En el centro de la semana "torista" se ha incrustado la corrida de la Beneficencia. Justo inmediatamente después de la de Saltillo-Moreno Silva. Hemos vuelto al monoencaste, con otras formas de comportarse y de embestir, y hemos vuelto a un cartel de figuras, que son los que ponen el cartel de No Hay Billetes. Estos antecedentes aconsejan cambiar de chip, para valorar a los toreros en función de los toros que les caen en suerte.
Doble salida a hombros, con muy distintos merecimientos
Estimado Cadahalseño:
Ya ve usted el contraste de los toros "cerriles" de ayer (la épica), a los "educados" de hoy (la lírica), con tres destacados protagonistas: Manzanares, el quinto toro de Victoriano del Río y don Julio Martínez, el okupa del palco presidencial.
Del matador alicantino, le diré que es la primera vez que le veo torear, y vaya cómo ha toreado. Hasta hoy, solo vi una maravillosa puesta en escena y un toreo despegado y superficial, amén de su máxima especialidad: la suerte suprema. Hoy en el quinto ha estado bien desde el saludo por verónicas de muchos quilates hasta el estoconazo final aguantando, pasando por un ajustado quite por chicuelinas y una faena plena de toreo fundamental, ligada, ajustada, toreando muy despacio, en especial un pase de pecho sacado de muy abajo. Una faena rotunda, completa de cabo a rabo, que ha alcanzado el justo premio de las dos orejas del toro de Victoriano del Río.
Usted es consciente de que una faena de este corte no es posible con toros "cerriles", sino que ha de haber un toro "educado", en este caso llamado "Dalia", que además ha sido bravo y completo en los tres tercios, pronto en su acometida, repetidor y noble, humillado y templado en su embestida. Tuvo un pero: su tendencia a las tablas en los últimos compases de la faena.
Con la conjunción de clase en toro y torero, es posible alcanzar estas cotas de belleza en una faena, que yo también sé apreciar. Otra visión distinta de la emoción de ayer. Ambas forman parte de la Tauromaquia, y no son incompatibles ni irreconciliables, sino que la grandeza del toreo está en poder dar cabida a tan distintas concepciones, y poder estimar lo mejor de cada una de ellas.
El tercer protagonista, en este caso negativo, es el inefable don Julio Martínez, uno de los peores presidentes de Las Ventas de las últimas décadas, que alguien mantiene en el puesto de manera inexplicable. Hoy ha concedido dos orejas a López Simón en el tercero, un toro manso, que se escupió de los caballos, que tuvo movilidad y metió la cara en los engaños. La actuación del madrileño fue digna, en su estilo, pero sin especial relevancia. Le destacaré dos notas. La primera, que los estatuarios no son pases idóneos para toros abantos, a los que hay que recoger y fijar. La segunda, que tan derecho ha entrado a matar tras el estoque, que ha librado una cornada de milagro.
Ambos, por méritos bien distintos (uno, propios, y otro, ajenos), han salido por la Puerta Grande.
Permítame que lo demás se lo apunte telegráficamente:
- Manzanares poco pudo hacer en el segundo, un toro inválido y manso, al que también pasaportó de una buena estocada.
- López Simón demostró en el sexto el porqué de su fulgurante ascenso en el escalafón: su valor irrenunciable, aguantando coladas y poniéndose en el sitio que pocos pisan, ese sitio donde al toro no le queda más remedio que embestir o coger al torero.
- Sebastián Castella se ha ido de vacío de Madrid, habiendo enlotado hoy dos toros que en el argot, "valían", con los que ha desplegado todo su archiconocido repertorio, ante la indiferencia general. El año pasado triunfó porque le tocó la lotería de "Jabatillo" y "Lenguadito". Este año sólo será recordado porque fue el único de las llamadas figuras que se anunció con albaserradas.
Le recomiendo que mañana vuelva a cambiar el chip. Vienen los cuadris.
Usted es consciente de que una faena de este corte no es posible con toros "cerriles", sino que ha de haber un toro "educado", en este caso llamado "Dalia", que además ha sido bravo y completo en los tres tercios, pronto en su acometida, repetidor y noble, humillado y templado en su embestida. Tuvo un pero: su tendencia a las tablas en los últimos compases de la faena.
Con la conjunción de clase en toro y torero, es posible alcanzar estas cotas de belleza en una faena, que yo también sé apreciar. Otra visión distinta de la emoción de ayer. Ambas forman parte de la Tauromaquia, y no son incompatibles ni irreconciliables, sino que la grandeza del toreo está en poder dar cabida a tan distintas concepciones, y poder estimar lo mejor de cada una de ellas.
El tercer protagonista, en este caso negativo, es el inefable don Julio Martínez, uno de los peores presidentes de Las Ventas de las últimas décadas, que alguien mantiene en el puesto de manera inexplicable. Hoy ha concedido dos orejas a López Simón en el tercero, un toro manso, que se escupió de los caballos, que tuvo movilidad y metió la cara en los engaños. La actuación del madrileño fue digna, en su estilo, pero sin especial relevancia. Le destacaré dos notas. La primera, que los estatuarios no son pases idóneos para toros abantos, a los que hay que recoger y fijar. La segunda, que tan derecho ha entrado a matar tras el estoque, que ha librado una cornada de milagro.
Ambos, por méritos bien distintos (uno, propios, y otro, ajenos), han salido por la Puerta Grande.
Permítame que lo demás se lo apunte telegráficamente:
- Manzanares poco pudo hacer en el segundo, un toro inválido y manso, al que también pasaportó de una buena estocada.
- López Simón demostró en el sexto el porqué de su fulgurante ascenso en el escalafón: su valor irrenunciable, aguantando coladas y poniéndose en el sitio que pocos pisan, ese sitio donde al toro no le queda más remedio que embestir o coger al torero.
- Sebastián Castella se ha ido de vacío de Madrid, habiendo enlotado hoy dos toros que en el argot, "valían", con los que ha desplegado todo su archiconocido repertorio, ante la indiferencia general. El año pasado triunfó porque le tocó la lotería de "Jabatillo" y "Lenguadito". Este año sólo será recordado porque fue el único de las llamadas figuras que se anunció con albaserradas.
Le recomiendo que mañana vuelva a cambiar el chip. Vienen los cuadris.
Siempre suyo afectísimo.
El tío Puntilla
Cuadro de puntuación de la corrida de Victoriano del Río (4) y Toros de Cortés (2)
LA TARDE TRAS EL VISOR
Lleno de no hay billetes con plaza engalanada
De año en año se abre el palco real. El rey llevó a su hija Elena y a sus nietos
El primero se duerme en el peto
Chicuelina de Castella a "Impuesto"
Brindis del francés al Rey viejo de España
Claudicación
Segundo de la tarde. 5 años y 10 meses
"Soleares" canta... la gallina
Revolera en el quite de López Simón
Manzanares brinda también al rey Juan Carlos
Estocada arriba de Manzanares
Tercero de la tarde
Saludo de López Simón
"Vampirito" no quería que le chuparan la sangre
Jesús Arruga parea con expisición
López Simón también brindó al rey
El madrileño obliga al toro a poner los pitones en la arena
Tan recto se tiró el e Barajas...
...que fue volteado, sin consecuencias
Don Julio, el Incompetente concedió el regalo de la Puerta Grande a López Simón
El veterinario se fuma un puro
El veterinario se fuma un puro
El cuarto también sale de naja
El habitual inicio de faena de muleta
No podía faltar el circular invertido...
...y otros floripondios
Llenazo en el palco del Ayuntamiento
Verónica del saludo de Manzanares al quinto
Remate del quite por chicuelinas
"Dalia" galopa hacia el caballo de Chocolate
"Dalia"
Brindis al respetable
El toro acude pronto al cite de Manzanares
Pase de pecho sacado muy despacio desde abajo
Natural de Manzanares
Susto antes de entrar a matar, aunque el estoque dé otra sensanciòn
Otro pase de pecho, cerca de las tablas
Estocada en todo lo alto
Cadalseños por las Ventas
Portagayola de López Simón
Revolera de remate del quite del madrileño
Entre las rayas colocó López Simón a "Ebanista" para la segunda vara
El madrileño siempre se arrima
Cruzado así, al toro no le queda más remedio que embestir
El de Barajas cobra una buena estocada
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