viernes, 3 de junio de 2011

Sencillamente, 6 toros de lidia. Las Ventas 2 de junio de 2011

¿Qué es un toro de lidia? Cualquiera de los seis que ayer salieron por la puerta de chiqueros en Las Ventas.

¿Qué es un toro, pero no de lidia? Casi todos los que pueden sufrirse en festejos de taurinos por toda España; y, en especial, la mayoría de los que salen por aquella puerta de chiqueros cuando se anuncian los primeros del escalafón, dizque "figuras".


Antonio Bienvenida y Manolete, a ambos lados del "postigo" de Las Ventas.
¡Atónitos ante los que han sacado a hombros por ahí!

Llamé temprano al móvil de Don Venteño. Quería conocer cómo le había ido en Urgencias. Fue su hijo quien me atendió para darme razón de lo que sucedió: nada más llegar a casa pidió que avisasen al 112 mientras él hacía una llamada. La ambulancia del SAMUR llegó casi al instante y diagnosticaron un infarto de miocardio. Trasladado inmediatamente al Gregorio Marañón, le ingresaron en la UCI, donde continúa en estado crítico.

Me acerqué a primera hora de la tarde a ver a la familia, que aguardaba en el hospital a que dieran las ocho, horario de visita en la UCI. Me dieron su entrada para la corrida de hoy y me pidieron emocionados que me sentara en su localidad, para que no quedase vacía.

Con su entrada y con la mía en el bolsillo me encaminé a la plaza, pero me desvié antes al "Rincón de César", para poner a Remi al cabo de la calle de lo sucedido. Pasaron las 7 en el reloj, sin ganas de ir a la plaza y me quedé en el bar, sentado en la mesa del fondo, viendo la corrida por televisión y hablando a ratos con Remi, que andaba trasteando en el establecimiento para tenerlo preparado todo cuando llegasen de nuevo los clientes.

Al terminar la corrida, le pedí a Remi papel y me puse a escribir una carta a don Venteño.

Mi querido amigo:

Sus hijos me han dado su entrada, para que no quedase vacía la localidad. Pero usted entenderá que me dijera qué leches pintaba yo allí, mientras usted estaba lidiando un auténtico malage en otra plaza, y a puerta cerrada. Así que habrán quedado vacías dos localidades: la suya y la mía.

No me gustan los toros por televisión. No es menester que le explique el motivo. Pero estaba a gusto en el bar y he visto la de Cuadri tan ricamente sentado. ¿Que cómo ha estado?

Bien se dice que la procesión no acaba hasta que pasa el último cura. Y esta insufrible y larguísima procesión de San Isidrillo ha ido a terminar cuando usted se me ha caído del cartel. Sepa que este último cura era lo que deberían haber sido todos los curas en esta procesión isidril... una corrida de toros. Así, sencillamente: una corrida de toros. Fernando Cuadri, ese ejemplar ganadero, nos ha redimido de tanto tedio a los que aún creemos que el Toro no es ese animalito blandengue, al que hay que cuidar, no le dañe un picotazo, que tiene que "colaborar" con el torero para que pueda pegarle 60, 70, 80 o mil muletazos, dejando que se ponga bonito para salir bien en la foto. Hoy la Tauromaquia se ha dado un paseo por Las Ventas, altiva, orgullosa de que por una vez el Toro sea la base necesaria para la propia existencia del espectáculo. Esta tarde, la torerimaquia -como usted y como yo, qué paradoja- no se ha dado su habitual garbeo por la calle de Alcalá.

Cómo habría disfrutado usted viendo salir, uno tras otro, seis toros serios, imponentes, que desde el primer momento decían aquí estoy yo, un respeto, sin tambalearse, sin blandear, sin huir a los terrenos de nadie. Así se viene a Madrid (como tituló su crónica Joaquín Vidal en 1993), y el que quiera oír, que oiga. Y los picadores a zurrar, que han dado de lo lindo. Luego, cada uno se ha comportado a su manera, o a la manera que le ha dejado el diestro de turno, que no ha habido uniformidad de actitudes (y aptitudes) ni en toros ni en toreros.

Respecto de los coletudos también le digo que sólo con anunciarse hoy suman más puntos que los estéticos con sus jaleadas faenitas.

No le voy a aburrir con detalles, y abreviaré.

El Fundi, torero curtido en mil batallas, pero que no está en su mejor momento, decidió tirar por la calle de en medio con sus dos toros, los más ásperos y complicados y de menos opciones del encierro, y eso que uno se llamaba "Aragonés", como el de 2008. No seré yo quien se lo afee al de Fuenlabrada. Por supuesto, tampoco se lo aplaudo.

Iván Fandiño ha estado en torero, usted me entiende. Se dirá que ha tenido suerte, porque sus toros han sido los más nobles. Probablemente ha sido así. Pero también es cierto, como dice don Fernando Cuadri que "La nobleza del toro encastado sale si el torero consigue dominar la casta". Nobles, pero que pedían el carnet. A lo que iba. Fandiño ha estado bien en sus dos toros. Saludó al primero sacándolo a los medios y enseñándole a embestir, y le toreó de verdad, es decir, no sólo colocándose en su sitio y citándole por delante, sino también ligando los pases con la derecha, tocando en el momento preciso; por el izquierdo era más espabilado. Y mató de estoconazo. Más que notable fue el saludo al quinto por verónicas firmes y ajustadas, bien rematadas con doble media. Y la faena, valentísimo, asentado y poderoso con la diestra, una lucha de poder a poder con un toro bravo, que acabó ganando "Podador", quizás por el sentido adquirido en algunos enganchones. Se atracó de toro y salió vivo porque el pitón derecho no caló en la tripa.

Otro que ha salvado milagrosamente el pellejo ha sido Alberto Aguilar, muy a merced de sus toros. Remi, que parece no está a la jugada, y vaya si lo está, me comentó: "Mucho arroz para tan poco pollo". No se lo acepté por lo que supone de despectiva la frase para un torero, pero era un buen resumen. El tercero nos regaló un espectacular tercio de varas, de lucha y poder. ¡Si le hubiera visto romanear! Por desgracia, el castigo sacó a la superficie su escondida mansedumbre y se rajó pronto, no sin pegar un buen viaje al madrileño, al que levantó enganchándole por la taleguilla y dibujándole en el aire un "gancho" en el abdomen que, de calar, podría haberle mandado directamente al otro mundo. Y por poco se libró también al entrar a matar. El sexto le desarboló por completo, se hizo el amo y Aguilar no supo resover la papeleta.

Los subalternos sudaron la gota gorda. Le destaco a Juan Carlos Sánchez picando al espectacular tercero y a Pedro Lara asomándose al balcón, y ya tiene mérito, en el quinto.

Estas letras las estará leyendo, con sus gafas "de ver", en la habitación del hospital, cuando haya salido de la UCI, aún con el susto en el cuerpo. Por favor, no la compare con ninguna crónica que pueda tener a mano, que no quiero quedar en ridículo.

Ya me avisará cuándo puedo ir a visitarle, que no soy de los que agobian a los enfermos y a sus familiares cuando la enfermedad aconseja tranquilidad.

Reciba un fuerte abrazo de su amigo

Cadahalseño.

P.D. Me dice Remi que le tiene preparada sus Mahous 5 estrellas, para cuando el médico le autorice a beberlas, y que se recupere, pero sin dar mucha guerra a las enfermeras.

La releí y la guardé en el bolsillo. Se acercó Remi:
-Cadahalseño, dime qué quieres, que la casa invita. Y si no te molesta me siento aquí contigo, que ya se me ha despejado el bar.

-Tomaré un coñac, el que te parezca.

Apareció con una enorme de copa, en cuyo fondo ondulaba una buena dosis de Gran Duque de Alba, Serie Oro, y con un cubata para él. Se sentó:
-Pobre don Venteño. Yo ya venía notando que algo le pasaba, pero nunca supuse que fuera tan grave. Es cliente desde hace mucho tiempo y le habia cogido cariño, aunque fuese un viejo cascarrabias.

Le interrumpí: -Esperemos que siga siéndolo.

-Ya, pero por lo que cuentas tiene la cosa jodida.

-Sí, para qué ocultarlo.

-¿Has sacado el abono del Aniversario?

-No. Mi apego a esta empresa es muy escaso, y los carteles no ayudan, sobre todo después de este empacho. Sólo saqué la de la Beneficencia. Así que el próximo día 8 a lo mejor me dejo caer por aquí.

-Ese día todavía estaremos abiertos, pero me temo que no pasamos del verano. La crisis y la prohibición del tabaco nos tienen hasta el cuello. Este mes, gracias a los toros, podemos respirar, pero en cuanto pase la feria del Aniversario, esto se queda muerto. Para la feria de Otoño seguramente vas a tener que buscarte otro bar, y yo antes otra cosa. ¡Mira que si tengo que volver a C'an Pastilla!

Nos quedamos hablando un buen rato sobre lo divino y lo humano. Al irme, palpé en el bolsillo las dos entradas sin utilizar. Le di la mía a Remi y me quedé con la de don Venteño, por esa cosa sentimental que todos tenemos, unos más en la piel y otros en lo más recóndito.

Me fui andando a casa y al pasar junto al Gregorio Marañón, saqué la carta que había escrito, la rompí en cuatro pedazos y la tiré a una papelera. ¡Para qué pasarle por los morros a don Venteño lo que se había perdido!

Cuadro de puntuación de la corrida de Cuadri el 02/06/2011 en Las Ventas


Nota. No es habitual, pero por su importancia, he puntuado una corrida que no he presenciado en la plaza, sino a través del televisor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

6 TOROS 6

Antonio

cadahalseño dijo...

Buena definición, pero título de revista prescindible.

Anónimo dijo...

Ha sido un auténtico placer seguir tu cróncas (en conpañía de D. venteño) de toda esta Feria de San Isidro. Yo la he visto (lo que he podido) por la TV y he de reconocer que coincido en un 99% en tus apreciaciones. Siento que se acabe la feria, no por el juego, si no por esperar al día siguiente, impaciente, tu crónica.

No puedo más que quitarme el sombrero y de cir ¡Enhorabuena maestro!!

Ahtra sólo nos queda cerrar este mes con una charla en la terraza de martillo en compañía de una cervecita bien fría.

Saludos

Ronerto Cordero Navarro.

cadahalseño dijo...

Gracias por tu comentario, Roberto. Hubo días difíciles para lidiar con el ordenador, pero he conseguido terminar al fin.
La charla nos espera. Un cordial saludo.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...