jueves, 10 de marzo de 2011

Enrique Ponce en el "Valle del Terror"


En septiembre de 2009 publiqué un comentario, titulado En defensa de los toros de Cenicientos, donde denunciaba la manipulación instrumentada por muchos "taurinos" contra el denominado "Valle del Terror".

A mí no me gusta esa denominación, que prefiero sustituir por la de "Valle del Toro", pero aquélla ha calado y no queda sino aceptarlo.

El "Valle del Terror" es una zona geográfica situada alrededor del punto (de las Tres Cruces) donde lindan las provincias de Ávila, Madrid y Toledo, enclavado en las proximidades del valle del Tiétar, lo que pudo dar pie al apelativo geográfico. En el valle del Tiétar están pueblos como Higuera de las Dueñas, Sotillo de la Adrada, La Adrada, Piedralaves o Casavieja. Y en la zona próxima, ya fuera del valle del Tiétar, los abulenses de El Tiemblo y Cebreros, los madrileños de Cadalso de los Vidrios, Cenicientos y Villa del Prado, y los toledanos de Almorox y Escalona. En la actualidad, Cenicientos es la plaza del "Valle del Terror" más conocida y reconocida.


Lo característico de la zona es la preocupación de buena parte de sus habitantes por la integridad y el trapío del toro, afán que ha variado en intensidad y eficacia a lo largo del tiempo. A veces, con exceso, es verdad; pero si hay que pecar en algo, que sea por más que por menos, aunque sólo sea para servir de contrapunto a los denigrantes espectáculos habituales que tanto abundan en muchos lares. También es cierto que una cosa es intentar hacer las cosas bien, y otra muy distinta, que los "taurinos", expertos en la materia, no consigan muchas veces meterlas dobladas.

Ya puse ejemplos de "taurinos" del más variado pelaje que han arremetido contra el "Valle del Terror" : Jaime y Salvador Boix, Fernández Salido, el hijo de Zabala, Juan Blanco Palomo, Alberto Soler o Gómez Escorial. A ellos, añadí a Felipe Garrigues, que en su libro "Sonajero" (Espasa, 1998) escribió:

Muchos piensan que la formación de un torero tiene que se dura, para forjar carácter... Dura sí, pero no un calvario. ¿Qué hubiera sido de Aparicio, de Chamaco, de Litri, Finito de Córdoba o Jesulín, si hubieran tenido que forjarse en la comarca -el nombre lo dice todo- llamada Valle del Terror? Rivera Ordóñez, que está cuajando en torero pundonoroso a pesar de sus cuidados comienzos, jamás se las tuvo que ver con semejantes bisontes. Ni muchos otros: Ponce, Joselito, etc..."
Ya advertí lo conveniente que resulta documentarse cuando se escribe un libro, porque Enrique Ponce había toreado en Cadalso, junto a César Rincón y Pedro Lara una corrida de toros el 3 de junio de 1990. Y no ha sido el único de los diestros mentados por Garrigues que ha toreado en el Valle.


Con oportunidad y acierto, Tony Montón pescó una noticia de la edición digital del ABC de Córdoba del pasado 3 de marzo, que daba cuenta de una conferencia de Andrés Amorós y Enrique Ponce, en la que el diestro resaltó la importancia casi decisiva que tuvo su actuación en Cadalso de los Vidrios, porque la citada corrida supuso un punto de inflexión de su carrera, de incierto futuro por aquel entonces:

También [habló] de los momentos de inflexión de su carrera: la tercera corrida como matador en Cadalso de los Vidrios (Madrid), donde un toro le dejó herido y se planteó si valía para aquello, pero acabó por salir otra vez y cuajarle una buena faena al segundo; o los seis toros en Valencia cuando sus dos compañeros se cayeron del cartel.
Sería obligada una rectificación por parte de alguien, pero estén seguros de que antes las ranas criarán pelo, volarán los cerdos, dejará de colgarse el Windows Vista, e, incluso, en Olivenza habrá una corrida de toros (de lidia).


Cartel facilitado por Miguel Moreno

ADDENDA. No es la primera vez que Enrique hace referencia a esa corrida de Cadalso. En su página web puede leerse un artículo de Carlos Bueno, publicado en Avance Taurino de Valencia el 16 de marzo de 2005 con motivo de los 15 años de su alternativa, donde se dice: 
Pero nunca le han regalado nada, ni nada fue fácil en su carrera. Salió lanzado después de triunfar en solitario frente a una corrida que nadie quería, hasta el granizo pretendió aguar su despegue. Era la quinta corrida de su vida, y la inmediatamente anterior había sido mes y medio antes en Cadalso de los Vidrios, donde fue cogido. Allí, en la enfermería, Ponce llegó a preguntarse si valía la pena seguir. ¡Y vaya si valió la pena!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maestro como usted muy bien sabe, la amnesia y el lío, son los platos preferidos por la mayoría de los que medran alrededor de este mundillo. Ponce nunca ha ocultado su paso por el Valle del toro. A cumplir la penitencia de las corridas falleras.
ADOLFO CAMPOS

Anónimo dijo...

Esto del valle del terror es de pena, aqui es donde se ve a un buen torero o novillero. Para estar en el albero hay que tener valor, y eso es lo que se exige en este valle. Para ver Juan Perros Domecq y torillos faciles ya hay muchas plazas. Es interesante ver faenas de toreros que se rajan y no tienen el menor valor de cruzarse y dar unos buenos pases.
Tambien interesa ver a TOREROS que se arman de valor y dan bellisimas faenas, a estos nunca les pilla el toro a los otros si, por que sera??
Solo es cuestion de SABER.
Un Sotillano

cadahalseño dijo...

Creo que "Valle del Terror" ya es denominación de origen, queramos o no. Habría que ir creando un "Centroo regulador".

Sotillano, la comodidad se ha instalado ya hasta en la novillería, y algunso pueden permitirse el lujo, no ya de no venir por la zona, sino de ni pisar Madrid antes de tomar la alternativa.

Adolfo, de las corridas falleras, no digo nada.

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...