viernes, 29 de abril de 2011

Actualización de la entrada "la corrida regia de 1906"

He actualizado la entrada "La última corrida regia: 1906" con dos carteles anunciadores de la misma que ha publicado la magnífica colección TIERRAS TAURINAS (números 5 y 6), de donde he tomado las imágenes.

Como curiosidad, resalto que en esa corrida actuaron los dos maridos de doña Angustias Sánchez: Rafael Molina "Lagartijo Chico" y Manuel Rodríguez "Manolete" (padre del célebre Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete"), que casó con doña Angustias en 1912, tras enviudar ésta de "Lagartijo Chico". A propósito de ello, Fernando Claramunt, en "Manolete, él y sus circunstancias" recoge una frase atribuida al cuarto califa y dirigida a su madre: "Tuviste dos maridos toreros y ninguno valía un duro", a la que da poco crédito Matías Prats Cañete.

lunes, 25 de abril de 2011

Un toro, un picador y un banderillero. Las Ventas 24 de abril de 2011

Y todo se redujo al quinto de la tarde; no hay frase más manida: no hay quinto malo. Y no lo hubo. Adorado tenía por nombre, bien armado, cuajado, armonioso y más bonito que un San Luis (a pesar de ser rabicorto).

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Metió con nobleza la cara y permitió lancear a Leandro. Entró con la cabeza por las nubes en su primer encuentro con Agustín Sanz, que lo agarró bien y en buen sitio; la reunión fue larga, el toro apretó con fijeza y el castigo fue respetable. Bien citó el varilarguero en el terreno adecuado y ofreciendo los pechos del caballo, y el de Los Recitales entró con alegría en su segundo encuentro, empujando ahora ya humillado. Se oyó una ovación cuando el equino se disponía a abandonar el ruedo.

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En el segundo tercio se lució ese gran banderillero que es Miguel Martín, dejándose ver en sus dos pares, cuadrando en la cara, clavando reunido y saliendo con torería. Tuvo que desmonterarse.

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Lástima que el riojano no fuese capaz de estar a la altura de las excelentes cualidades del toro, con clase por ambos pitones. El diestro se olvidó de las distancias y en las cercanías ahogó las francas embestidas de Adorado, que acabó parándose. Lo pasaportó malamente con media atravesada, una estocada en los blandos y un aviso. Se ovacionó el arrastre.

De lo demás me da pereza escribir, porque aquello fue un tostón.

Los cinco toros restantes (bien presentados) de Los Recitales fueron mansos en sus diversas modalidades. Desde el aborregado primero, hasta el insípido sexto, pasando por el inválido y descastado segundo, el defensivo tercero y el peligroso cuarto (la variedad menos aburrida de la mansedumbre). Aunque primero y sexto derribaron, suspendieron en su pelea en varas.

Curro Díaz no tuvo suerte. Ciertamente, fue el autor de lo único estético de la tarde, lanceando por verónicas "adelantaladas" e iniciando vistosamente su faena al primero; pero no había material para más obra. El cuarto salió embistiendo con la cara alta y colándose descaradamente por el izquierdo al matador y a Francisco Javier Crespo, su peón de brega; después, cuando se le citó de cerca con la muleta, obedeció por ambos pitones, a pesar de lo cual el de Linares mantuvo su desconfianza inicial. Mató mal y con riesgo. Mantiene su crédito, aunque me desespera que no termine de rematar en gran figura.

A Leandro, como se ha dicho, se le fue el buen quinto, y apencó con un inválido segundo, al que lanceó bien en el saludo. Mató bastante mal. Perdió parte del crédito que traía.

Morenito de Aranda como que no estuvo. Le tocó un suerte un tercero que salió defendiéndose a base de derrotes y al que no podía someter, so pena de dar con los huesos del morito en el albero. Con el sexto anduvo medroso y sin ideas. Mató muy mal. Se quedó casi sin crédito.

Las cuadrillas, salvo las dos excepciones destacadas, suspendieron, sin paliativos, en una tarde en que molestó el viento, donde las faenas se plantearon en casi todos los terrenos, menos en el lugar donde se concentraron los papelillos (que no echaron hasta el tercer toro): tendidos 2 y 3. Y volvió a demostrarse que cuando sale un toro con complicaciones, el cuarto, el personal anda a la deriva.

Así fue la primera corrida a la que he asistido este 2011, y por la que no pagué un euro a Taurodelta.

Las fotos, tomadas desde el 4, son de Rafa Carlevaris

Cuadro de puntuación de la corrida de Los Recitales en Las Ventas el 24 de abril de 2011:




(Cada aspecto está puntuado de 0 a 5, y la nota media es ponderada, al no tener todos los aspectos el mismo peso en la puntuación)

lunes, 18 de abril de 2011

¿Quiénes son?

Juan, un amigo y compañero de "clases taurinas", quiere conocer la identidad del cuarto de los diestros que aparecen en la fotografía y la plaza donde está tomada (y en la que no cabía un alfiler en el callejón). En concreto, desconoce quién puede ser el torero que está de pie, en el centro. Estoy seguro de que algún lector podrá ayudarle.

jueves, 14 de abril de 2011

Alcorlo pinta la Beneficencia


Me entero de la noticia por Miguel Moreno, siempre atento al quite.

Como no hay regla sin excepción, a veces, por casualidad, hasta el Cuento de Arreglos Taurinos acierta. Y para ilustrar el cartel de la Corrida de la Beneficencia de Madrid, edición 2011, ha elegido un cuadro del académico Manuel Alcorlo, de lance, acometividad, albero y barrera; capote, toro y torero; sin respetable. La pierna, alante; los talones, asentados; la suerte, cargada.

Alcorlo, cuando deja el violín, a veces le da por pintar toros; mejor dicho, toros y pueblo, deformes los hombres, sin rito, sin liturgia. No es este el caso, ni el primer cartel de toros que ilustra. Ya lo hizo para la feria de San Fermín de 2007, con el toro -serio, sereno y estrecho de sienes- como único protagonista.

Imagen tomada de www.diariodenavarra.com

lunes, 11 de abril de 2011

He aquí el tinglado de la antigua farsa

O sea, San Isidrillo-2011.

Perdóneme don Jacinto (Benavente, para los no versados) por servirme de sus Intereses creados para un tema taurino, pero tan célebre frase me viene al pelo para describir el panorama de los carteles del próximo serial venteño. Y no otra cosa sino farsa, y farsa repetida y antigua, es la nueva tomadura de pelo de Taurodelta que, con solo anunciarse, "embobó en las plazas de humildes lugares a los simples villanos, la que juntó en ciudades populosas a los más variados concursos".

Uno espera, e incluso entiende, que los medios profesionales de comunicación escriban tal cual engrasada esté su pluma, porque nadie se suicida mordiendo la mano que le da de comer. Es, digamos, ley de vida. Y puesto que, por otro lado, el personal no anda muy tentado de masticar por su cuenta las noticias, sino de tragar el puré que le preparan los mass-media, tampoco uno se sorprende al escuchar comentarios concordantes con los de aquellos que con interés crean una apariencia, desdibujando, cuando no ocultando, la realidad.

Lo que me pasma es que un número nada desdeñable de aficionados escribidores vengan en coincidir con tan optimista e irreal visión, hasta el punto de que en un blog se ha llegado a titular que la feria es "magnífica" (sic). No sé si será porque han invernado taurineando o es un efecto perverso del cambio climático.

Pues no, señores, este San Isidrillo-2011 es tan indigno de la-primera-plaza-del-mundo, como San Isidrito-2010 o San Isidrín-2009; pero a diferencia de estos, el nuevo ha sido recibido con desbordante júbilo. No se me alcanza más explicación para ello que el único cambio aparente habido en este 2011 respecto de los años precedentes: la sustitución del veterinario José Pedro Gómez Ballesteros por el escritor Carlos Abella en la gerencia del Cuento de Arreglos Taurinos (CAT). Ambos igualmente cómplices en los incumplimientos de Taurodelta, pero el literato con mejor "ambiente" que el sanitario en los círculos taurinos.

Basta un somero análisis para caer en la cuenta de que ni esta feria es acorde a la categoría de la plaza, ni cumple con las condiciones del pliego concesional.

Comencemos por los de luces. A Madrid habría que exigirle, como antaño, que en su feria se anunciasen los primeros espadas, con un mínimo de tres actuaciones cada uno y enfréntandose, al menos, con una de las ganaderías consideradas duras o exigentes. Veamos pues, qué tres nombres de los que están en activo serían indispensables. Descartado José Tomás, por razones obvias, señalaré a Enrique Ponce, El Juli y Morante de la Puebla. Busquen en los carteles de la feria y verán que entre los tres suman la fabulosa cifra de ¡dos actuaciones! El primero, no viene (él sabrá), y los otros dos, reparen con qué vienen en su único paseíllo: ambos con Núñez del Cuvillo, la ganadería más comercial del momento. Si alguien malévolamente considera que debería haber buscado entre los primeros del escalafón por número de actuaciones, le cambio a Ponce por El Fandi, con el mismo resultado. Queda así palmariamente demostrado que la empresa incumple el pliego, cuando exige “la actuación frecuente de las principales figuras”. Y no sólo en lo más llamativo; también incumple el pliego porque hay tardes que no actúan, al menos, dos matadores del grupo 2 y otro del gusto de la afición de Madrid, que sería la configuración mínima de la peor tarde del ciclo. Miren el electoral 22 de mayo, y comprobarán que ni a ese mínimo llega la terna: Ignacio Garibay, Serafín Marín y Sergio Aguilar.

Vayamos de menos a más y terminemos con lo más importante: el toro. Venimos de llenarnos la boca con que la diversidad de encastes del toro de lidia es un patrimonio de la humanidad que hay que preservar. Tampoco nadie duda de que en estos tiempos de crisis hay encastes en serio peligro de irreparable desaparición. Y si hay una plaza que puede servir de faro en estas cuestiones, esa es la de Las Ventas del Espíritu Santo. Pues bien, en el aspecto ganadero arrasa Parladé y no aparecen: Cabrera, Veragua, Coquilla, Vega Villar, Graciliano o Saltillo, por citar algunos. Incluso, entre lo de Parladé, amén de repetir la torifactoría Cuvillo, no se anuncian: El Pilar, Dolores Aguirre, Conde de la Maza, Cebada Gago o Fuente Ymbro. Añadan a éstos los hierros de Victorino, Adolfo Martín, Juan Luis Fraile, Miura, Prieto de la Cal o José Joaquín Moreno Silva, y tendrán un completo muestrario de ausencias que oponer, para oprobio y vergüenza de Taurodelta y el CAT, a los infumables de Valdefresno, Juan Pedro, Vellosino, Garcigrande o Román Sorando.

Soy plenamente consciente de que no hay diestros actualmente para rellenar 23 carteles, y más cuando las figuras, o figuritas de pitiminí, hace tiempo que han abdicado de su responsabilidad. La solución es simple: redúzcase el ciclo a la mitad de festejos. Mas, en vez de ello, prevalece el interés mercantil del abono-cautivo e intentan, además, aprovechar la inercia del ineludible paso por taquilla para embutir 36 espectáculos en 44 días, desde el 30 de abril al 12 de junio. Esto solo le pasaba a los pobres del medievo, que apenas probaban bocado en todo el año, pero se atracaban hasta vomitar en tres días seguidos de boda. Y nos seguirán diciendo que Las Ventas es plaza de temporada; y algunos se lo seguirán creyendo.

Murió la Tauromaquia, crece la torerimaquia, y mi afición por los toros languidece.


Imagen tomada de http://www.las-ventas.com/
¡Si don Diego levantase la cabeza...!

Me corto la coleta

Puede parecer pretencioso servirme de esta frase, reservada para los que del enfrentamiento con el toro han hecho su oficio, pero permítase...