. El caso es que no se le picó y no pudo desplazarse ni en palos ni en la faena de muleta. En el pecado del madrileño de intentar mantenerlo en pie, llevó la justa penitencia de dejar pasar una oportunidad que tanto cuesta conseguir.
El lote que se movió y metió la cara se lo llevó Javier Jiménez. El tercero fue un manso de libro en el caballo, y quedó con movilidad para la muleta, metiendo la cara con alegría y repitiendo en la muleta. Abusó el de Espartinas del toreo circular y acabó embarullándose amontonando los pases y dejando enganchar la muleta más de la cuenta. La estocada quedó caída y necesitó del complemento de la cruceta. El sexto, que empujó en la primera vara y salió suelto de la segunda, acudió sin poder pero alegre en palos. Jiménez comenzó la faena con unos telonazos que obligaron en exceso al animal, que se apagó pronto. Con una estocada honda y contraria finalizó la tarde y la temporada. Por cierto, que fue el autor del único quite artístico de la tarde, lo que dice mucho del pundonor de la terna.
El personal aplaudió a Héctor Vicente, el otro hermano de Iván, por no picar. Se desmonteró Lipi, cuyo mayor virtud fue dejar llegar al sexto en banderillas.
Una tarde sin historia. El último, que apague la luz.
LA TARDE TRAS EL VISOR
(en preparación)
Paseíllo nº 64 del año 2015
"Golfo" se fue sin torear
Al que no hace la cruz, el diablo se lo lleva
El único en el planeta taurino (Navalón dixit) cerró la temporada
Saludo de Jiménez al sexto
Lo de colocarse no va con Jiménez
Lipi clava el tercer par
Pase inadecuado para trastear a un animal flojo...
...que acaba por los suelos
El último arrastre de 2015
Alejandro Amaya se retira con recogimiento
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