Baratero embiste humillado a la muleta de Andrés Vázquez
(fotografía tomada del blog La Razón Incorpórea)
La primera corrida de toros que presencié en Las Ventas fue el 10/08/1969 en el tendido bajo del 10. Mi abuelo Miguel me llevo como premio por haberle ayudado ese verano en las labores del campo. Yo contaba 13 años y nunca se me olvida el cartel de aquella memorable corrida de toros-toros. Lo componían los toros de Victorino Martín y los matadores Joaquín Bernadó, Andrés Vázquez y Aurelio García Higares. Fue un espectáculo de precisión milimétrica desde el principio hasta el fin y mientras duró -y después también- no dejaron de brotarme emociones inolvidables.
Raimundo Rodríguez picando a "Baratero"
Los toreros lidiaron aquella encastada y brava corrida de forma primorosa. Especialmente se me grabó la faena de Andrés Vázquez al bravísimo quinto, “Baratero”; le picó magistralmente Raimundo Rodríguez, el matador le brindó la muerte del burel en estampa inolvidable. Le otorgamos por aclamación popular las dos orejas y su eco aún resuena en mi cerebro, como resonó en el del viejo maestro cuando hace unos años se lo recordé en la explanada de Las Ventas y no pudo disimular una sonrisa de cómplice y melancólica satisfacción. También quedó grabada en mi memoria la forma elegante de dominar a los cornúpetas, sin atisbo de amaneramiento ni ventaja alguna, del barcelonés de Santa Coloma de Gramanet, Joaquín Bernadó. Y esa bella sobriedad castellana de Aurelio García Higares que estuvo a la altura del juego de aquellos magníficos ejemplares.
De izquierda a derecha: el autor del artículo, Andrés Vázquez y un espontáneo
Fue una corrida breve e intensa que junto al mérito incuestionable de mi abuelo -que supo inocularme su veneno- bastaron para iniciarme en mi afición temprana; hoy ya tardía, caduca y trasnochada. Antes era habitual hacerse aficionado por herencia genética y porque festejos como el descrito siempre han hecho afición sin más aditamentos que su intrínseca verdad. Desde entonces soy torista gracias a "los victorinos", porque comprendí que donde hay un toro bravo y un torero acierta a domeñarlo para crear arte, difícilmente puede existir acontecimiento más sublime y sobrecogedor. ¿He dicho algo?
Joaquín Bernadó en Las Ventas
Sólo quería expresar este recuerdo que me sobrevino al ver anunciado a Victorino Martín, hijo, el próximo 07/11/15, en las tertulias de la Asociación Taurina Cultural "Cadalso". Y es que estaba en deuda con esta ganadería desde que sus toros me descubrieron -aquella lejana tarde- que el triunfo sin peligro ni verdad no es inmortal.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
4 comentarios:
Muy bueno y emotivo artículo Miguel
Cierto. Yo estuve allí y fue inolvidable.
Andanada 8
Bonito comentario.
De acuerdo completamente contigo. Un escrito preciso y precioso, hay veces que te leo y me llevas a otro tiempo. El otro día me pasó con León Felipe. Date por besado. Agustin
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