domingo, 11 de septiembre de 2016

Una corrida de San Martín sin casta ni trapío. Las Ventas, 11 de septiembre de 2016

En libros, artículos, conferencias y tertulias taurinas, se aborda en ocasiones la cuestión del trapío del toro de lidia, y es común en los últimos tiempos el acuerdo de que el trapío está en índisociable relación con el encaste correspondiente. El peso y el volumen del toro, por sí solos, no determinan el trapío. A su vez el Reglamento erige al trapío en elemento central y necesario del toro de lidia, vinculándolo a las características zootécnicas de la ganadería a la que pertenezcan. 

El zambombo y acochinado sexto de la tarde

El aficionado recala en Las Ventas, convencido de que esas ideas sobre el trapío del toro son aceptadas en Madrid por los veterinarios, empresa y aficionados. A medida que van saliendo semovientes por la puerta de toriles, ese convencimiento se volatiliza. Es sabido que la ganadería de San Martín es el resultado de un experimento del mejicano Chafik mezclando sangres de diversas ramas santacolomeñas, más Saltillo y Vega-Villar. Se podrá decir que, con ese cóctel, no es fácil definir un prototipo que pueda servir de referencia para comprobar el trapío de sus toros. Pero sí hay características que se antojan incompatibles con cualquier de los orígenes mezclados. El excesivo volumen y/o peso no es peculiaridad de ninguno de ellos. Si a eso añadimos que tres toros, segundo, cuarto y sexto venían regordíos, que el primero era basto y el quinto, grandón, fácil es deducir que esta corrida no debió pasar el reconocimiento y que, en otro caso, según fueran saliendo los toros deberían ser fuertemente protestados. Pues bien, nada de esto ha ocurrido. Los toros han pasado el reconocimiento y el único toro protestado, y, además, ruidosamente, ha sido el terciado tercero, que, al menos, tenía cierta apariencía de buendía. Claro que la tablilla anunciaba 485 kilos (137 menos que el de más peso) y eso explica muchas cosas.

Para colmo de males, el comportamiento ha sido descastado y excesivamente noble, a excepción del reservón primero y el peligroso cuarto. A su vez, el exceso de kilos (4 toros por encima de 593 kilos) les impedía moverse y desplazarse. Por estas causas, los diestros se han estrellado con este despropósito, especialmente, Paulita, "afortunado" con el peor lote. Pérez Mota sólo ha tenido apuntes estéticos sueltos, y el inefable don Julio le ha regalado una oreja, por una minoría de pañuelos espoleados por la cogida al cobrar una buena estocada, tras una insípida faena. Nazaré hubo de remar contra la mansedumbre sosa de sus oponentes y un ambiente arisco por la presencia del tercero.

Así que a falta de aspectos interesantes, el aficionado distrae la tarde con los gritos "ostentóreos" y continuos contra todo lo que se menea, por parte de algunos personajes "de peso", tan rebosantes de tópicos que se les escapan por las costuras, a cuya sombra, un joven de piñón fijo, acompañado de un hombre maduro que flamea cansinamente un pañuelo verde de vez en cuando, vocea que los diestros no se cruzan y que el peón asoma por la tronera del burladero durante la faena de muleta de su matador. Otros jóvenes, muy atentos a los resultados del fútbol, fijan su atención en la edad de Paulita y repiten a machamartillo que se vaya a Zaragoza, que ya ha cobrado, y que deje paso a toreros jóvenes. No reparan en las dificultades de sus toros. Los personajes "de peso" denuncian que no hay emoción, justo cuando el aragonés está plantando cara a un toro que lo busca y lanza gañafones. Los mentados jóvenes, que protestan continuamente y que dicen llevar tres años ya de espectadores, definen al peto como "colcha" y califican una estocada como "doblada", no se sabe si porque la consideraban tendida o atravesada. Al lado del aficionado, un hombre y dos mujeres comentan en bajo y estos sí, con mucho conocimiento, las incidencias de la tarde, y una de ellas bromea sobre la posible aplicación a los personajes "de peso" de su propia medicina: siéntese bieeeeeen que ocupa dos localidaaaaaaaaaadees, el sombrero lo tiene torciiiiiiido, póngase dereeeeeecho, no beba aaaaaasí, esa voz qué eeeeeees, qué poco respeeeeeeto.

Hay tardes que si no fuera por estas cosas...

Cuadro de puntuación de la corrida de San Martín



LA  TARDE  TRAS  EL  VISOR


Álvaro López y Enrique Golderos aguardan la salida de las cuadrillas


Pobre entrada en tarde calurosa, soleada y calmada


Sombras en la arena


El primero puso en dificultades a Paulita


El Patillas atiza a "Ratero II"


Paulita lanceó con suavidad para tratar de corregir la brusquedad del morito


El pitón derecho en el pecho de Chicote


El estoque quedó caído


Una grada del 9 exótica


El toro de más peso de la corrida


Francisco Vallejo señaló trasero y no rectificó


Pérez Mota carga la suerte con la derecha...


...pero las manos de Cidrón no soportaban su peso


Pérez Mota se ajusta al voluminoso cuerpo del cárdeno calcetero


El tercero, el toro de menos peso, 137 kilos menos que el anterior


Verónica de saludo de Antonio Nazaré


"Logroñés" se defiende con la cara arriba del fuerte puyazo de Marcial Rodríguez


Alfredo Jiménez las deja arriba sin apreturas


Derechazo de mano baja de Nazaré


El sevillano cobró una estocada pasada


Aceptable entrada en el palco del Ayuntamiento


Mal estilo de salida del cuarto


Sangüesa señaló caído


A Juan Carlos de Alba, "Vinagrero" también le echó la carra arriba


El toro se frenaba a mitad del pase


Sólo los veterinarios de guardia


El quinto era alto y largo como un tren


José Antonio Fernández, que hoy no aparecía como Valdeolivas, cuida al toro


Raúl Caricol arriesgó en el tercer par


Natural de Pérez Mota a "Patera"


Buena estocada, pero el pitón derecho prende por la taleguilla al gaditano


Tres capotes al unísono en la cara del toro, cuando Corbelle saltó al ruedo


Generoso trofeo


Leyendo bajo el paraguas


Teo Caballero no pudo impedir el derribo por el sexto


De esta guisa puso Joselito Ballesteros los dos pares


"Monaguillo" no podía con sus 611 kilos


Estocada arriba, cobrada al paso

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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...