Así embestía el encastado cuarto
El aficionado acude a La Adrada, en el Valle del Tiétar, al reclamo de una corrida de los albaserradas de José Escolar, en un cartel de toreros modestísimos. La tarde es soleada, agradable y algo ventosa en una plaza portátil situada fuera del pueblo en el marco impresionante de la cordillera de Gredos al fondo. Organiza el tándem Guzmán y Montero y se ocupa algo más de la mitad del tablado: algo más de mil espectadores. La empresa no facilita a los espectadores un papel con los datos de actuantes y toros, si bien éstos se anuncian con una tablilla.
El primer toro destaca por su encornadura casi en lira y tipo asaltillado; humilla y mete la cara en el saludo cerrado de Octavio Chacón. El puyazo es largo, y el toro se queda en el peto, aunque sin terminar de emplearse. El aficionado tuerce el gesto cuando la presidencia cambia el tercio por su cuenta, después de que el matador hubiera dejado en suerte al burel en los medios. De error en error, el palco cambia el segundo tercio con solo dos entradas. “Coreano”, que así se llama el toro, es suave, noble, atiende al toque y humilla en su embestida: un toro para rebozarse con él. Chacón está digno, aunque por debajo de la buena condición del toro. Una media en su sitio basta para pasaportar al toro, que tiene una muerte espectacular en los medios, hecho sin duda que decide al personal para pedir una vuelta al ruedo que el usía concede, después de haber premiado al diestro con dos orejas. Al aficionado le llama la atención que la hija del ganadero pida con vehemencia las orejas agitando dos pañuelos, y grite, volviendo la cara: “otra, otra”.
El segundo es terciado, y lo recibe Marco Gómez muy cerrado. Le da el del castoreño en la única vara, sin que nadie lo quite. El presidente, de nuevo, cambia el tercio con el toro colocado para la segunda entrada. En palos “Chulón II” persigue y obliga a coger el olivo a los banderilleros. El de Escolar queda noble, pero sin codicia, y el diestro está más que vulgar con la muleta y aún peor con el estoque: 5 pinchazos y estocada.
El tercero tiene buena presencia, y Cristian Escribano realizar un buen saludo de capote. Entra al caballo al relance y el de la vara le da de lo lindo. En palos, el cárdeno aprieta y uno de los banderilleros cae feamente de cabeza al callejón. “Chismoso” es buen toro para la muleta, y Escribano saca algunos pases que al aficionado le saben a poco. Receta una estocada tras un pinchazo y obtiene una excesiva recompensa de dos orejas.
El cuarto sale aquerenciado en un burladero, en el que derrota y escarba. Empuja con arreones y la cara alta en las dos entradas al caballo, bien picado por Israel de Pedro. Cerrado en palos, el peonaje no se atreve a banderillear al sesgo, como demandaba la condición del toro, y la presidencia cambia el tercio con solo tres 3 palos. El aficionado disfruta con la valentía de Chacón, si bien echa de menos que se doble con el reservón “Cocinero”. A base de porfiar, acaba sacándolo de las tablas y pide a la música que se arranque para arrancar pases meritorios con un toreo de pies. Lo liquida de una estocada en el rincón.
El quinto es muy chico y desmerece del resto. Marco se estira con un toro que no se define y que cabecea en el peto, donde el del castoreño le pega duro en la primera entrada. La segunda es al relance, se repucha y se va. El caprichoso palco decide cambiar con solo dos entradas. “Vistoso II” adolece de falta de fijeza y el diestro de falta de ideas y de decisión. La estocada queda ladeada y hace guardia. La honda posterior no es suficiente y se cuentan once golpes de verduguillo, con el reloj del palco parado.
El último de la tarde es de bonita lámina y mete bien la cara en el saludo de Escribano. Empuja sin terminar de humillar en caballo, y Chacón se decide a hacer el único quite artístico de la tarde. En el segundo tercio hay problemas por una banderilla prendida al lado del ojo y por la impericia absoluta de los banderilleros. En la muleta, el toro es excelente, empujando la muleta, noble, humillado sin excesos, y bien aprovechado esta vez por Escribano, que lo mata de estocada.
El aficionado sale contento de la portátil, por el buen juego de los toros, la decisión y el buen hacer de Octavio Chacón y la buena actuación de Cristian Escribano con el capote, pero con la pesadumbre de no haber podido presenciar los tercios de varas que demandaba la condición de los toros, por culpa de estos espadas, de sus picadores, de la presidencia y de los propios espectadores.
LA TARDE TRAS EL VISOR
El mayoral llama a la puerta
La portátil se instala a los pies del castillo de don Álvaro de Luna
Un aficionado de la villa de Mombeltrán
El ganadero y su yerno
La presidencia ordena el inicio del festejo
El alguacilillo y su estilizado caballo
¡Suerte!
Octavio Chacón
Tablilla del primero de la tarde
Cornipaso y asaltillado
Remate del saludo de Octavio Chacón
Toda la dosis en una vara
“Coreano” mete la cara en palos...
...y en la muleta
El de Escolar visto por delante
La hija del ganadero pide la oreja a dos manos
Abanico taurino de dama anónima
Marco Gómez, nuevo en esta plaza
Segundo de la tarde
Un mal picador... o un picador obediente, quién sabe
Cerrato toma el olivo
Natural con el mentón hundido
Marco pincha en mal sitio
Palabra de honor
Cristian Escribano, nuevo en esta plaza
Tercero de la tarde
...que echaba las manos por delante
Airoso remate de Cristian Escribano
“Chismoso”
Barrenando y tapando la salida
Este salto acabó en aterrizaje de cabeza
Inicios de faena
Al de Escolar le costaba humillar
Media en todo lo alto
Hora de la merienda...
...y de repintar
Cuarto de la tarde
Media abelmontada y arrebatada de Chacón
Un picador que supo dosificar el castigo: Israel de Pedro
Por desgracia, esta escena se repite cada vez más
Octavio Chacón obliga por alto a “Cocinero”
Estocada rinconera
1158. La banda...
...y Luis, un aficionado venteño que vino desde Guadalajara
El quinto entra al peto
“Vistoso II” solo lo era en el nombre
La cara por las nubes
Unos que podían haber dejado los platillos en casa
Saludo de Escribano al sexto...
...que lleva al jaco contra las tablas
A “Combativo” estuvieron a punto de dejarlo tuerto...
...con pares como este
Así embestía al final de la faena de muleta
Estocada arriba
La primitiva plaza de toros de La Adrada. Fotografía de Otto Wunderlich (Ministerio de Cultura)
2 comentarios:
Didáctica crónica y buenas fotos, excelentes algunas de ellas.
Gracias Miguel, disparo mucho y algo mato
Publicar un comentario