Se anunciaba por segunda vez Manzanares en una feria madrileña este año, y por segunda vez faltó a su cita por operaciones quirúrgicas previas. Ahorró dinero la empresa en la sustitución, incumpliendo el pliego, como es costumbre, y anunció al torero revelación de la feria de abril sevillana, Oliva Soto, al que no había encontrado acomodo en los carteles de los meses previos.
Ha sido anunciarse y el de Camas ha perdido en un santiamén todo el crédito ganado en la Maestranza, y ello a pesar de enlotar lo mejor del decepcionante encierro de la ganadería anhelada por los taurinos. Confirmó la alternativa con Reolín, un bonito toro al que Oliva Soto dedicó un buen saludo, pero al que no consiguió sujetar, dejando que cortase al caballo en las rayas del 10; tras el picotazo, y ya en el 8, empujó fijamente en los bajos del peto; mas se complicó la tercera entrada, de la que salió suelto, porque el cuvillo rehuía los terrenos donde había sido castigado anteriormente; deslucido quedó el quite de El Cid por esa querencia a toriles y por quedar desarmado en el remate; replicó Oliva Soto con un quite de gusto y mando, bien rematado con una larga; quedó con pies Reolín en palos, pero ni banderilleros ni bregador tenían su tarde; pero ¡ay! el animal fue boyante en la faena de muleta y el sevillano que, empezó con aplomo y dominio, aunque presentando la muleta "biselada", con una serie de derechas en los medios, poco a poco fue desperdiciando la excelente embestida del morito, fija, humillada y codiciosa, en fin, un auténtico filón por ambos pitones que quedó sin explotar, porque el diestro anduvo acelerado y sin mando alguno; tras unas bernadinas, liquidó al toro de dos pinchazos y una estocada de regular ejecución. Al correrse turno por el paso de Talavante por la enfermería, lidió al quinto de la tarde, un toro descastado que fue remiso a entrar al caballo y cuando lo hizo salió de naja, con el que naufragaron Oliva Soto y Juan Manuel Raya con el capote; se movió en banderillas, metiendo bien la cara; pero poco le duró el gas en la muleta y el de Camas desaprovechó lo poco que tenía, con escaso oficio y una sarta de vulgaridades; la estocada quedó baja de colocación y aliviada de ejecución.
Tocaría hablar de El Cid, pero no voy a escribir de quien no vino, sino un breve reseña del comportamiento de su lote. El segundo toro fue manso, flojo y deslucido. El cuarto era un toro descastado, soso y que iba y venía; y al que no le quedó más remedio que voltear al diestro.
Tocaría hablar de El Cid, pero no voy a escribir de quien no vino, sino un breve reseña del comportamiento de su lote. El segundo toro fue manso, flojo y deslucido. El cuarto era un toro descastado, soso y que iba y venía; y al que no le quedó más remedio que voltear al diestro.
Me queda el valiente, el que vino con disposición y verdad. Torear es otro cantar. Se olvidó Alejandro Talavante de colocar al tercero en el peto, donde se simuló la suerte de varas; sus banderilleros lo hicieron a destajo; los estatuarios de inicio con la muleta despertaron al personal, con un inverosímil pase cambiado por la espalda, a los que siguió un pase de las flores y una asentadísima serie con la derecha, bien rematada con el de pecho a mano cambiada; toreó en corto muy vertical sin limpieza, y tras esperar al doliente y escarbador Contento, sacó un larguísimo natural de buen trazo dentro de una serie aceptable, airosamete resuelta; prosiguió con algún toque circense y serie de derechas, con trincherilla, desdén y de pecho; sobraron las bernadinas muy arriesgadas a un toro ya finiquitado, en las que con fortuna solo resultó lesionado; pinchó arriba sin soltar, entrando por derecho, y recetó una estocada recibiendo con verdad. No dio siquiera una vuelta al ruedo, esta plaza es así. El sexto era una vaca lechera, al que propinó una estocada de lenta y recta ejecución.
No hay mucho que resaltar de las cuadrillas. En positivo: la prefesionalidad de El Boni, acudiendo presto a dejar su capote a su torero cuando lo había perdido en los medios en el quite al primero; la de un Oscar Reyes evitando que el toro entrara al caballo de puerta y un buen par al quinto; y la forma de citar de Tulio Salquero al sexto, aunque picase trasero. En negativo: Andana y Raya en la mala brega; El Boni que mantuvo mucho tiempo derrotando al segundo en el burladero; David "Pirri" en todas sus facetas; y Francisco José Quintas que no quiso rebasar las rayas para conseguir sujetar a un toro huidizo que acabó yéndose suelto al caballo de puerta.
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