La noche en Orio ha sido excelente y la mañana permite el baño en un inusualmente cálido mar Cantábrico. Desde allí hay una sinuosa carretera que bordea la costa y lleva hasta el Monte Igueldo, desde donde se contempla una preciosa vista de San Sebastián y su atestada playa de la Concha, sin una nube en el horizonte. Tras la comida en Tolosa, el desplazamiento hasta Azpeitia discurre por uno de los más preciosos valles que haya visto el aficionado.
El poderoso “Burrimicio” levanta en vilo al caballo
La tarde es soleada, calurosa y con algo de viento. El aficionado comparte tendido de sol con un aficionado de San Sebastián, confeso madridista, y observa la distribución de las cámaras de C+ que retransmiten en directo la corrida de Pedraza de Yeltes. Gracias a ello, es posible por fin disponer un programa de mano, que ha editado por el canal televisivo.
El primero de la tarde está bien presentado y se ovaciona de salida por tal motivo. Sin fijeza, busca la salida y no se queda en el capote de Javier Castaño. En el caballo empuja con la cara arriba, el picador le da un puyazo largo, que impide poder ver una segunda vara. Los afamados banderilleros Ángel Otero y Fernando Sánchez no tienen su mejor tercio, aunque se aplauden los contundentes pares, aunque pasados, del primero. “Bilanero” queda a la defensiva, cabeceando y rajándose posteriormente; manseando, en una palabra. El salmantino deja media estocada, con desarme, y liquidó al castaño de un golpe con el descabello.
También tiene buen aire el segundo, que está más centrado en el saludo que su hermano. La vara que le administra Óscar Bernal es larga, castigándolo y tapando la salida. El aficionado no entiende como en una feria torista no se cuida el tercio de varas, administrando el castigo para poder ver al menos dos entradas al caballo. Se luce con las espabiladeras Domingo Siro, que saluda. El toro es noble y humilla, pero flojea. Juan del Álamo corre bien la mano en su estilo agachado y largando tela, con muchas tandas por el derecho, destacando los pases de pecho. Un pinchazo sin soltar al encuentro, y una estocada rinconera le valen para pasear una oreja.
El aficionado celebra la buena presencia también del tercero, que tarda en acudir y obliga a López Simón de ir a por él, para rematar el saludo en los medios. El puyazo de Tito Sandoval, que ha cambiado de matador, es bueno, toreando en el cite y limitándose a sujetar con la vara. A pesar de ello, vuelve a cambiarse el tercio con una sola entrada. “Niñeto” aprieta para los adentros y obliga a tomar el olivo a los peones con susto incluido para el de brega. La faena del madrileño es templada y vertical, basada en el pitón derecho, con remate final con la zurda y una tanda de manoletinas. La estocada deja al toro patas arriba. El palco agravia al matador, concediendo el mismo trofeo que a Juan del Álamo, tras una fuerte petición de la segunda oreja.
El cuarto no desmerece de los anteriores en presencia, pero no se emplea en el saludo de Castaño. Toro poderoso, derriba a pulso en la primera entrada, y entra por dentro y al relance en la segunda, quedándose en el peto. El segundo tercio es más que discreto. “Burreimicio” mete la cara humillado, aunque siempre con querencia a toriles. Javier Castaño se reencuentra consigo mismo, lo que congratula al aficionado, aunque no termina de redondear la faena a un toro que cuando entraba se entregaba en su embestida. No acertó el salmantino con los aceros y se premió al toro con una exagerada vuelta al ruedo, no solo porque se rajase al final, sino también porque siempre anduvo con amagos a su querencia a toriles
El quinto es el único cinqueño y negro del encierro. Mete bien la cara en el saludo de Juan del Álamo. “Meloso” se emplea en la única vara que por desgracia le dan. Queda con poder en banderillas y en la muleta, sin que el mirobrigense termine de acoplarse con él. Al aficionado le queda la duda de si una segunda habría ayudado al coleta. Lo pasaporta de pinchazo y estocada.
López Simón no se acopla en el recibo al sexto, que se queda en el peto, pero sin empujar como sus hermanos. Persigue en palos y resulta complicado y protestón. El de Barajas está firme y solventa con suficiencia los problemas. El manso “Pórtico” se aconcha en tablas y hace pasar la de Caín al diestro, que no oye el tercer aviso por la benevolencia del palco.
El aficionado sale contento de la Feria, especialmente de esta última corrida, en que el imponente y poderoso encierro de Pedraza de Yeltes ha dado buen juego en conjunto, y la terna ha estado a la altura, especialmente un López Simón en momento dulce, con la enorme mancha de no haber dejado disfrutar de un completo tercio de varas. Con las últimas luces del domingo, el aficionado y su esposa se despiden de Azpeitia y ponen rumbo a Vitoria.
Cuadro de puntuación de la corrida de Pedraza de Yeltes
LA TARDE TRAS EL VISOR
Tercer y último paseíllo de la Feria
4 comentarios:
Enhorabuena por las crónicas tan amenas y esas fotos tan ilustrativas de toros y paisajes. Se me habían pasado un poco las ganas de subir por allí, pero gracias a tu precisa divulgación del entorno y de sus gentes he recuperado parte de ella. Todo es ponerse...
Por cierto... Las mulillas si llevan la bandera de España.
Y qué guapos estáis con el Celedón, obviamente Paquita mucho más que vuestra merced.
Estas en todo Miguel, hasta en las banderillas, eres una eminencia
Que no he firmao, soy Antonio
Gracias Miguel , especialmente por lo de la belleza. Las banderitas de las mulillas tienen la franja central blanca. Serán del Atleti
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