- En el verano es todo un alivio retrasar el horario de los festejos hasta las 8 y media y fijar un precio único y reducido (5 euros para las novilladas). Así ocurre en el mes de julio en Las Ventas, pero lamentablemente la iniciativa no se extiende a junio y agosto. En las gradas, unas 5.000 personas, en parte bien aprovisionadas de alimentos. La nutrida representación de turistas aguantó mejor el tipo que en otras tardes.
- Se anunció una ganadería que había lidiado un inválido sobrero en la pasada “feria del clavel”. La novillada hizo bueno el antecedente en su primera mitad, pero mejoró en la segunda. En conjunto el encierro fue noble y flojo, en consonancia con las características básicas de su encaste juanpedro-jandilla, tan apetecido por los de luces y por las mayorías de los públicos españoles.
- Sorprendía la presencia de un veterano novillero que había hecho el paseíllo una sola vez en el año 2008. Miguel Luque se encontró con un primero serio, corretón y blando, que recibió una varita trasera y un picotazo; intervino Saldívar en su quite por chicuelinas alternadas con tafalleras rematadas de hinojos; lo único bueno de la faena de muleta fue que se planteara en los medios; por lo demás, el madrileño anduvo forzado, vulgar, escaso de recursos y aliviado; sólo se preocupó de componer la figura y de hacer teatrales desplantes, antes de liquidar a Patrullero de media baja y sin pasar, desarme incluido. El cuarto era alto de agujas y hubo de soportar una primera vara larga en la que Héctor Vicente mantuvo sin rectificar la pica baja; la segunda fue más breve ya con el palo en su sitio; hubo quite insustancial de Luque y otro de Saldívar airosamente rematado con dos revoleras. Apretó Topeto en el primer par a Mateos; estuvieron lucidos con los palos tanto Mateo como Navarro. Quedó bueno el novillo para la franela, noble, pronto y con recorrido, pero Luque ni lo entendió ni lo toreó, a base de brusquedades de muñeca, bailes y trapazos de diversa índole; los naturales fueron ayudados y el buen novillo se fue sin torear; lo pasaportó con una media tendida sin pasar, quedando desarmado de nuevo.
- Escurrido y escaso de culata era el segundo de la tarde, un inválido que mantuvo antirreglamentariamente Muñoz Infante en el ruedo. Otro novillo más que se ahorra Taurodelta (y van …). Anoté la poca personalidad de Arturo Saldívar que renunció a su intento de brindis al público por las protestas –justas- del tendido. Al quinto, violento de salida, lo lanceó bien el mejicano y mejor aún lo colocó en suerte tras un galleo. Andaluz se pegó un topetazo contra el caballo y se quedó en el peto en su primera vara; volvió Saldívar, tras un quite con el capote a la espalda, a ponerlo bien en suerte de nuevo (y esto se agradece, por lo inhabitual) y Sayago lo citó toreramente aunque el hierro quedó trasero; el quite de Casares fue poco lucido. Rafael González y Tito se lucieron en un buen tercio de palos. El último tercio fue variado, con buenas maneras del americano, con actitud de novillero (que evidenció aún más con un final de rodillas), destacando su toreo en redondo y un excelente de pecho que sacó desde muy abajo y en el que tragó cuando el novillo se le quedó a medio pase. Entró por derecho cobrando una estocada que tardó en hacer en efecto. El premio de la oreja fue justo.
- Debutaba el maño Luis Miguel Casares y le tocó en suerte un tercero que tardó en definirse y al que J.A. Flor picó bajo y trasero en su primera vara y traserísimo en la breve segunda. Quedó Canero flojo en el quite de sosas verónicas de Luque. Muy problemático fue el tercio de banderillas, al cortar el novillo por el izquierdo; terminó Tomate arriesgando en una cuarta entrada, en la que se lució aunque hubo de tomar el olivo. Lo sacó airoso Casares al tercio pero luego la postura fue de alcayata y no hubo ligazón; se lastimó el utrero y abrevió el novillero con estocada y golpe de descabello. El sexto salió abanto, y Casares lo recibió por delantales. Apretó en la primera vara, pero la segunda fue breve y al relance. El segundo tercio fue entretenido, buena la brega de J.A. Muñoz y atento Navarro en la salida de los pares. Los inicios de la faena de muleta fueron prometedores, pero hubo excesivo alivio por el derecho y enganchones por el izquierdo; acabó apagándose Isidrero y Casares se puso pesadísimo antes de pinchar por dos veces y dejar una estocada yéndose y quedando desarmado. A las 10 y 38, tras doce minutos de faena sin aviso, finalizó un festejo que no me aburrió por el buen cuarto, un prometedor novillero mejicano y las actuaciones de los plata que han quedado reseñadas.
Nota: Publicado originalmente en el blog estrapicurciela
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