miércoles, 12 de octubre de 2011

Hasta el mejor escribano echa un borrón. Las Ventas 12 de octubre de 2011

La faena al quinto, Buscador, había sido importante. La firmaba un confirmante: el mejicano Fermín Spínola. Un estoconazo podría, incluso, haberle abierto la puerta grande. Pero la espada no solo no sumó, sino que le privó de pasear una oreja. Fue un horrendo bajonazo que emborronó la buena escritura de la muleta.

La tarde invitaba a ir a los toros: calor y sol de junio, y Frascuelo en el cartel con sus 63 años de vida y 37 de alternativa. Se añadía además que Damián Gil me había hablado bien del mejicano Fermín Spínola, al que pudo ver en Consuegra el pasado mes, y que confirmaba alternativa once años después de haberla tomado en San Luis Potosí. Por cierto, que en el 9 vi a Damián, en el 4 a Carlevaris y en el 8 a dos aficionadas cadalseñas.

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Fuego cruzado de fotógrafos sobre Frascuelo
Reportaje completo de la tarde en el blog de Rafa Carlevaris

Frascuelo es, con justicia, torero de Madrid. Y Madrid le hizo salir a saludar al deshacerse el paseíllo. Después, algunos trazos de torero clásico, ganas de principiante y mérito de estar delante de dos bureles de 526  y 593 kilos a dos años de la edad oficial de jubilación. Y Madrid le ovacionó cariñosamente en sus dos toros, segundo (bueno en el caballo y potable en la muleta) y cuarto (siempre a la defensiva), y al abandonar la plaza.

Andrés Palacios repetía cartel con Frascuelo, pues el pasado 7 de agosto habían actuado en Las Ventas con una corrida de Pereda. El de Albacete pechó con un lote infumable: un tercero justo de presencia, reservón y que debía tener la piel acorazada, porque rebotaron los cuatro primeros pares, y un badanudo sexto de Fraile Mazas, al que apenas se picó, distraído y que no bajó nunca la cara. Con ellos anduvo digno en sus saludos con el capote, aseado con la muleta y horrible con los aceros, hasta el punto de que pinchó cuatro veces al tercero (y descabelló sin clavar el estoque, ya ven cómo anda esto) y tres al sexto, antes de cobrar una corta atravesada y pasaportarlo finalmente con la cruceta. Aunque aparecerá en los anales como testigo de la confirmación de Spínola, lo cierto es que a los 5 metros que se retiró de padrino y confirmante, poco podrá atestiguar.

Gracias a don Trinidad, la empresa se ahorró un sobrero y Fermín Spínola confirmó en Madrid con un inválido. Y el inválido, que hizo dos intentos de saltar al callejón, pudo mandarle a la enfermería pero el derrote acertó a pasar entre las piernas del mejicano y lo encunó sin consecuencias. Poco pudo hacer con este descastado primero, pero debíó ahorrarse el citar al natural con la muleta más que oblicua, casi de canto. Al quinto lo lanceó con gusto. Le pegaron en el caballo porque se quedó en el peto, bien es cierto que cabeceando y repuchándose. Las banderillas quedaron desparramadas entre el suelo y la piel del lisardo, pero el tercio sirvió de buen augurio para su juego en el último tercio. La faena se inició con pases obligados por bajo, destacando uno genuflexo; siguió con dos buenas de naturales en los medios, muy humillado el morito, aunque en la segunda le faltó algo de corazón para ligar el tercero. Tragó sin embargo en un parón en la tanda por el derecho, pitón por el que consiguió despaciosos y ajustados pases en tres tandas que nos devolvieron al añorado toreo clásico. Bueno fue este cinqueño, pero sin la firmeza que le opuso el manito quizás habría desarrollado malos modos.

David Adalid clavando por dentro dejando un par reunido arriba
Imagen tomada del blog Larga Cambiada

Entre los subalternos sobresalió David Adalid, lo que no es noticia. Llevó a una mano al segundo hasta el burladero en dos ocasiones y destacó con los rehiletes en el cuarto, especialmente en un gran tercer par en que decidió arriesgar con el toro esperando y muy cerrado en las rayas; salió del balcón trastabillado y acabó en el suelo en la cara del toro junto al burladero del 8, desde cuya grada pude levantarme para aplaudir a tan gran banderillero, mientras se desmonteraba. En la parte negativa, no queda más remedio que citar: la mala brega de Torres Palacios, sin saber evitar que el quinto volviese al caballo nada más haber salido del primer puyazo y quedando desarmado en el segundo tercio; y el pésimo tercio de banderillas de José Antonio Muñoz y el Niño de Santa Rita en el sexto. De los piqueros, bien, aunque sin complicaciones, Agustín Collado en el quinto, y mal José Manuel Sangüesa picando muy trasero al cuarto.

Última corrida de la temporada en Madrid, con un quinto de entrada, y última de Taurodelta bajo la vigencia del actual pliego. Para despedirnos, la empresa debió de editar no más de cien programas de mano. Por primera vez en 25 años salí de la plaza sin llevarme el programa. No es esto lo peor de esta empresa que tan mal ha gestionado la primera-plaza-del-mundo, pero se lo apunto a los durmientes miembros del Cuento de Arreglos Taurinos, para que tomen nota, por si Taurodelta, o sus mentores, licita en el proximo pliego. El cierre lo echará la novillada del próximo domingo.

¡Esto es todo, amigos!

Cuadro de puntuación de la corrida de Valdefresno en Las Ventas el 12/10/2011

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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...