lunes, 12 de octubre de 2015

Final gris de la temporada madrileña. Las Ventas, 12 de octubre de 2015

Esta temporada taurina 2015 de Las Ventas comenzó inusualmente bien (con un lleno de no hay billetes y triunfos en las corridas siguientes) y termina rematadamente mal. Una temporada de más a menos. Si se tratase de fuegos artificiales, es como si la traca se hubiese puesto al principio. Ayer se alcanzó el mínimo con la novillada de Pereda y hoy apenas se ha remontado con la corrida de Martín Lorca, por una mala elección de ganado y diestros, como si a Taurodelta esto le viniese demasiado grande y llegara a la meta pidiendo la respiración asistida.

Último minuto de la temporada

Había prisa por recoger, tanta que diez minutos antes del inicio no es que fuese imposible encontrar un programa de mano (en el enésimo incumplimiento del pliego durante la temporada), es que un carrito ya se llevaba los dispensadores vacíos.

Repetía en esta temporada un hierro que en los inicios había defraudado por su flojedad y su sosería, y que en San Isidro de 2014 tuvo similar comportamiento. Debe de ser la forma que tiene esta empresa de premiar los fracasos. Como no hay dos sin tres, el de hoy ha sido su tercer naufragio en dos años. El año que viene, más.

En la terna, dos toreros que necesitan de un aldabonazo para encauzar su próxima temporada, y otro desconocido para todos los que he preguntado. Vayamos con éste. Se trata de Alejandro Amaya, un torero mejicano con 14 años de alternativa. Gracias al préstamo de un programa de mano, me entero de que es su tercera actuación en esta plaza y que es un ligón. Está claro que se le dan mejor las actrices que los toros, porque toreando (si puede llamarse así) no ha ligado ni dos pases y solo ha demostrado su absoluta incapacidad para estar siquiera en la cara del toro, y su indolencia para involucrarse en la lidia de sus toros. Sin apoderado, queda excluido el que haya habido intercambio de cromos. Queda, pues, la incógnita de por qué se le ha contratado. Para colmo, contrató una cuadrilla a su altura.

Iván Vicente había aprovechado la oportunidad que se le ofreció en agosto, cuando estuvo cerca de abrir la puerta grande. Comenzó bien la tarde, con un buen saludo al primero, al que picó trasero y mal su hermano Jesús Vicente, pero no supo llegar a los tendidos con un auténtico carretón de entrenamiento, con muchos derechazos y una sola tanda de naturales, al que pinchó antes de pasaportarlo de estocada. El cuarto salió flojeando y volviendo al revés en los lances de saludo. Al poco se vio que iba descordinado. Bueno, en el palco no se vio... o no se quiso ver. El caso es que no se le picó y no pudo desplazarse ni en palos ni en la faena de muleta. En el pecado del madrileño de intentar mantenerlo en pie, llevó la justa penitencia de dejar pasar una oportunidad que tanto cuesta conseguir.

El lote que se movió y metió la cara se lo llevó Javier Jiménez. El tercero fue un manso de libro en el caballo,  y quedó con movilidad para la muleta, metiendo la cara con alegría y repitiendo en la muleta. Abusó el de Espartinas del toreo circular y acabó embarullándose amontonando los pases y dejando enganchar la muleta más de la cuenta. La estocada quedó caída y necesitó del complemento de la cruceta. El sexto, que empujó en la primera vara y salió suelto de la segunda, acudió sin poder pero alegre en palos. Jiménez comenzó la faena con unos telonazos que obligaron en exceso al animal, que se apagó pronto. Con una estocada honda y contraria finalizó la tarde y la temporada. Por cierto, que fue el autor del único quite artístico de la tarde, lo que dice mucho del pundonor de la terna.

El personal aplaudió a Héctor Vicente, el otro hermano de Iván, por no picar. Se desmonteró Lipi, cuyo mayor virtud fue dejar llegar al sexto en banderillas.

Una tarde sin historia. El último, que apague la luz.

Cuadro de puntuación de la corrida de Martín Lorca


LA  TARDE  TRAS  EL  VISOR
(en preparación)
Paseíllo nº 64 del año 2015

El primero permitió estirarse a Iván Vicente en el saludo


Jesús Vicente no consigue detener a "Oculto" con un puyazo trasero...


...y acaba descabalgado


Buen par de Tito


Un auténtico carretón


Arriesgando la femoral


La grada del 8, donde empecé


¿El segundo va a por el caballo o a por Amaya?


"Quite" coceando


Un quite de dos verónicas y esta revolera de Jiménez


Javier Crespo rejoneando sin caballo


La tónica general de la faena de muleta de Amaya


El mejicano alarga el brazo


Banderas al sol sobre fondo gris


Jiménez recibe al tercero


Jiménez donde no debe


"Farol" salía de naja


Par de Alejandro Sobrino


Buen toro para la muleta0


Apuros con la bernadina


Estocada caída, que no valió


La última raya de 2015


Saludo de Iván Vicente al cuarto


Héctor no picó... y le aplaudieron


"Guanteblanco" era inválido total...


...y don Justo Polo lo mantuvo en el ruedo


Así colocó Amaya al cuarto

Vicente Varela arriesga


"Golfo" se fue sin torear


Al que no hace la cruz, el diablo se lo lleva


El único en el planeta taurino (Navalón dixit) cerró la temporada


Saludo de Jiménez al sexto


Lo de colocarse no va con Jiménez


Lipi clava el tercer par


Pase inadecuado para trastear a un animal flojo...


...que acaba por los suelos


El último arrastre de 2015


Alejandro Amaya se retira con recogimiento

domingo, 11 de octubre de 2015

Liquidación por cierre. Las Ventas, 11 de octubre de 2015

Los aficionados tenemos dos frentes abiertos: el de los antitaurinos, por un lado, y el de los taurinos, por otro. Unos empeñados en prohibir la Tauromaquia, con el apoyo combatiente de partidos políticos, y otros ciscándose en ella (en este caso, Taurodelta), con el visto bueno complaciente de quienes han sido nombrados para preservar la dignidad del espectáculo (presidente, veterinarios y miembros del Cuento de Arreglos Taurinos).

Los que permitieron la fechoría

Hay que tener muy poco respeto a la afición para presentar una colección de novillos entre feos, cornicortos y sin remate, de 3 hierros 3 (de acreditada falta de casta y de fuerzas), y muy poca cortesía con las asociaciones en lo que Taurodelta llama el Día de las Peñas Taurinas. Y hay que tener muy poco decoro para permitirlo, por el tándem presidencia-veterinarios, que forman Julio Martínez y el equipo Pizarro-Urquía-Marino. Todos ellos, con la culpa por omisión de sus obligaciones en toda la temporada por parte del Cuento de Arreglos Taurinos de la Comunidad de Madrid, y la colaboración necesaria de unos ganaderos que no hacen aprecio de su noble profesión, son los responsables de este agravio a una afición fiel y a unos espectadores que se han retratado en taquilla para presenciar una novillada en la primera-plaza-del-mundo.

Del juego de los utreros (José Luis Pereda, La Dehesilla y Julio de la Puerta) y de la actuación de los tres novilleros (Mario Alcalde, Amor Rodríguez y Alejandro Fermín) no seré yo quien pierda el tiempo en escribirlo.

Es la primera vez en esta temporada que quien suscribe abandona la plaza antes de arrastrar el último novillo, o lo que fuere, pero mi paciencia tiene un límite, que se sobrepasó.

LA  TARDE  A  TRAVÉS  DEL VISOR

Aficionados venidos de Cadalso con la esperanza de ver una novillada seria


Tranquilidad en el patio de caballos


Alejandro Fermín se encamina hacia la capilla


Rayas y palomas


Última novillada de la temporada


El alguacilillo recoge la llave de toriles...


...y se la entrega al torilero


Los meteorólogos amenazaron con la lluvia en el finde


El primer novillo y el primer hierro


Aspecto de un novillo en la primera-plaza-del-mundo

El Chano intercambia impresiones


Las fuerzas del segundo


Tercer novillo y segundo hierro


Las fuerzas del tercero


Miembros de la Asociación Taurina Cultural de Cadalso
Abajo a la izquierda, Adolfo Martín


Más miembros de la Asociación, durante el reparto del  bocadillo


Las fuerzas del cuarto...


...que era así de feo


Burladero de la Comunidad vacío...


...y otro con un ocupante


El quinto tenía casi 4 años...


...y cuatro patas arriba


Quinto bis y tercer hierro... y hasta aquí llegué

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...