Nombela, en la provincia de Toledo y en los confines del Valle del Terror, es conocido en el mundo del toro por ser cuna de tres picadores, los hermanos Rubio Borox, protagonistas en muchas plazas del uno al otro confín durante la segunda mitad del pasado siglo. El mayor y más conocido de ellos. Epifanio “Mozo” me honró con su amistad en sus años de retiro. En otra época, Epifanio organizó festivales con toreros relevantes que tuvieron mucho eco en la zona. Últimamente, Nombela organiza novilladas, con o sin picadores, en sus fiestas patronales en honor de Santiago. En este año, una de utreros y otra sin picadores, ambas de cuatro reses. A la primera acude el aficionado en compañía de un corucho y un roceño en una tarde soleada y calurosa.
La tónica de la tarde
La plaza portátil es cómoda y pequeña y se ocupa en sus tres cuartas partes. En la presidencia, como asesor veterinario, el entrañable José Rubio “Mocito”, hijo de “Mozo”.
El ganado anunciado es de Peñas Blancas, que según la web de la Unión, procede de lo del Marqués de Domecq, aunque con muchas mezclas. Su presencia, salvo el tercero, vareado, es correcta para esta plaza. Su comportamiento, sin embargo, es manifiestamente mejorable. El primero resulta descastado y noble; el segundo es encastado y complicado para la lidia; el tercero mansea en todos los tercios y el cuarto, al que masacra el varilarguero, es manejable.
Miguel Fernández "Mazzantini" sorprende en el primero iniciando su faena de muleta sentado en una silla y solventa sin apreturas y con oficio, para necesitar de cruceta finalmente, después de que el estoque saltase violentamente contra la parte alta de la barrera. El tercero da pocas opciones de lucimiento y no tiene historia. El cordobés se alivia en la suerte suprema y, tras pinchar, lo liquida de honda atravesada.
Javier Díaz Pascual, en los carteles Javier de Prado, deja que barrenen al segundo, que queda muy complicado por el izquierdo. El novillero se preocupa más de componerse que de dominar al utrero y, tras un susto, lo pasaporta con una estocada honda. En el cuarto y último, el extremeño deja también que se lo dejen tan pasadito en varas que queda parado. Se alivia en exceso y sin necesidad con la muleta y también con la espada, para rematar con cuatro golpes de verduguillo . Puso banderillas en el segundo, pero no en el cuarto.
Sorprende que dos novilleros no hayan intentado un solo quite en toda la tarde. Esto hace dudar de su afición y de su futuro, aunque ya saben que el 30 de agosto torearán en Las Ventas. El sobresaliente, José Cadavid, que ni figuraba en el cartel, apenas intervino.
Mención aparte merecen las cuadrillas, con peones absolutamente faltos de profesionalidad que la presidencia premió cambiando los tercios con dos y tres palos. Algo habría que hacer para evitar que vuelvan a hacerlo impunemente.
El aficionado y sus acompañantes toman un refrigerio con "Mocito" en La Perdiz y vuelven a Cadalso, sorprendiéndose de los cambios de temperatura que se suceden durante el trayecto.
Cuadro de puntuación de la novillada de Peñas Blancas
LA TARDE TRAS EL VISOR
Cartel
No hay comentarios:
Publicar un comentario