Transitamos por momentos difíciles y los toros no son una excepción. Y tratamos de explicar el problema acusando de nuestros infortunios a los antitaurinos y a
los partidos nacionalistas. E intentamos resolverlo con plataformas,
iniciativas legislativas populares, traspasos de competencias,
petición de ayudas y demás zarandajas de las que siempre alguien,
cómo no, saca tajada.
Azulejo explicativo de la etimología "oficial" del nombre del pueblo
Tengo para mí que el
problema lo tenemos dentro y las soluciones pasan por nosotros
mismos. El problema se llama taurinos y falta de afición. Y para
solucionarlo hace falta una catarsis que no se ve en el horizonte.
Entretanto, bendigamos que aún existan reductos donde se exige
verdad y personas que arriesguen sus bolsillos en lo incierto de
organizar festejos sin ayudas públicas. O lo que es lo mismo,
Cenicientos, Antonio Jiménez y Raúl Montero. Y
la manera más efectiva de apoyar a estas gentes es retratarse en
taquilla.
No fue mala la entrada en la primera de las dos tardes que componen la feria corucha de 2012. Tampoco fue buena. La que sí fue buena, y mucho, es la presentación de las reses de Cantinuevo, una ganadería corta procedente de Las Ramblas, con la excepción de un feo cornipaso que se corrió en cuarto lugar. Y malo fue en general su descastado y rajado comportamiento, con la excepción esta vez del buen quinto, colorado, ojo de perdiz, bocidorado, número 14 y de nombre Bachillero.
Tomó la alternativa, tras más de 13 años en el escalafón novilleril, el alicantino Ángel Gonzalez, con más pena que gloria. Bien es cierto que
el primero y el sexto fueron dos de los rajados del deslucido
encierro, pero el toricantano demostró con capa y muleta una preocupante falta de pericia en el juego de brazos, acorde con su escasísimo rodaje.
Ceremonia de alternativa
Mejor estuvo el padrino de
alternativa, Sánchez Vara, seguro en los tres tercios y muy
por encima de segundo y cuarto, también mansos y descastados, con el
borrón de un horrible sablazo en los bajos al primero de sus oponentes.
Sánchez Vara entra a matar al segundo de la tarde
Al colombiano Breyny Hernán Ocampo, Guerrita Chico, se le fue el noble quinto, al que toreó
sin apreturas y sin aprovechar lo repetidor de sus embestidas, en
especial por el pitón derecho; mejor en molinetes y adornos que en
el toreo fundamental. En el tercero, noblón, pero distraído, anduvo
asentado y decidido.
En banderillas destacó
Juan José Valencia en el primero y en varas dieron el mitin
los picadores de Ángel González, Juan Carbonel y Miguel
Infantes, el uno por masacrar
al primero y al sexto (saliendo para picar por colleras) y el otro
por ser incapaz de sujetar al sexto. Pero quien me llamó la atención
fue Javier Gil,
tercero de la cuadrilla de Sánchez Vara. Anduvo el hombre muy
desafortunado con la puntilla en el segundo, asestando innumerables
cachetazos entre la bronca del personal. Al retirarse al callejón
pidió reiteradamente perdón a su torero y fue a apoyarse a la
barrera con la cabeza entre los brazos y una cara que era todo un
poema. No terminaron ahí sus penurias porque de nuevo volvieron los
mismos problemas en el cuarto y las mismas disculpas y signos de
tristeza. Su demostración de amargura me llegó al alma.
Javier Gil retirándose tras apuntillar al cuarto,
presto a disculparse con su matador
presto a disculparse con su matador
Así se acostumbra a tapar la salida con el caballo
Hubo
rifa de un jamón, que fue a parar esa noche a la casa de una persona
necesitada, gracias al buen corazón del comprador de la tira
premiada, a quien saludé al entrar en la plaza. De esto me enteré porque
así me lo contó quien transportaba discretamente la pieza por las
calles cadalseñas. Y yo así lo cuento porque es de ley.
No faltó Epifanio Rubio, "Mozo" al burladero de callejón
Foto de "Mozo" en Cenicientos 2011, facilitada por André Viard
Cuadro de puntuación de la corrida de Cantinuevo
(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada,
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