En las últimas cuatro Ferias de Otoño, la ganadería de Adolfo Martín pone el broche a lo que, para la mayoría de abonados, es la última corrida de la temporada. Un hierro que despierta expectación entre los aficionados, tanto que muchos aguantan pacientemente más de dos horas de pie, para presenciar el apartado, que se retrasa por la final del certamen "Camino hacía Las Ventas", que brillantemente ha ganado Francisco de Manuel, un prometedor novillero de la Escuela de El Juli. El balance de las últimas corridas venteñas de Adolfo había sido positivo, y no es sencillo mantener tanta regularidad.
El gesto de El Cid evidencia la docilidad del quinto
Estimado Cadahalseño:
Nunca he vivido una Feria de Otoño tan de verano como ésta. Casi he cogido más bronceado en cuatro tardes que en los agobios de 90 días del estío, donde busqué la sombra con más ansia que el perro en febrero. ¡Entienda usted los refranes!
A lo que vamos. El largo y sofocante verano en "Los Alijares" ha debido de afectar a los toros de Adolfo Martín, dulcificándolos el carácter y debilitando sus remos. No me ha gustado, dicho en cuatro palabras. Y mira que comenzó bien la tarde, con un gran toro, "Carpintero", completo en todos los tercios, noble en capote y muleta, codicioso y entregado en su embestida templada y humillada, cuyo único defecto fue su recorrido corto por falta de poder. Desgraciadamente, entre Rafaelillo y José Mora, metiéndolo al relance, nos privaron de comprobar si se habría arrancado de lejos en una tercera entrada. ¡Para una vez que un buen toro toma tres varas! Por lo demás, el murciano no anduvo a la altura de la calidad del cárdeno y su buena estocada no sirvió más que para un saludo desde el tercio.
Recordará usted que Rafaelillo ha toreado las tres últimas corrida de Adolfo en Las Ventas, y siempre ha sobresalido cuando le ha salido el albaserrada exigente. De nuevo, hoy ha estado mejor con el único complicado de la tarde, "Pecador", que con el buen primero. Este cuarto se quedó debajo en el capote, empujó en la primera vara, no dio facilidades en palos y se coló por el derecho en el primer pase de muleta. Ello determinó a Rafael Rubio a basar la faena por el izquierdo, otro pitón por el que el albaserrada se colaba al mínimo error del diestro. Tras un pinchazo arriba, una gran estocada fulminó al peligroso bicho.
Voy con su querido Manuel Jesús. Al especialista en victorinos hoy le tocaban adolfos. Y ha dejado buen sabor. El segundo era noble, pero flojo, y ahí ha demostrado una exquisita suavidad y temple con la derecha, con momentos brillantes. Con su mano buena, la izquierda, no hubo acople por la falta de recorrido de "Sombrerillo", que terminó rajándose. El quinto, un toro paleto de casi seis años, permitió a El Cid lucirse en las verónicas de saludo y dar dos buenas tandas por el derecho, momento en que el toro perdió la dignidad, como aquel novillo que comió con Llapisera los pasteles que este le ofreció, y sacó su carácter de ganado lanar. Curiosamente, cumplió en el caballo, bien puesto en suerte por El Cid y Alcalareño y bien picado por Juan Bernal.
A lo que vamos. El largo y sofocante verano en "Los Alijares" ha debido de afectar a los toros de Adolfo Martín, dulcificándolos el carácter y debilitando sus remos. No me ha gustado, dicho en cuatro palabras. Y mira que comenzó bien la tarde, con un gran toro, "Carpintero", completo en todos los tercios, noble en capote y muleta, codicioso y entregado en su embestida templada y humillada, cuyo único defecto fue su recorrido corto por falta de poder. Desgraciadamente, entre Rafaelillo y José Mora, metiéndolo al relance, nos privaron de comprobar si se habría arrancado de lejos en una tercera entrada. ¡Para una vez que un buen toro toma tres varas! Por lo demás, el murciano no anduvo a la altura de la calidad del cárdeno y su buena estocada no sirvió más que para un saludo desde el tercio.
Recordará usted que Rafaelillo ha toreado las tres últimas corrida de Adolfo en Las Ventas, y siempre ha sobresalido cuando le ha salido el albaserrada exigente. De nuevo, hoy ha estado mejor con el único complicado de la tarde, "Pecador", que con el buen primero. Este cuarto se quedó debajo en el capote, empujó en la primera vara, no dio facilidades en palos y se coló por el derecho en el primer pase de muleta. Ello determinó a Rafael Rubio a basar la faena por el izquierdo, otro pitón por el que el albaserrada se colaba al mínimo error del diestro. Tras un pinchazo arriba, una gran estocada fulminó al peligroso bicho.
Voy con su querido Manuel Jesús. Al especialista en victorinos hoy le tocaban adolfos. Y ha dejado buen sabor. El segundo era noble, pero flojo, y ahí ha demostrado una exquisita suavidad y temple con la derecha, con momentos brillantes. Con su mano buena, la izquierda, no hubo acople por la falta de recorrido de "Sombrerillo", que terminó rajándose. El quinto, un toro paleto de casi seis años, permitió a El Cid lucirse en las verónicas de saludo y dar dos buenas tandas por el derecho, momento en que el toro perdió la dignidad, como aquel novillo que comió con Llapisera los pasteles que este le ofreció, y sacó su carácter de ganado lanar. Curiosamente, cumplió en el caballo, bien puesto en suerte por El Cid y Alcalareño y bien picado por Juan Bernal.
Nada puedo decirle de Morenito de Aranda, porque enlotó un tercero inválido y descastado que don Julio Martínez mantuvo en el ruedo, prestando un nuevo servicio más que ahorró a la empresa el sobrero de Manuel Criado; y un sexto abanto y rajado desde su salida hasta el final.
Buenas han sido las bregas de tres subalternos altos: José Mora, Alcalareño y Zamorano, y muy mediocres los tercios de banderillas en general.
Y con ello doy por concluido su encargo de escribirle las Ferias de este año. Me ha quitado unas cuantas horas de sueño, que espero hayan servido al menos para no aburrirle en exceso.
Buenas han sido las bregas de tres subalternos altos: José Mora, Alcalareño y Zamorano, y muy mediocres los tercios de banderillas en general.
Y con ello doy por concluido su encargo de escribirle las Ferias de este año. Me ha quitado unas cuantas horas de sueño, que espero hayan servido al menos para no aburrirle en exceso.
Siempre suyo afectísimo.
El tío Puntilla.
Cuadro de puntuación de la corrida de Adolfo Martín
LA TARDE TRAS EL VISOR
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