martes, 14 de septiembre de 2010

Feria del Cristo 2010. Previo

         — ¡Ea, canalla —respondió don Quijote—, para mí no hay toros que valgan, aunque sean de los más bravos que cría Jarama en sus riberas!…
No ha mucho tiempo era habitual que las novilladas mantuvieran en vilo el alma de los espectadores, porque las ganas y el arrojo de los candidatos a matadores de toros atropellaban la razón, casi con desprecio al riesgo propio de su oficio. La reserva, la cautela, la prudencia y demás virtudes que dan en resguardar la integridad física eran exclusivas de algunas figuras y figuritas del toreo, pero en modo alguno de los muchos que aspiraban a ser gente en esto del toro. Sin embargo, en los últimos tiempos lo raro es ver novilleros volteados y lo ordinario es su vuelta al hotel con el terno entero e impoluto. De quijotes han tornado en sanchos.

Y de nuevo en Cadalso una feria-popurrí; es decir, mayoritariamente de novilladas, mas con el festejo de rejones, que para el que suscribe sólo sería justificable si actuase nuestro paisano. Pero un año más destaca en los carteles la ausencia de Mariano Rojo por razones nunca bien explicadas.

Por una vez, el acto oficial de presentación de los carteles respondió a tal denominación, pues allí estaban físicamente impresos. De modo que esta vez coincidieron las ganaderías y los novilleros presentados en el acto, con los que figuraron en el cartel y en el libro de las fiestas. También se cuidó más la exposición oral y audiovisual, aunque dejaron qué desear las imágenes de los novillos reseñados. Lo más sobresaliente era la novillada de Cuadri, pero en un cartel muy descompensado, con novilleros muy poco placeados, y es que los aprendices de figuras ya nacen con la comodidad como punto de referencia. Se echa en falta, por otra parte, que, a imitación de los gabachos, se premie con la repetición a las ganaderías y novilleros triunfadores en la localidad.

Otra novedad positiva fue la publicación en la perezosa página web municipal del acuerdo de adjudicación de la organización de la feria, esta vez a la empresa Tauroalmería SL –y, bajo su velo, el ínclito Romero Leal– por la nada despreciable cantidad de 54.000 euros, más IVA.

En un año de crisis económica y de bajada significativa del precio del ganado bravo, los precios subieron un 11% respecto de los del año anterior, es decir 10 puntos por encima de la subida del IVA aplicable a estos festejos. Quedaban así los precios fijados en 40€ el abono general y en 20 cada festejo. Lamentablemente volvimos a la permisividad de la autoridad con la ilegal tarjeta de abono ferial, después que por fin en 2009 se facilitasen las entradas sueltas a los abonados. Y aún más injustificable es el flagrante incumplimiento por la empresa de su obligación de devolver inmediatamente la parte proporcional del abono, una vez anunciada la suspensión del festejo de rejones. Por no hablar de la omisión en los anuncios de las sustituciones de novilleros, los días 15 y 16, del derecho de los abonados a devolver sus entradas.

Verano caluroso este de 2010, en el que lorenzo apretó con ganas (como el de las motos); afortunadamente, por las noches recibimos la visita de ese fresco cadalseño que vino a aliviarnos de tan diurnos rigores. Aunque tarde, volvieron los “Años del voltaje” en radio-Balta. César Neira consiguió auparse en Canadá a lo más alto del cajón arco iris mundial y, aquí, se saltó su propio guión del pregón de fiestas en una noche cálida de Pólvora, en que la orquesta Esmeralda, numerosa eso sí, no era precisamente la idónea para el baile; un baile, por otra parte, que me estaba vedado en este verano forzosamente sedentario. Antes, la noche del baile de las misses, me defraudó el otrora brillante Calvo y su Diamante Show Band.

Por causas que un servidor personalmente ha tenido que arrostrar, faltó a su cita Perico Corral, un torilero como hay pocos, pero dejaba la tarea en buenas manos, como se encargó de demostrar su aventajado discípulo. Tuve, no obstante, la alegría de saludarle el 17, antes de entrar en la plaza.

Dicho lo cual, y antes de que el lector se me duerma, hora es de proyectar las películas escritas de la Feria del Cristo 2010, que, salvo por las orejas, tampoco pasará a la historia. Como Dumbo.

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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...