En mi anterior entrada, A los ¿toros? de Carabanchel, aludía al total olvido de la suerte de varas en más de veinte crónicas o reseñas, salvo una mención sucinta en dos blogs, de los festejos del fin de semana en la "Chata de Hipercor". Y apostaba a que en las miles de fotos publicadas de las dos tardes no se podía ver un caballo de picar.
Ayer, por fin, se publicó en División de Opiniones la foto de un varilarguero ejerciendo su oficio, bien es cierto que con un pie muy expresivo: Simplemente simulacro.
Y todo esto con gran alborozo de taurinos, críticos, espectadores e, incluso, algunos aficionados, que, según describen el "suceso", tal parece que llegaron al orgasmo con estas corriditas. No voy a dar nombres de los dichosos, pero quien tenga curiosidad puede comprobarlo dándose un simple paseo por la blogosfera taurina.
2 comentarios:
Lo que llama la atención es el total pasotismo de los hombre de a pie.
Fernan
En principio, quien no actúa correctamente es el picador, porque está tapando la salida al toro. Después, puesto que el picador ejecuta incorrectamente la suerte, los lidiadores están obligados a sacar al toro del caballo; como no lo hacen, también son merecedores de reproche.
No lo digo yo, lo dice, para bien o para mal, el art. 72.4 del Reglamento Taurino:
"Cuando la res acuda al caballo, el picador efectuará la suerte por la derecha, quedando prohibido barrenar, tapar la salida de la res, girar alrededor de la misma, insistir o mantener el castigo incorrectamente aplicado. Si el astado deshace la reunión, queda prohibido terminantemente consumar otro puyazo inmediatamente. Los lidiadores deberán de modo inmediato sacar la res al terreno para, en su caso, situarla nuevamente en suerte, mientras el picador deberá echar atrás el caballo antes de volver a situarse. De igual modo actuarán los lidiadores cuando la ejecución de la suerte sea incorrecta o se prolongue en exceso. Los picadores podrán defenderse en todo momento."
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