martes, 10 de septiembre de 2013

Corrida concurso en el Valle del Terror. Sotillo de la Adrada, 7 de septiembre de 2013

Sotillo de la Adrada es un pueblo abulense del Alto Tiétar, centro de atracción comercial de la zona, que celebra sus fiestas patronales en honor de la Virgen de los Remedios a primeros de septiembre de cada año. Pueblo de larga tradición taurina, existen datos sobre unos trágicos sucesos acaecidos en 1666 por los que sabemos que ya se celebraban entonces festejos taurinos, en las fiestas de agosto, a las que acudían gentes de los pueblos vecinos, concretamente de Cadalso y de San Martín de Valdeiglesias. Más de 3 siglos y medio después, mantenemos la tradición, pero más pacíficamente, y nos acercamos en una tarde agradable a su poligonal plaza de toros al reclamo de una corrida concurso de ganaderías de diversos encastes: murube, núñez, lisardo, buendía, domecq y un discutido veragua.

Para su lidia, se anunciaban tres ameritados diestros, con mas de 15 corridas cada uno en esta temporada, que dan garantías al cartel.

Manuel Escribano está en su mejor momento, tras el éxito alcanzado en Sevilla en una corrida de Miura, en una temporada en la que ha pechado con hierros de los que dan yuyu a las figuras: Yonnet, Dolores Aguirre, Prieto de la Cal, Escobar, Valdellán, Palha, Flor de Jara, Cuadri, Barcial, Victorino, Adolfo y La Quinta, alguno por partida doble. Casi nada.

Su primer toro fue un ejemplar de Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez, grande y cuajado, en el tipo de su encaste murube-urquijo, escobillado del pitón izquierdo que no terminó de emplearse en el capote y que recibió dos varas, en la primera de las cuales le taparon de la salida, acudiendo a la segunda pero sin codicia en el peto. Permitió lucirse en palos a Escribano, aunque los rehiletes no quedaron reunidos. Quedó en la muleta sin recorrido y sin humillar, justo de casta y nobilísimo; el sevillano anduvo fácil. Lo pasaportó de dos feos metisacas y una delantera caída.

El cuarto bicho iba marcado con el hierro de Flor de Jara, un buendía de cuerna abierta, rematado y con dos brochas por pitones. Salió rematando en tablas y sin definirse en el percal. Acudió con alegría a las dos varas, empujando y teniendo que sacarle del peto. No anduvo fino el piquero, que señaló trasero y hubo de rectificar. Tomó las banderillas Escribano luciéndose en los dos primeros pares y resultando prendido en el vientre en el tercero al clavar al quiebro, sin separar mucho las zapatillas y apurando la salida. Demasiadas ventajas para un toro encastado y con poder que llevó al andaluz contra una barrera presionando su abdomen con el pitón derecho en unos segundos que se hicieron una eternidad. Afortunadamente el pitón no penetró en la piel, porque ese pitón roto podría haberlo reventado. Se lo llevaron sin rastros de sangre en su terno (*). Le sustituyó Morenito de Aranda que no apostó por un toro que, encastado, humillaba y ponía emoción en su embestida, siguiendo la tela cuando se le llevaba muy tapado por el derecho, pues por el pitón izquierdo se coló descaradamente. Mal con los aceros, necesitó para despenarlo tres pinchazos, una honda tendenciosa y un golpe de cruceta.

El toro de Flor de Jara empitona contra el burladero a Manuel Escribano
Fotografía tomada del blog de RAFAEL CARLEVARIS

Jesús Martínez Barrios, más conocido por Morenito de Aranda, apoderado por los empresarios de la plaza, había toreado antes al segundo de la tarde, un núñez de Navalrosal, bajo y apretado de carnes que, también escobillado, salió rematando y al que el arandino solo tanteó en el saludo. Tomó tres varas, la última con el regatón, siendo el mejor con los de aúpa. Lo cambiaron con 3 palos y dos entradas, privándonos del segundo par de Luis Carlos Aranda que en el primero se vio apurado. El burel era noble y humillaba aunque le faltaba ese tranco que dicen tienen de más los de este encaste, pero al final se rajó descaradamente, dejando al aire su mansedumbre hasta entonces escondida. El diestro, que había estado una tanto aliviado con la franela, entró por derecho cobrando una estocada rinconera y efectiva.

El sexto de la tarde (por cambio de orden de los dos últimos toros) lucía la bellota de Los Chospes, precioso de lamina y levantado de pitones, metió bien la cara en el engaño, estirándose el burgalés con gusto por verónicas en los medios. Cortó al caballo en el sol empujando con la cara arriba sin poder. Aunque le levantaron la mano salió claudicando del peto. Volvieron a cuidarlo en la segunda entrada. La presidencia decidió mantenerlo en el ruedo, y el juampedro pudo completar el último tercio gracias a los cuidados de Morenito, que aprovechó la clase que tenía en su noble y alegre embestida, eso sí, evitando bajarle la mano pues la única vez que lo hizo, el cinqueño claudicó. Un pinchazo hondo y un golpe de descabello sirvieron para el premio de otra oreja y la salida a hombros del castellano.

Completaba el cartel Rubén Pinar, que sorteó un descarado, grande, enmorrillado y basto toro de Adelaida Rodríguez, también escobillado, que no se empleó en el saludo. Entró al peto regateando en las dos varas, en las que cumplió. Bregó bien Raúl Galindo y pasó muchos apuros Alberto Martínez en la salida de los pares, tanto por su falta de facultades como porque el toro perseguía. Al lisardo le costaba humillar pero embestía con clase por ambos pitones. El albaceteño anduvo populista, al hilo y muy despegado. No faltó el circular invertido. Se la jugó al encuentro, pero pinchó, para terminar descabellando sin haber logrado prender antes el estoque en ninguno de los cuatro encuentros.

En el quinto, el de Tobarra no tuvo oportunidades con el de Aurelio Hernando, pobre de cara y que blandeó de salida. Corretón, no acertaron a fijarlo y entró al equino en la misma puerta de caballos, inmediata a toriles. La segunda vara fue un simulacro. No estuvo acertado Galindo con las espabiladeras, luciéndose Cervantes. Quedó topando más que embistiendo y Pinar tuvo el acierto de abreviar. Mató de estocada arriba, aunque yéndose de la suerte y perdiendo la muleta.

El coso, de 3.500 localidades de aforo, casi se llenó. Una plaza de toros de piedra, sin callejón, que también debe de tenerla sin forrar en los corrales y chiqueros a la vista del estado de los pitones de cinco de los seis toros del encierro.

(*) En la exploración del equipo médico no apreciaron heridas. Sin embargo, en el hospital descubrieron una gravísima hemorragia interna, por rotura de la vena iliaca, que necesitó de una urgentísima intervención, durante la que se transfirieron 4 litros de sangre a Manuel Escribano.

 Cuadro de puntuación de la corrida concurso
(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada,
 al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)

Se acotó la zona de picar y se pintaron rayas de distancia

La banda rompe plaza a lo sones de "La Giralda", bajo la batuta del profesor Miguel Ángel Santayana 

La terna, nueva en esta plaza

Escribano se dispone a citar a "Montañero", de Herederos de Ángel Sánchez Sánchez (murube-urquijo)

"Montañero" puesto en suerte para la segunda vara

A Escribano se le va la mano

"Jardinero" de Navalrosal (núñez), fijo en el caballo

Héctor Piña cita con el regatón para la tercera vara de "Jardinero"...

... y Morenito de Aranda hace lo propio con la muleta armada

André Viard, a contra luz, se proteje del sol. Aficionados venteños en el tendido

Cartel anunciador del tercero de la tarde

"Forzudo" de Adelaida Rodríguez (lisardo), empuja con mal estilo

Así de basto y fuera de tipo era "Forzudo"

"Carretero" de Flor de Jara (buendía), el toro más encastado

"Finito II" de Aurelio Hernando (¿veragua?), cornicorto y "casticorto"

Ni Rubén Pinar ni Alberto Martínez consiguen evitar que se picara a "Finito II" en toriles

"Mozito" de Los Chospes (domecq) blandea en el capote de Morenito

Vaya usted con Dios

A "Finito II" también le picaron (y con sumo cuidado) fuera de la zona delimitada para tal menester

"Finito II", el toro de mejor presencia (no el más grande) y el de mejor clase...

... pero, ay, el más flojo

Las misses, uniformadas de mantilla

Morenito, feliz tras cortar su segunda oreja

La cuadrilla de Escribano y Rubén Pinar, con la suya, abandonan a pie el coso sotillano...

y el burgalés lo hizo a hombros del capitalista

Cartel de la feria

El pase

2 comentarios:

Afición corucha dijo...

Si esa plaza coge 3.500 personas la de Cenicientos coge 50000 me parece mucho eso, contando que la de Cenicientos tiene numeradaS 3.200 localidades. Ojala en Cenicientos tuvieramos esa empresa, pero también es verdad que solo compran baratijas, de adelaida y los chospes no salen mariano jimenez y jose ignacio ramos. Pero llevan toreros no como aquí. tambien es verdad que me hubiera gustado ver si se hubiera apuntado alguno de esos toreros a la de Juan Luis en Cenicientos cobrando lo mismo que en sotillo.

cadahalseño dijo...

El aforo de 3.500 espectadores de la plaza de toros de Sotillo dela Adrada es el que figura en la página web de su Ayuntamiento (http://www.sotillo.net/web/index.php/ayuntamiento/servicios-municipales/216-plaza-de-toros), supongo que incluyendo los espectadores de pie tras las filas de tendido. Un saludo

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...