Con una gran entrada y en
tarde calurosa se ha celebrado la segunda y última corrida de abono
de este ferial 2018 de Cenicientos, con toros del Conde de la Maza,
algunos de impresionantes cabezas, todos llamativamente astifinos y
variados de lamina, una “tía” en el argot, que ha derrochado
diversos tipos de mansedumbre.
Octavio Chacón ha
demostrado solidez y oficio con el peor de los tres malos lotes de la
tarde. El primero, un auténtico perchero cornivuelto, salió
distraído y entró sin celo las dos veces que fue al caballo, para
quedar parado y terminar echándose en tablas, donde hubo de ser
apuntillado. De forma sorprendente, entre mayoría de pitos, se
oyeron algunas palmas en el arrastre. El quinto permitió al gaditano
lucirse con verónicas en el saludo, pero tampoco se empleó en el
peto, quedando con media arrancada en la muleta de un Chacón que
demostró voluntad y solvencia, para pasaportarlo de estocada. Dio
una vuelta al ruedo después de que la presidencia desoyese la
petición de una oreja merecida.
Complicado ha sido el lote
con el que ha tenido que pechar Alberto Lamelas, nuevo en esta plaza.
El segundo, también un galán bien armado, se paró ya de salida y
con esa condición permaneció durante toda la lidia, para terminar
muy a la defensiva, y Lamelas, con entrega y valor, pasó la faena
sorteando derrotes y sin suerte con el estoque. El quinto demostró
su querencia a toriles ya de salida, alternando con arreones por toda
la plaza que descompuso la labor de la cuadrilla. Lamelas intentó
separarlo de la querencia, pero la lidia hubo de desarrollarse en
zona de chiqueros. Fue un auténtico duelo entre un torero que nunca
volvió la cara y un manso que arreaba con violencia en la embestida,
que terminó con victoria del jienense, que acabó sacando pases
meritorios y una estocada delantera de efecto fulminante, que le
valió para pasear una oreja de mucho peso.
El mejor toreo de muleta
corrió a cargo de José Carlos Venegas que hubo de vérselas con dos
mansos de distinta condición. Se lució en el saludo al tercero, un
toro castaño vareado y muy astifino, que se movió mucho durante
toda su lidia, sin entrega en los engaños ni en el peto. El
jienense, con su familia y muchos seguidores en el tendido, alargó
en exceso la faena y por tal motivo el burel se fue complicando antes
de cazarlo con una estocada de mucha exposición, que le ocasionó
una pequeña cornada en el brazo. Se le premió con una justa oreja.
La lesión no le impidió lidiar al sexto, el toro más entipado en
Núñez, que empujó bien hasta derribar al jaco en su primera
entrada. En la segunda, se le fue la mano al varilarguero y el toro
lo acusó. Venegas puso voluntad, pero el lucimiento era tarea
imposible y tras un largo trasteo, lo liquidó de pinchazo y
estocada.
En cuadrillas destacaron
Francisco Javier Rodríguez, con un buen par al segundo, y, sobre
todo, David Adalid, pareando al tercero. Es una auténtica lástima
para el aficionado que el de San Martín toree tan poco, por razones
que no se alcanzan a comprender.
De nuevo, Cenicientos ha
ofrecido la oportunidad al aficionado de presenciar festejos serios,
algo poco habitual y que se agradece, pero deben pulirse algunos
defectos, buscando más el trapío que la fachada e impidiendo la
utilización de caballos antirreglamentarios, tanto por peso como por
raza, que desbaraten el tercio de varas.
LA TARDE CONTADA EN IMÁGENES (Próximamente)
Enlace: Excelente reportaje gráfico, como siempre, en el blog de RAFA CARLEVARIS
Cuadro de puntuación de la corrida de Conde de la Maza
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