viernes, 5 de noviembre de 2010

Sábados taurinos de Cadalso: José Luis Bote

Mañana, día 6, comienzan los Sábados Taurinos en Cadalso de los Vidrios, en su V edición, ciclo organizado por las Concejalías de Cultura y Festejos del Ayuntamiento, con la colaboración de la Asociación Taurina Cultural de Cadalso.



La primera sesión está protagonizada por José Luis Bote, uno de los primeros y más destacados toreros salidos de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, época en la que alterno con El Fundi y Joselito. La mala suerte se cruzó en su camino en la feria de San Isidro de 1992, cuando un toro de Alonso Moreno de la Cova casi le parte la médula espinal. Así lo reflejó Joaquín Vidal en El País:

El tercer toro era un pregonao, estuvo a punto de coger a varios toreros en el transcurso de una lidia desgarrada y enloquecida, y a quien atrapó fue a José Luis Bote. Estaba la brega en terrenos de sol pues el toro salía huido de los puyazos y allí se iba a intentar, una vez más, la suerte de varas. Bote capoteó al toro y este se le coló, volteándole. El torero pudo levantarse y salir corriendo en demanda de la barrera, pero el toro fue más rápido y le entrampilló junto a las tablas, pegándole la cornada en la espalda. Cuando se lo llevaban apresuradamente las cuadrillas, José Luis Bote iba en un grito, y quedó en la plaza la sensación de que estaba muy seriamente herido.

Un torero con mala suerte es este José Luis Bote. Un torero magnífico con muy mala suerte, procede precisar. Hace un par de años sufrió una cornada gravísima en Benidorm, cuyas secuelas le tuvieron inactivo muchos meses. Y ahora ésta cogida fuerte, que puede obligarle a una larga convalecencia. Ojalá no.

Apena el accidentado destino del hombre, naturalmente, mas también son de lamentar las frustraciones que sufre el torero, estilista en el arte de lidiar reses bravas y conocedor profundo de las suertes. De qué le vale tanta técnica y tanto estilo, sin embargo, esa es otra cuestión, al margen de las cornadas. De qué le vale, cuando le es prácticamente imposible desarrollar todo ese bagaje artístico, pues ha de pechar con lo que no quiere nadie. La corrida de ayer era de una bronquedad inusual en estos tiempos y si la toreaban tres espadas relativamente modestos no fue por casualidad. El resobado argumento de que siempre ocurrió igual en la fiesta es falso. Cierto que las figuras de las épocas históricas solían exigir ganado de casta brava y el de casta no tan buena se dejaba a los segundones. Pero esa era la única diferencia -no pequeña, de acuerdo, porque el toro íntegro salía para todos. Ahora, en cambio, a unos le echan el toro y a otros la mona. Y, encima, a los de la mona hay que llamarlos profesionales, poderosos y creadores del arte inmarcesible.

La confusión entre toro y mona es de tal naturaleza, que cuando sale alguno de aquellos, muchos se echan las manos a la cabeza. Cada vez acude más gente a las plazas con la pretensión de pasar una tarde apacible, como si fuera a presenciar un espectáculo de ballet. Y la fiesta no es eso. La fiesta es arte y es emoción. La fiesta es gloria y es tragedia. Y puede salir un toro bronco, como el de la cogida, y entonces los toreros han intentar dominarlo, pues todos los toros, ese y otros aún peores, tienen su lidia. El propio Dámaso González le planteó faena, y demostró que el toro pregonao no se comía a nadie; que cuando hay en plaza un torero con temple y recursos de maestro, puede hasta embarcarlo en la muleta, y aquí no ha pasado nada. El resto de la corrida tuvo parecidas dificultades y peligros, y tanto Dámaso González como Emilio Oliva -que sufrió en el segundo un enganchón- los resolvieron con oficio.

Y como opinión de José Luis Bote torero, ninguna mejor que la de Miguel Moreno, que transcribo:
Torero de los pies a la cabeza. Torero de una vez. Torero de sentimiento. Torero de lágrimas y emociones. Torero de los que demuestran que "el toreo es grandeza". Torero de seguirle con los ojos de mirar. Torero de esperarle con esperanza. Torero de cogidas trágicas, desoladoras, de las de volver a empezar desde el "casi-olvido"; recibidas entre otras plazas en: S. Martín de Valdeiglesias (novillero), Benidorm, Madrid... Torero de abrirme el corazón en canal al verle aparecer en el patio del desolladero de Las Ventas en silla de ruedas, convaleciente de su cornada en Madrid. Torero de hacer aficionados, pero también de aprender a hacerse hombres. Torero de silencios y necesidades, nunca de jaleos ni de abundancias. Torero onírico, de sueños para los demás. Torero de abrazos sinceros. Torero de esperarle en las plazas a la entrada (para darle ánimos con la mirada) y a la salida (para darle las gracias por las emociones). Torero que me hace sentarme frente al sol primaveral con los ojos cerrados. Torero que me ha hecho llorar. Torero bueno. Torero grande. Torero humano. Torero de corazón. Torero de agradecimientos: Gracias Torero.



La foto es de David Cordero, tomada de Torear.blogspot

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La sana envidia,para mi,no es un defecto es un regusto amargo de no poder disfrutar de lo bueno. En días como los programados, la pena es vivir lejos. Un saludo a mis amigos cadalseños. ADOLFO CAMPOS

cadahalseño dijo...

Gracias por tu saludo, que, en nombre de tus amigos cadalseños, te devuelvo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Qué recuerdos me ha traído la crónica del maestro Vidal y qué belleza la semblanza que hace Miguel Moreno!. Para enmarcar ambas.

Los taurinos dicen que hoy se torea mejor que nunca y hay cierto público que se lo cree, pero ¿qué es torear?. Se podría hablar mucho sobre ello, pero yo, simplificando al máximo, me atrevería a decir: “Poder al TORO” y ello conlleva que haya un TORO. Lamentablemente hoy raras veces sale un TORO y cuando ello ocurre la mayoría de las llamadas figuras no saben qué hacer y se justifican -y los justifican- hablando de toros asesinos, imposibilidad de torear etc. etc.
Ahí está la crónica de Don Joaquín:
……………………….
“La confusión entre toro y mona es de tal naturaleza, que cuando sale alguno de aquellos, muchos se echan las manos a la cabeza. Cada vez acude más gente a las plazas con la pretensión de pasar una tarde apacible, como si fuera a presenciar un espectáculo de ballet. Y la fiesta no es eso.”
……………………….
“El propio Dámaso González le planteó faena, y demostró que el toro pregonao no se comía a nadie; que cuando hay en plaza un torero con temple y recursos de maestro, puede hasta embarcarlo en la muleta, y aquí no ha pasado nada”

Han pasado más de 18 años (17/05/1992) de aquella tarde y en mi recuerdo está presente, por un lado, la tragedia y, por el otro, media docena de muletazos inmensos de Dámaso allá por terrenos del 4/5 ligados, dejándosela en la cara y llevando al toro con un temple infinito y hasta el infinito, que fueron suficientes para dejar al TORO hecho una babosa: eso fue torear.
Lupimon
P.D. Mucha suerte en los sabados taurinos, a ver si el 27 me pudiera acercar.

cadahalseño dijo...

Yo también recuerdo la tarde trágica y aquella puya con que se intentó hacer un quite y resultó contraproducente.

Y han pasado 18 años, como dices, y hoy las frases que has entrecomillado (y que me decidieron a transcribir la crónica) tienen plena vigencia.

Y qué decir de esta otra:

"La corrida de ayer era de una bronquedad inusual en estos tiempos y si la toreaban tres espadas relativamente modestos no fue por casualidad. El resobado argumento de que siempre ocurrió ¡gula en la fiesta es falso. Cierto que las figuras de las épocas históricas solían exigir ganado decasta brava y el de casta no tan buena se dejaba a los segundones. Pero esa era la única diferencia -no pequeña, de acuerdo, porque el toro íntegro salía para todos. Ahora, en cambio, a unos le echan el toro y a otros la mona. Y, encima, a los de la mona hay que llamarlos profesionales, poderosos y creadores del arte inmarcesible".


La pena es que hoy, a diferencia de los años 90, no tenemos periodistas de renombre, como Vidal o Navalón, que denuncien la situación.

Sería una buena noticia verte por aquí el próximo 27.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¡Qué quieres que te diga!, la escogí para hacer un comentario en un post en otro blog. Pásate por:
http://torosgradaseis.blogspot.com/2010/11/habia-una-vez-un-circo.html
y la verás.
Es otro de los blogs que recomiendo y que verdaderamente es necesario visitar.
Lupimon

Miguel Moreno González dijo...

Acabo de llegar de Cadalso y, como te dije en Carabias, lo primero que hago es entrar en tu blog para ver esta impagable "entrada". Sólo puedo decirte gracias, muchas gracias, por recuperar este comentario que tenía totalmente olvidado y que gracias a tu memoria cariñosa he vuelto a emocionarme con él. Con tu permiso lo recupero, a veces escribo a "vuelapluma" en algún blog o foro y por apatía, o creer que no tiene ninguna importancia, no conservo lo escrito y luego me arrepiento. Esta vez -gracias a ti-la cosa se soluciona satisfacctoriamente para mis íntimos intereses. Y yo que pensaba haberle escrito algo para leerselo en directo y al final, como tantas otras veces, pudo mi inseguridad y no lo hice. ¡Y resulta que ya lo tenía hecho!
Es la edad... Sin duda.
Fue maravilloso reencontrarme con este "hijo pródigo" y, además, cosa rara, me ha gustado hasta emocionarme. De nuevo gracias, muchas gracias.

cadahalseño dijo...

Amigo Miguel:

Dicen que la edad no perdona. Y digo yo: ¿qué narices tiene que perdonarnos a nosotros? ¿qué la hemos hecho?

En serio, ese entrañable recuerdo de admiración a un torero no podía perderse para siempre.

Un abrazo.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...