-Cuatro meses exactos después de la extraordinaria corrida de Palha de San Isidro, se anunciaba con justicia su repetición en el coso venteño. Esta vez con espadas más placeados que en mayo, pero sin que se apuntara a ella ninguna figura, figurón o figurita, de cualquier clase o condición.
- Antes de aposentarme, me paseé por la anunciadísima exposición de Paquirri en la Sauna (perdón, Sala) Antoñete: una auténtica birria. Para ese viaje no hacían falta alforjas. Muchas fotos y muy pequeñas, un vídeo insulso, dos trajes, dos capotes y un fundón cerrado es todo el bagaje de esta ridiculez, a la que no le falta, eso sí, un director o comisario, o como le llamen (Carlos Abella). Y todo ello gracias al patrocinio de Metro de Madrid, que bien podría haber destinado el dinero despilfarrado en mejorar la frecuencia de trenes en las líneas 2 y 5 en horas de espectáculos, para que el personal no llegue a la plaza con aspecto de sardinas enlatadas.
- Por los comentarios, había más abonados de Madrid de devoto peregrinaje a Barcelona (donde se anunciaba una nueva “aparición” de Tomás del Cuvillo) que los que ocuparon su localidad en Las Ventas Madrid. Lo malo es que debieron de dejar sus entradas a amigos o parientes que esa tarde no tendrían cosa mejor que hacer que ovacionar a malos picadores, reírse de cuadrillas que pasaban fatigas con un malaje y pedir orejas tras una faena rústica y aliviada.
- El encierro fue de variada presencia y comportamiento, pero la nota media es mala en ambos aspectos. Hubo toros justitos y sin remate para Madrid, junto a otros espectaculares de cabeza, pero sin merecimiento para que se les ovacionara, como se hizo. Salvo el cuarto, el resto manseó en diversos grados e incluso llegaron a flojear, algo inusual en una ganadería que se caracteriza, entre otros méritos, por la dureza de remos.
- De los espadas cuesta trabajo también salvar a alguno. Extraña que siendo toreros modestos, aunque asomen un poquito la gaita en el escalafón, demuestren escaso interés en destacar, hasta el punto de que solo puede decirse que hicieron un quite en toda la corrida.
- Rafaelillo dio una de cal y una arena. Con el terciado, flojo y manso primero, que acabó probón y calamocheante, no le perdió la cara y anduvo valiente, aunque remató la faena malamente con una chalequera. Sin embargo en el cuarto, con el toro más manejable y en medio del aguacero, anduvo centrífugo y vulgar; toreó, si puedo llamarse así, para la galería, que, eso sí, correspondió. Lo cazó con una estocada caída. A pesar de todo, algunos pidieron la oreja y terminó dando una inmerecida vuelta al ruedo, por su cuenta.
- Javier Valverde estuvo como casi siempre; o sea, estuvo y nada más. El primero rozaba la invalidez, calamocheaba y era algo incierto, y con él el salmantino anduvo cuidadoso y preocupado además por el viento; mató de pinchazo hondo y descabello mientras un trueno avisó de lo que venía. El quinto era el toro más cuajado y el que más apretó en varas, y llegó a la muleta, después de dolerse en palos, pegando tornillazos, a lo que respondió Valverde… ¡sacando la muleta por encima de los pitones! Lo liquidó de un espadazo después de un pinchazo.
- Con ganas parecía venir Iván Fandiño, pues se animó a un quite por chicuelinas en el segundo. No era muy oportuno ese quite porque el toro era muy flojo, como he dicho, y no era suyo. Ocurre que luego en los suyos perdonó los quites y eso es muy, pero que muy feo. El tercero, aunque derribó al caballo, también fue manso en todos los tercios. Especialmente problemático en banderillas, donde hizo sudar a Jarocho y Mario Romero hasta que después de incontables intentos consiguieron dejar prendidos los cuatro palos reglamentarios. En la brega, tras naufragar Fandiño, Pedro Lara anduvo desigual, estropeando en el segundo tercio los buenos inicios en el primero. Tras el cambio de tercio, el toro cambió radicalmente y quedó completamente aplomado sin dar apenas juego, a lo que tampoco contribuyó el diestro con la muleta medio escondida. Lo mató de estocada. El sexto, de espectacular encornadura cornipasa, destacó por su arrancada lejana al caballo, aunque tras tres cites, pero luego no se empleó en el peto. Mal picó Agudo porque mal echó la vara y mal señaló; sin embargo, le ovacionaron. La faena de muleta la inició Fandiño con muchos aspavientos, pero no mandó en la embestida, citó perfilero y con la pierna contraria retrasada, y siempre al hilo del pitón; el toro fue a menos y quedó tardo y revoltoso. Aunque fue por derecho, la espada quedó ladeada.
- Y esta fue la tarde de los desencantos: de toros (el mayor de todos, por ser lo más ilusionante del cartel), de toreros, de exposición y de público. Salvemos a Álvaro Oliver y Cebadera con los palos; y punto.
Nota: De nuevo Miguel Moreno hizo el paseíllo en el programa de mano de Las Ventas (por cuarta vez en la temporada), esta vez con el relato "Algo sobre el Paula". Leed: Vista Alegre, mayo de 1974.
Cuadro de Puntuación de la corrida de Palha del 27/09/2009 en Las Ventas.
(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada, al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)
Nota: Publicado originalmente en el blog estrapicurciela
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