viernes, 8 de junio de 2012

Cemento en la vuelta a Madrid de Victorino: Las Ventas 8 de junio de 2012

Victorino se trajo de Moraleja el catálogo de sus toros: caras para todos los gustos, desde un cornipaso a un acucharado; presentación de lo más variado: terciados, escurridos, galgueños, tablas de planchar y alguna lámina preciosa; y comportamientos multicolores: revoltosos, gazapones, humillados, mansos y hasta un chochón. Pero lo más sobresaliente es que la entrada no alcanzó ni los tres cuartos, y también son variadas las causas de este pinchazo en taquillas. Pero no seré yo quien se entretenga en enumerarlas.

"Picando" con un borrico en la "Venta de Meco", al lado de· "El Encín"

Llegué al Rincón de César con las despedidas hechas. Me hice hueco hacia el reservado pero la voz de Remi me paró en seco:
-Cadalseño, hoy toca fuera.

Detrás de la barra, Remi señalaba hacia la puerta, al tiempo que se encogía de hombros. Desandé mis pasos para salir de nuevo a la calle. Olga, la nueva y morena camarera me llevó hasta la mesa donde esperaba Don Venteño, dándose aire con su característico sombrero gris y leyendo un libro que sostenía en la otra mano. Levantó la mirada y me saludó:
-¿No le importará que hoy hablemos en público? Por ser el último día me ha parecido que debíamos darnos un baño de multitudes.

Quedé sorprendido: -Pero si fue usted quien decidió que nuestras charlas fueran a puerta cerrada.

Rió con ganas:
-Amigo cadahalseño, usted no tiene sentido del humor. La verdad es que para celebrar el fin de ferias le he encargado a Remi un fiambre de bonito encebollado que está para chuparse los dedos. Y por delante, tomaremos una de jamón de bellota de muchas jotas y mil vetas. ¡Cómo para que no nos vean!

-Será buen colofón a la feria, pero no a la seudotaurina del tripartito empresarial de los huevos, sino a la gastronómica de Remi, que vaya renovación de aperitivos: salmorejo, empanada de morcilla, huevos con patatas...

No me atendía; buscaba a su musa de negra blusa:
-¡Princesa! ten la bondad de acercarnos las viandas que he encargado, un ribera para mi amigo y una sin alcohol para tu más rendido admirador.

Traté de ordenar la lidia: -Algo tendremos que comentar sobre los Victorinos.

Se volvió hacía mí con semblante de hartazgo:
-Si no queda otra...

Comencé tanteando y esperando su reacción: -El balance global no ha sido del todo negativo.

Me taladró con sus ojos:
-¡Por qué carajo habla como un político! Hable en cristiano, hombre, que usted es de pueblo.

Esperé a que don Venteño dejase de dibujar con sus ojos a la guapa y juncal moza que nos servía diligentemente lo pedido: -Pues hay mucho y de distinto valor que comentar. Para empezar, las luces y las sombras del ganado.

Mientras daba cuenta del jamón, metió baza:
-Yo le digo rápidamente las sombras; tres en concreto y no de poca monta. La primera: la presentación, tan desigual como la distribución de la renta y con un sexto (paradójicamente el de más peso) feo y anovillado. La segunda: la falta de poder de todo el encierro, que habría bastado un borrico como ese que montaba su padre en "La Venta de Meco" para picarlos a todos. La tercera: ese borrego de nombre "Majito", que  mejor habría hecho Urdiales en llevárselo en la furgoneta para que las visitas le pasen la mano por el lomo en el salón de su casa.

Aproveché su arrancada y quise que ligara: -¿Y las luces?

Tomó aliento:
-Que no aburrieron, pero, sobre todo, que hubo tres que posibilitaban el triunfo: tercero, sexto y primero, por este orden. Toros que embistieron con humillación y con emoción, para encumbrar a toreros con entrega, valor y dominio. 

-No eran fáciles.

Se arrellanó en la silla:
-Un toro de lidia nunca es fácil y estos no lo han sido porque había que llevarlos muy tapados y darles salida para evitar esa forma característica de recortar a partir del segundo muletazo. Mire usted, a Alberto Aguilar le sobra entrega, verdad y valor, pero le ha faltado dominio. Bueno, no solo eso. También claridad de ideas y cierta decisión, sobre todo en el sexto para ver desde el principio las posibilidades del toro y dar el toque preciso para ligar las series. Sus dos faenas fueron muy largas y pudo torear hasta el final, como esos dos bellos redondos genuflexos de cierre de faena del tercero; esto da idea de la extraordinaria duración de sus dos toros. De hecho, la oreja de ese tercero la terminó de ganar con ese final y la estocada, volcándose, si bien la gente soslayó lo desprendido de su colocación. En cualquier caso, lo he visto mucho más puesto que el año pasado, cuando anduvo a merced de los cuadris.

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Momento en que Alberto Aguilar se vuelca sobre "Poeta", tapándolo la cara con la muleta
 Excelente reportaje completo de la tarde en el Blog de Rafa Carlevaris

Dejé que se tomase un respiro: -La plaza, por esos inescrutables magnetismos de aqui, estuvo con él, y eso es importante, porque si al personal le da por ponerse del lado del toro, ya puede resucitar Joselito el Gallo, que acaba pitado.

Terminó de despachar su porción de bonito encebollado, y prosiguió:
-El primero de Ferrera, curiosamente, y como el anuncio de ese banco holandés, "desaprendió". Me explico. En los lances de saludo y en el quite se había colado claramente por el izquierdo. Sin embargo, después, en la faena de muleta también fue noble por ese pitón. El extremeño nunca supo cogerle el aire. Con el cornipaso y complicado cuarto abusó del cite en uve y del toreo de abajo a arriba y no supo resolver la aspereza de su embestida.

Me vi en la obligación de opinar algo: -El que me ha decepcionado es Urdiales, que si bien en el mentado quinto nada pudo hacer, anduvo muy dubitativo en el segundo y fue incapaz de resolver el gazapeo con el que quedó en el último tercio, quizás porque apenas sintió el hierro de la puya.

Asintió: -Efectivamente, un torero que se precie no puede hacer una faena "marcha atrás" perdiendo continuamente pasos esperando que el toro deje de andar, incluso reculando más de diez metros.

La tarde no daba más de sí, por lo que creí oportuno cambiar de tercio: -Por cierto, ¿qué tal ese libro?

-Es el último de mi admirado Javier Villán, "Tauromaquias: lenguaje, liturgias y toreros" que me han regalado esta mañana. Me está gustando, aunque lamentablemente es la demostración de ese síndrome de Estocolmo que padecen las personas secuestradas, y si no vea las continuas alusiones al hijo de Zabala, vengan o no a cuento. De muestra, un botón: entre los términos taurinos duele a los ojos la palabreja "aberroncharse" que utilizó el heredero en una crónica de 2011. En cualquier caso, y con esa salvedad, se lo recomiendo.

La noche se había adueñado de Madrid. Era la hora de la despedida. Me levanté: -Me esperan y debo irme. Es una alegría que este año podamos despedirnos personalmente, y no con un mensaje al hospital como el año pasado.

Se incorporó y me dio un fuerte abrazo:
-Cada día los toros me atraen menos, y cualquier día abandono las plazas.

-Que eso no ocurra mañana. Hasta siempre.

Cuadro de puntuación de la corrida de Victorino Martín el 08/06/2012 en Las Ventas


(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada, al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me habría gustado leer sus crónicas de la feria, porque siempre me añaden un punto de vista interesante. Como la falta de poder de los toros de Victorino que ahora que lo leo si veo que fue un defecto importante.
Un saludo.

En-tendido del 8

cadahalseño dijo...

Gracias En-tendido del 8. Siempre charlar de toros enriquece, porque hay tantas corridas como espectadores.
Saludos.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...