Bajar a Almorox en pleno ferragosto y sentarse en el tendido de su plaza portátil a las 6 y media es para echarle valor. Pues a Julián no me costó convencerle ni un segundo.
Los de la "acorazada" esperando a la sombra
De Albacete vino una bien armada novillada de Los Chospes, de la línea Daniel Ruiz, pero escasa de fuerza y de casta. Tanto dejaron que desear que en una plaza amable como esta sólo se paseó una oreja.
Los tres espadas, desmonterados
Poco pudo hacer Víctor Abad con el primero, un castaño que claudicaba y sin apens recorrido. Trató de calentar al respetable (cómo si alguien pudiera estar frío a cerca de 40 grados a la sombra) con toreo galerista. Concluyó con pinchazo y estocada baja, yéndose de la suerte.
Algo terciado era el también castaño segundo, que metió bien la cara en el saludo lucido de Raúl Rivera. Tras un picotacito y dos desarmes en el quite, banderilleó aceptablemente el propio novillero. El novillo, aunque fue a menos, sobre todo defendiéndose por el izquierdo, dio alguna oportunidad que no supo aprovechar el espada, abusando de alivios y no consiguiendo llevarlo tapado para embarcarlo en la muleta.
El tercero estaba más cuajado, pero lucía muchas sospechas en sus pitones. Nada puede decirse pues apenas se sostenía en pie, el tercio de varas fue un simulacro, y estaba ayuno de casta. Una estocada atravesada y dos golpes de verduguillo necesitó Javier Jiménez para despenarlo.
En el ecuador de la novillada es costumbre merendar y nos invitaron a ello Domingo y Jesús, entrañables amigos almorojanos, siempre atentísimos, aunque sólo aceptamos una cerveza deliciosamente fría.
Al veleto cuarto lo recibió Víctor Abad con faroles de rodillas a dos manos. Tenía un puntazo al lado de la marca del hierro y parecía tener problemas de apoyo en los cuartos traseros. Empujó en el peto con la cara alta, pero sin codicia y le cuidó el de aúpa. Quedó descompuesto en banderillas y no humilló en la muleta, punteando y algo revoltoso, pero acudiendo al cite. El espada anduvo con dudas, bailón y sin ideas. Tampoco anduvo lucido con los aceros.
El veleto y astifino sexto no tuvo más que planta, porque no dio juego alguno en peto, palos y muleta y puso el negrísimo broche de echarse, no da otra opción que la ignominia de tener que ser directamente apuntillado a las 8 y 35 de la tarde.
El remate fue en el bar del "Chulo" frente a la preciosa picota de la plaza, con Chus, Marti, Domingo y Jesús, como en los viejos tiempos.
Cuadro de puntuación de la novillada de Los Chospes el 17/08/2011 en Almorox
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