domingo, 4 de octubre de 2015

Adolfo Martín y Paco Ureña devuelven el toro y el toreo a la plaza. Las Ventas, 4 de octubre de 2015

El Torreón, Puerto de San Lorenzo y Vellosino han puesto el listón ganadero a ras de tierra en esta feria otoñal. Un listón fácil de saltar para un "encaste minoritario" como el albaserrada de Adolfo Martín. A diferencia del "encaste mayoritario", caracterizado por la uniformidad de comportamientos y previsibilildad de reacciones, los albaserradas no son toros programados y mantienen la atención de los espectadores sobre lo que sucede en el ruedo, mal que les pese a algunos.

La espada se le atravesó a Paco Ureña

En el aspecto ganadero, ha habido un lunar importante: ningún toro ha puesto en aprietos a los picadores. Es algo que siempre se espera de una ganadería dura. Cierto es que ninguno ha visto el caballo de puerta y que la mayoría no ha rehuido la pelea en varas, se han mantenido en el peto, pero ha faltado poder en esa pelea. También han fallado en este punto los toreros, que, salvo alguna excepción, no han puesto a los toros en suerte. Cuando lo hizo Rafaelillo en el cuarto, buena parte de la plaza lo agradeció. Es algo que no se exige y por eso, los de luces se relajan. Y no solo eso; también han tardado en sacar a los toros del peto en el primer puyazo, que debía ser algo instantáneo que permitiría ver esa tercera entrada que es la que mejor define la bravura (con perdón). Ya sé, ya sé lo que dicen los taurinos, que los que quieran ver tientas que vayan a las fincas. Yo solo quiero ver tres entradas al caballo, solo eso y me lo hurtan tarde sí, tarde también.

Con los engaños, cada toro se ha comportado de diferente forma. Toros, pues, con muchos matices, un efectivo antídoto contra el sopor y las bolsas de pipas. Y toros de hechuras diferentes, algunos espectaculares de cara y menos de cuerpo.

El paseíllo, fácil es deducir, no lo han hecho los que copan los carteles de ferias, con sus garcigrandes, zalduendos, ramblas, jandillas, cuvillos, montalvos, torrealtas, pilares, victorianosjuampedros, o vellosinos. A los albaserradas se apuntan otros y solo por eso ya tienen mi reconocimiento.

Rafaelillo ocupaba el primer puesto para este cartel porque se lo ha ganado a pulso. Un especialista en encastes duros, del que me cabe la duda de si la forma de recibirlos, obligándolos muy por abajo en el capote, es la idónea. El caso es que se la aplauden, aunque esto tampoco es indicativo de nada más que a muchos les gusta. El primero salió sin fijeza, buscando por encima de la barrera y colocando la cara a media altura en el peto, donde el murciano dejó que se quedara un buen rato. Anduvo esperando en banderillas y remolón en la muleta, muy mirón al cuerpo. Toro deslucido, sin emplearse en ningún momento, al que Rafaelillo sacó algunos pases a base de llevarlo tapadito, en especial un largo y lento derechazo. Lo liquidó de estocada tras pinchazo. El cuarto, cornipaso, fue el de más bonita lámina, lo recibió como antes se dijo, con una extraordinaria media para abrochar el saludo. Como también ya se ha resaltado, fue puesto en suerte correctamente; lo citó bien Agustín Collado, aunque quedasen caídas las puyas. El quite de Robleño fue exclusivamente por el izquierdo, y el animal siguió bien la tela El adolfo humillaba y acometía, pero el murciano no dio con la tecla de vaciar la embestida y solo hizo una probatura con la zurda. Pareció como si el toro tuviese más de lo que dio de sí. La estocada honda quedó trasera.

Fernando Robleño es un torero muy querido de la afición venteña y avezado en este encaste. El segundo de la tarde no se empleó en ninguno de los tercios y midió mucho en la muleta, sin que el madrileño acertase a encontrar soluciones, con muchas dudas sobre dónde y por dónde meterle mano. Este toro exigente murió de pie tras pinchazo y estocada. Poco pudo hacer en el quinto, aparte de un saludo demasiado movido de pies, manso en varas y sosísimo en la muleta. Quedó desarmado al tiempo de dejar la estocada.

Había interés en ver a Paco Ureña, torero en alza. Muy seguro, dio los mejores lances de la tarde en el saludo al tercero, un toro que cumplió en el peto y que lamentablemente no pusieron en suerte. Predominó el valor sobre la técnica en las tandas en corto a un bicho que se venía a distancia y que se quedaba a mitad del pase. Así pues, faena de ¡ays! que quiso culminar recibiendo, muy a propósito con las condiciones del albaserrada, aunque dio en hueso. El sexto salió corretón, cumplió con aprobado pelado en el caballo, muy mal colocado por Curro Vivas. Para la muleta era manejable, pero ni mucho menos facilón. Una voltereta del toro "Murciano" al torero murciano supuso un auténtico revulsivo para el diestro y para el público. En las rayas del 7, ligó tandas templadas y ajustadas, destacando una bellísima y emocionante tanda de naturales a pies juntos. Un alfilerazo le privó probablemente de descerrojar la puerta grande.

Buena tarde de las cuadrillas. Saludó Jesús Romero por sus banderillas al quinto, con buenos pares de José Mora, Mellinas. Raúl Ruiz.  y Curro VivasEl Legionario e Iturralde picaron con solvencia.

Buen broche de una Feria de Otoño que hasta ayer había sido ganaderamente plomiza.

Por la mañana, la final del certamen "Camino hacia las Ventas" me llevó a la melancolía. Unos erales de Jandilla, flojos y bobos, fueron toreados muy estéticamente por los finalistas, levantando clamores cuanto más despegados eran los pases y cuanto más se escondía la pierna para alargar el muletazo. Si esto es lo que hogaño pone al personal, hacen muy requetebién los aprendices en darle gusto, permitaseme el remedo quevediano.

¡Ah! un burladero de la Comunidad de Madrid se ha venido a sumar a los vacíos del palco del Ayuntamiento.

Cuadro de puntuación de la corrida de Adolfo Martín


LA  TARDE  TRAS  EL VISOR

Por la mañana, la final del certamen "Camino hacia las Ventas", con un quinto de plaza...

...que terminaba pasadas las dos...


...mientras muchos aficionados llevaban más de dos horas esperando para ver el apartado

Vicente González, en el patio de espera


Tres horas después, comenzaba el festejo mayor


Casi lleno en tarde nublada y fresquita


Los toreros aplauden a...


...quienes mostraban su apoyo a la Escuela de Tauromaquia de Madrid


El primero quiso ver de cerca a los areneros

Aquí pusieron en suerte al toro


"Aviador"


Pascual Mellinas se asoma al balcón


Natural de Rafaelillo sin esconder la pierna


Empujando con el alma


Daimiel también demostró su apoyo a la Escuela


"Fogonero", segundo de la tarde


El Legionario, clavando en su sitio


Quite de Ureña por chicuelinas


Raúl Ruiz las deja bajas


Robleño intentando mostrar el carnet que pide el toro


Estocada a la segunda


Más apoyos a la Escuela, Todo esto está muy bien, pero no es sufciente


El ganadero observa el saludo al tercero


Jugando al escondite


Ejemplo de cómo no debe prepararse un puyazo


Curro Vivas las deja en la cara de "Rizos"


Primer susto para Ureña...


...y segundo


Estocada al segundo intento con el pitón chocando con el cuerpo de Ureña


El burladero vacío


Así lucía la cornamenta del cuarto


Saludo obligado y por bajo de Rafaelillo


Agustín Collado cita a "Baratillo"


Media verónica de Robleño por el pitón del toro: el izquierdo


Buen par de José Mora


Rafaelillo basó la faena de muleta por el derecho


Estocada pasada


El viento estuvo presente pero no molestó en exceso


Movido saludo de Robleño al quinto


Otro ejemplo de cómo no preparar un puyazo


Buen quite de Azuquita a Juan Cantora


Jesús Romero apurando el cuarteo


Robleño al hilo, y la sangre del puyazo por el lomo hasta el rabo de "Horquillero"


Joven aficionada cadalseña en la grada


Verónica de saludo al sexto


Ureña tiene mucho que mejorar en la colocación del toro para la suerte de varas


Víctor Hugo Pirri huyendo con una banderilla en la mano


El tercer susto de Ureña


Pase natural en el tercio a "Murciano"


Rafaelillo se despide prometiendo que volverá

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Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...